—La Luna a que conozco nunca se rinde fácilmente. ¿Cambiaste tanto? Con la determinación y la actitud competitiva que tenías en el bachillerato, no hay nada que no puedas lograr.Entendí que estaba animándome, pero ya tuve la decisión y le sonreí con impotencia diciendo:—Teniendo en cuenta la relación entre Flora y tú, es normal que ella tenga celos. Por lo tanto, sería mejor que mantendremos cierta distancia para evitar malentendidos, ¿de acuerdo? Haré para el bien de nosotros dos. Siendo el novio de ella, deberías respetar sus opiniones, ¿no? Si no quiere que tengamos contactos privados, mejor no haremos.Por lo tanto, para tener una vida paz en la universidad, deja de contactar conmigo. Se quedó en silencio por un rato. Luego me habló en una voz ronca:—Está bien, pero tengo una pequeña solicitud, ¿puedes aceptarla?—Sí, siempre y cuando sea algo que pueda hacer sin violar mis principios.—Me da lástima que ya no exista posibilidad entre tú y yo, por eso ¿si podemos utilizar esa
Sergio tenía razón: me arrepentiría en el futuro.Pero en vista de la relación que tuve con él, se levantarían fácilmente las calumnias. Hasta entonces, ¿cómo me enfrentaría a ellas?Por un lado, la colaboración de nosotros en la actuación provocó rumores entre los compañeros. Si los ignorara, las consecuencias serían graves.Por otro, había hecho muchos esfuerzos para la actuación y esperaba que fuera un éxito.Abandonar o seguir adelante. Era dilema en el que me encontraba ahora.Siempre me consideraba como una persona atrapada por los valores morales. Por aquello, ponía grilletes en mí misma y perdí muchas oportunidades.A pesar de que yo sabía qué era lo que quería hacer verdaderamente, era necesaria una razón suficientemente contundente para convencerme. Sergio, al ver que no le respondí, continuó:—Con una actuación para poner el punto final entre nosotros, ¿no crees que vale la pena?Definitivamente lo valía. Me convenció:—Bien. Estoy de acuerdo.En este momento, de repente se
Sabiendo que él no tuvo más intenciones y no se preocupaba por el dinero, estoy agradecida por ello, pero no pude aceptarla a menos que me diera un argumento contundente.Era mi principio.—Si no aceptas el dinero, entonces...No terminé la frase, pero creía que Sergio sabía qué quería decir. Si él no aceptara el dinero, no participaré en la actuación de mañana. Se trataba de una amenaza. Él, que conocía bien mi carácter insistente, no dejaba de convencerme:—Es la última vez que te doy un regalo. Por favor, acéptalo.—No puedo.Levanté la cabeza y lo miré directamente. Después de dos minutos de silencio, Sergio se rindió por mi insistencia y estaba de acuerdo que yo pagara el costo de la guitarra.—Dame tu número de cuenta. Te lo transferiré ahora.—¿Por qué tanta prisa? No me falta dinero ahora.—Lo que pasa es que no tengo buena memoria. Temo que lo olvidaré después si ahora no te pago.Ante mi insistencia, Sergio no tuve más remedio que sacar el teléfono y me mostró el número de s
—Es tarde, te acompaño a la residencia.Mientras decía, extendió la mano para tomar mi guitarra, pero le negué:—No es necesario. Estamos dentro del campus, entonces no te preocupes por mi seguridad. Puedo volver sola. Gracias, nos vemos mañana.Me di la vuelta para irme, pero Sergio agarró mi brazo con fuerza y me refutó con un toque de enojo en su voz: —No puedes correr riesgos de la seguridad de vida. Te llevaré a la residencia. No es negociable.Entendí que realmente se preocupaba por mi seguridad, pero si caminamos juntos por el campus, seguramente se levantarían los rumores sobre nosotros. Ya me preguntaron dos amigas de la residencia si ya tenía novio y no quería convertirme en el enfoque de atención de la universidad.Además, recientemente hablé con Flora sobre nuestra relación. Me culparía si veía que estaba con su novio de nuevo.Entonces, la mejor opción era rechazarlo:—Gracias por su preocupación. De verdad no hace falta que me acompañe.—Luna…Su expresión se volvió más
