Henry juró que vio el rostro de la dama cambiar tan rápido como lo que parecía un relámpago. Pasó de esa tierna y dulce sonrisa a la expresión más fría del mundo en cuanto vio a su hijo bajar las escaleras de la mansión.—¿Se encuentra bien, señora Cook? —le preguntó Henry muy bajito—. Parece que algo le disgusto demasiado.Pero aquello en lugar de ser respondido por la anciana fue suplantado por las palabras su hijo.—Estaban… haciendo cosas y… por eso no pude limpiar —murmuró cabizbajo y entre dientes.La anciana negó gentilmente haber notado ese dolor en el rostro de su hijo. Era un buen chico, pero muy enamorado y entendía si le dolía, pero le dolía más no darles de comer por culpa de una mujer que, según ella, no valía la pena porque ya tenía dueño.Así que se armó de valor y se mostró renuente.—Si están ocupados, entonces pasa a otra habitación y así sucesivamente —indicó la señora entregándole una escoba para limpiar el suelo—. Mientras tanto ayúdame aquí, hay bastante que lim
Nero apretó los labios y contuvo la respiración al ver esos pequeños pechos rebotar en el momento en que Luz se puso firme frente a él con un pequeño salto de anticipación.—Estoy lista, ¿ahora qué? —Dijo completamente emocionada.El alfa pasó ese trago nervioso y entrelazó sus dedos con los de ella, le quitó el típico mechón de cabello que obstruía su rostro y delicadamente la arrastró escaleras abajo.—¡Ay, más despacio! ¿A dónde vamos?—Ya verás a dónde vamos, te tengo una sorpresa —murmuró con emoción. Luz sonrió ampliamente y se dejó llevar por el toque dulce del hombre que esparcía su perfume a cada paso que daba.No tenía idea de por qué lo amaba tanto pero la hacía sentir como si fuera su hogar… como si siempre lo hubiera sido y no ese infierno donde ella estaba. Sabía que donde estaba presente ese aroma almizclado y amaderado, estaba su verdadero hogar.—¿Una sorpresa?—Sí, así es, una sorpresa.—¿Como la que te di? —bromeó, sintiendo el ligero apretón en su mano.
Luz solo pudo sonreír cuando él hombre la estrecho entre sus brazos desde su espalda, sintiendo su enorme pecho que retumbaba como un tambor contra ella debido a lo agitado que estaba su corazón.Pronto sintió que un suave beso se colaba en su cabeza y el entrelace de sus dedos contra los suyos la dejaba sin aliento. La vista que tenían en frente era preciosa y la compañía única, y especial.—¿Hiciste todo esto? —preguntó Luz con un susurró.—No lo hice —negó con suavidad rosando su aliento por el cuello de la muchacha—. Yo soy de los que dan los créditos. Esto lo hizo Fernan, la idea si fue mía y la comida la ayudo a preparar Henry.Ella negó con suavidad sin poder creer que hasta los amigos del lobito lo habían ayudado a conquistarla.Le enternecía el corazón verlo hacer de todo para que lo perdonara, sin embargo lo que ella más deseaba, aún no se lo había dado, y tenía que ser honesta con ella misma, no podía olvidar sus sentimientos por él, esos mismos sentimientos que no entendía
Luz ni siquiera pensó en que era eso especial que tenía Nero por mostrarle, solo se dejó guiar por él hasta que llegaron a una pequeña cabaña con rasgos antiguos.Aunque se veía vieja y desgastada, todo estaba muy bien cuidado. Las ventanas se encontraban perfectamente pulidas, la madera parecía haber sido restaurada pocos días antes de que ellos llegaran, la pintura en algunas zonas de la cabaña se veía como si hubiera sido retocada no hace mucho y tanto las puertas como las cosas que tenía por dentro, y se veían desde afuera, estaban muy bien cuidadas.—¿Es tuya? —Preguntó ella maravillada y lo vio asentir con un rictus de tristeza formándose en su rostro—. Se ve realmente muy hermosa. ¿Podemos entrar?Por un instante Nero sintió que el corazón se le rompía en mil pedazos. Hacía ya mucho tiempo que no se aparecía tan frecuentemente en aquel lugar tan lleno de recuerdos que le estremecían el corazón.Él la tomó de la mano con fuerza, haciendo que Luz mirará en su dirección, pero tan
