Los cuatro niños de la sala se miraron perplejos.

A Harold se le llenaron los ojos de lágrimas. Resopló y dijo: "Creía que Mami solo estaba un poco herida. ¿Por qué pasó esto?".

"Mami debe estar muy triste...", dijo Melody con tristeza.

Ella era una niña a la que le encantaba verse linda y le encantaba disfrazarse, al igual que su Mami.

Si alguien estropeaba su cara, estaría tan triste que lloraría todos los días. Mami seguramente se la pasaba llorando. Pero no lloraba delante de ellos cuatro.

"No importa lo que le ocurra a Mami, sigue siendo nuestra Mami", dijo Alden con indiferencia. "No actúes así delante de Mami, o pensará que la despreciamos".

Harold se secó rápidamente las lágrimas. "Está bien, no voy a llorar. Cuando Mami vuelva le daré una sonrisa".

George frunció los labios antes de decir suavemente: "Mel, ¿no tienes juguetes para maquillarte?".

Melody asintió. "Sí, la Abuela me los compró".

La Abuela le compraba todos los juguetes que le gustaría a una niña, y tenía