A pesar de que varios de las fotos fueron tomadas a escondidas por los demás, Lola era igual de elegante y Hernán, muy caballeroso. En una foto que publicó recientemente: Hernán, con un vestido formal y corbata, tenía el brazo izquierdo alrededor de los hombres de Lola, mientras la otra mano sostenía una copa de vino tinto. Miraba a Lola con ternura y cariño.Me alegraba que los dos se llevaban tan feliz ahora. Por fin, la devoción de Lola fue reconocida por él. Esperaba con sinceridad que ellos pudieran tener un futuro hermoso.Al ver la red social de Lola, me recordaba de Martín, quien nunca compartió su vida en la red social. Le pregunté una vez la razón, y me afirmaba que, por un lado, buscar ayuda en la red social no era práctico, por otro no quería desgastar el tiempo compartiendo sus sentimientos en la red social. No era más que una pérdida del tiempo para una persona de su edad.Desde mi punto de vista, no era más que una excusa, ya que él no había llegado a los treinta y cómo
[Esperándote es lo que más me gusta]Entonces, el hecho de que todavía no tenía una novia no era porque no había encontrada a la chica que le gustaba, sino que simplemente estaba esperando a alguien.¿Qué significaba yo para él?Me sentía cada vez más triste al recordar las confesiones que me había hecho. ¿Por qué dijo que la persona a la que amaba siempre fuera yo? ¿O me estaba mintiendo?Después de su confesión, le prometí que lo consideraría. Ahora, sin ninguna explicación a mí, declaró su amor a otra persona de manera pública. ¿Acaso era solamente un pasatiempo de él para aliviar la soledad en su largo proceso de espera? Si mi suposición era cierta, Marín era incluso más despreciable que Sergio.Por qué los hermanos de la familia de López me trataban así.La tristeza y el enfado me ahogaron. Estaba a punto de enviar un mensaje de voz para interrogarle, pero mi mente de repente se quedó en blanco. Después de onces segundos, no pude pronunciar ni una palabra. Me rendí y retiré es
No podía evitar sentir decepción al alejarme a la persona que siempre me cuidaba. Pero ahora ya no tenía derecho de pedir el cariño de Martín.Dejé el teléfono a un lado y me repetía constantemente que él había encontrado a la chica que le gustaba, y debería estar feliz por él. Pero no sentí ni una pizca de felicidad.Incluso hasta ese momento no entendí por qué estaba tan triste. Me engañaba a mí misma diciéndome que tarde o temprano Martín tendría una novia. Lo que pasaba era que todo sucedió de una manera demasiada brusca y no estaba preparada para aceptarlo.Traté de convencerme de que debía adaptarme a la nueva realidad.Sin embargo, no pude entender por qué declaró su amor hacia otra chica después de haberme confesado sin esperar mi respuesta. Era un ridículo. No pude perdonarlo. Era culpa suya.Al pensar en eso, la sensación de traición me llegó y me brotaron otra vez las lágrimas. Tenía muchas ganas de llamarlo para interrogarlo sobre todo esto. ¿Si estaba esperando mi respu
Mi rostro, un poco hinchado, por el llanto de la noche, necesitaba un maquillaje intenso. Me puse un vestido largo de color nieve bordado con lentejuelas plateadas, dejé mi cabello recién lavado caer naturalmente hacia atrás, y me puse las sandalias blancas de tiras finas con brillo de perlas que compré recientemente con Martín. Llevando mi querida guitarra, salí por la puerta del dormitorio.No esperaba que Sergio me esperara frente al edificio de la residencia.Al verme salir de la puerta, una pizca de sorpresa y alegría cruzó por sus ojos.Llevaba un atuendo completamente negro. Con mi vestido blanco, seríamos una combinación perfecta de yin y yang.A las ocho en punto, comenzó el espectáculo.La plaza al aire libre, capaz de albergar a decenas de miles de personas, estaba llena de gente y las luces láser emitían hacia el cielo como rayos.Todos estaban alegres y emocionados. Los presentadores fueron seleccionados por el comité estudiantil: el chico, alto y apuesto, llevaba un esmo