Capítulo 0198
En esta batalla, la intervención de Hernán y Lola desempeñó un papel decisivo en mi rápida victoria.

Al oírme lo que dije, Hernán entrecerró los ojos, mirándome con cierta incredulidad:

—¿En serio?

—Jeje, en realidad tampoco he exagerado mucho. Hernán también vino para apoyarme.

—Bien, lo importante es cuidarte y no resultar herida. Ese día llegará pronto.

Yo estaba tan sumergida en los recuerdos del debate que tuve con la señora Hernández que no oí bien la última frase que dijo Martín.

Al colgar la videollamada, vi que Lola, que antes ya estaba a punto de quedarse dormida, me miraba fijamente con una mano sosteniendo su cabeza.

—¿Por qué todavía no duermes? Me asustaste.

—Luna, ¿te gusta él?

—Obviamente, es mi hermano mayor. ¿Cómo no me gustaría?

—No me entiendes . Sabes, cuando hablas con él, tus ojos brillan como estrellas por la alegría. Esta mirada era similar a la de Hernán cuando te mira. Luna, no te hagas la tonta. Le ama.

«Aquí va de nuevo, difamando nuestra relación mi herma
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