Cuando el médico despegó la gasa, las heridas ya estaban cerradas, por lo que no era necesario aplicarle más vendas.

Adina se miró las heridas en el espejo. No parecían tan desagradables como imaginaba, pero la herida de la mejilla izquierda se veía mucho mejor.

Se tocó suavemente la mejilla derecha. Ya no le picaba como la noche anterior.

Ella preguntó: "Mi mejilla derecha sufre repentinas punzadas de dolor, pero esto no le ocurre a mi mejilla izquierda. ¿Qué ocurre?".

El médico examinó cuidadosamente la herida. "El traumatismo de la derecha es mayor y más profundo. Se está recuperando, así que sentirá punzadas de dolor. No debe rascarse con la mano para que la herida no vuelva a infectarse".

"¿No hay forma de deshacerme de este dolor?", volvió a preguntar Adina.

Parecía que la situación de anoche ocurrió después de que su mejilla derecha sintiera un dolor punzante y su mente se quedara en blanco.

Duke también dijo: "¿Puede recetarle algún analgésico?".

El médico les aconsejó