Adina se dirigió al hospital después de recoger a sus hijos.

"¡Tía Adina, de verdad has venido a visitarme!". Harold estaba postrado en cama, pero estaba tan contento que quería saltar de la cama. "¡Vaya! ¡Mel, tú también estás aquí! ¡Estoy tan feliz!".

Adina se acercó inmediatamente y lo recostó. "Todavía estás recibiendo una infusión. No te muevas".

Harold se recostó inmediatamente de forma obediente. Miró a Adina durante un rato antes de mirar fijamente a Melody y siguió sonriendo de forma tonta.

Todavía tenía la cabeza vendada con una gasa, y había una mancha de sangre apenas visible.

Estaba recibiendo una infusión, por lo que el dorso de su mano estaba moreteado. Evidentemente, había estado recibiendo la infusión durante toda la noche.

Alden frunció los labios. Se acercó a la cama y descolgó el libro de registro médico que estaba colgado en ella.

Cuando extendió el brazo, Harold se sorprendió. "¿Qué... qué intentas hacer? La tía Adina está aquí. ¿Cómo te atreves a seguir in