Capítulo 385
Adina recordó aquella noche hace cuatro años.

George y Harold salieron de su vientre uno tras otro, y los niños eran tan grandes como la palma de su mano cuando nacieron.

Otros bebés tenían caras regordetas cuando nacían, pero la de sus hijos era todo lo contrario. Sus mejillas estaban muy hundidas y eran tan delgados como monos.

Al recordar ese momento, se dio cuenta de que los rasgos de los niños en ese entonces se parecían a los de Duke.

Acarició lentamente la mejilla de George. Era la primera vez que estaba tan cerca de George. Su hijo mayor.

Luego movió su mano hacia las cejas de George. Su frente estaba arrugada debido a su ceño fruncido.

Este niño tuvo que crecer demasiado rápido. Estaba cargando con muchas cosas que no debería.

"¡No! No...", murmuró de repente el dormido George.

Adina le agarró la mano y le dijo suavemente: "George, no tengas miedo. Mami está aquí. No dejaré que nadie te haga daño".

Se inclinó y besó la frente de George.

George se sintió reconfortado
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