Capítulo 338
Las lágrimas brotaron incontrolablemente. Martín pasó junto a Luna, tomándola de la mano y llevándola a la sala detrás de la enfermera. Fue solo cuando Martín y Roberto trabajaron juntos para llevar a Sergio a la cama que Luna vio todas las heridas en su cuerpo. Luna no pudo contener su llanto. Los ojos de Leticia estaban enrojecidos.

Carmela, por su parte, consoló a Leticia diciéndole que esa era una elección de Sergio y que no culpaba a nadie, por lo que les pidió que no se culparan. Afortunadamente, su vida no estaba en peligro y ahora esperaba que se despertara pronto.

Después de estas palabras, Leticia se sintió aún más culpable y miró con preocupación a Sergio, quien dormía plácidamente. Luna y Sergio habían sido criados juntos por sus padres, y la preocupación de Leticia por él era sincera.

Con ambas familias presentes, Martín no pudo decir mucho. Solo consoló a Luna para que no llorara y le aseguró que todo estaría bien.

En la escuela, Martín pidió permiso para Luna. El trabaj
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