Ambos se dejaron caer sobre la cama con la respiración agitada, habían disfrutado cada momento de aquella locura.Nero atrajo a Luz hacia su cuerpo y acaricio su espalda con dulzura, dejo un beso tierno en sus labios y en su frente, y agradeció a la diosa luna por mandarla a su camino.Se arrepentía de renegar sobre lo débil que eran los humanos, para él eran seres inútiles, pero cuando conoció a Luz, supo que si existían de los fuertes y si ella estaba a su lado, definitivamente todo valía la pena.Luz sonrió medio dormida sobre su pecho cuando lo sintió acariciar su mejilla y abrazarla con ternura para luego dormir solo un ratito antes de irse de aquel mágico lugar.Cuando finalmente fueron las tres de la mañana Nero se despertó primero, giró lentamente si mirada hacia un lado y entonces la vio, profundamente dormida y desnuda… muy desnuda.Finalmente era suya, completamente suya y de su lobo por supuesto, pero suya al final.Sonrió como un bobo, retirando el típico mechón de cabell
Nero casi sintió que le faltaba el aire de los pulmones, la mujer que había amado, a quien le había entregado toda su vida, había planeado matarlo con su mejor amigo y hasta sin él."¿Estas bromando con eso, Raí? Porque no es para nada gracioso, ¡para nada!"."Yo no bromeo con nada de eso, amigo mío, y eso lo sabes mejor que bien. Esa mujer intento matarte y el frasco que tiene Luz aun en su poder, contenía el veneno que te daría"."¿Luz tiene aún el frasco con ella?""¿Y tiene veneno dentro? Sí, pero ella no lo quiere usar en ti. Lo siento, lo presiento y confió en ella incluso a ciegas"."¿Cómo puedes estar tan seguro de eso?""Porque ella piensa en ambos, en ti y en mí, imbécil. ¿Cuándo tu mujer te dijo que me trataras con cuidado? ¡Nunca! Así que aterriza, cerebro de cacatúa".Negro se quedó pensando en silencio por un momento mientras intentaba asimilar todo lo que su lobo le había dicho.Si era cierto que su difunta mujer lo había intentado asesinar, eso solo podía significar qu
Nero la tomó de la mano y juntos caminaron dentro del edificio en donde se encontraron principalmente con quién antes era el que cobraba los alquileres a las personas de allí.Luz sintió que el coraje se subía directo desde su garganta hasta su corazón y de ida y vuelta, odio a muerte aquel hombre y no era para menos después de lo que le había hecho pasar.—¿Porque me miras así bonita? ¿Acaso quieres darme lo que esa noche no me diste? —le preguntó el hombre con malicia viéndola de arriba abajo.Nero respiró profundamente para evitar que su lobo saliera la superficie porque tanto él como Raí querían arrancarle la garganta.Luz por su parte apretó los dientes y evito decirle alguna cosa que pusiera en ridículo al hombre a su lado y a ella, sin embargo no fue necesario decir absolutamente nada por qué cuando Nero tomó la palabra aquel hombre quedó petrificado donde estaba.—Tú debes de ser el arrendatario anterior. ¿No es así?El hombre le dirigió una mirada de desprecio y lo miró de ar
El camino dentro del auto fue corto o eso les pareció cuando comenzaron a hablar de mil y un temas entre los dos.Estaban felices y los temas entre ambos fluían con sencillez, algo que ninguno de los dos había experimentado con su pareja anterior, y en caso de Luz, con ninguno de ellos.Pero aunque el ambiente estaba de lo mejor entre ambos y todo fluía con tranquilidad. Luz no pudo evitar preguntar:—¿Porque haces tantas cosas por mí?Nero arrugó la cara ante la pregunta tan repentina y trato de pensar en una respuesta que no le generará problemas ante alguna ofensa que ella supusiera porque si era honesto consigo mismo, él solo quería verla feliz y nada más. —Ya te dije la razón…—No. Quiero saber la verdadera razón del porque haces todo esto, ¿Es por la culpa de lo que me hiciste? Porque yo no te ando culpando de nada.—Pues no es por eso, Luz. Es porque realmente quiero verte sonreír, quiero verte feliz. Leí el informe en dónde me pasaron todo lo que te había sucedido cuando esta