Resultó que el hecho de que interceptó mi carta era para alejarme de Hernán. Pero en ese momento no lo entendí e incluso fui a su casa para recuperar mi carta y lo regañé durante un buen rato.Si pudiera informarme, habría entendido que no debía tener tratos con Hernán y no habría sucedido el escándalo de ese día.—No me culpes de no haberte dicho. Teniendo en cuenta nuestra relación en aquellos días. No creería en ni una palabra mía e incluso pensarías que tenía otras intenciones y me odiarías aún más.Bueno, tenía razón. No confiaría en sus advertencias, pero, ¿por qué no se hubiera esforzado un poco más por persuadirme? Después de todo, en cuanto a lo de Flora, le recordé varias veces a pesar de que no me creía.Bueno, al final, lo hizo por mi bien. Así que, para expresar mis disculpas por malentenderlo, decidí invitarte a comer las costillas de cerdo. Sin embargo, me tachaba de ser tacaña. Estaba tan enfadada que estuve a punto de quitarle las costillas, pero se las comió de inme
No sé qué pude responderle, al final no le envíe nada más que un saludo:[Buenas noches.]Sin embargo, esta vez, fue Hernán quien no me dio la respuesta. No pude enamorarme de él, pero tampoco quería lastimarla. Con todo lo que había sucedido, él había sufrido tanto física como emocionalmente.El domingo era el cumpleaños de Hernán, y Lola me había preguntado por la llamada si quería ir con ellos, ya que su familia no estaría presente, solo iban a asistir a la fiesta algunos amigos cercanos suyos.Consideré la posibilidad de ir y disculparme con él por defraudar su amor sincero hacia mí.Sin embargo, temía que mi presencia probablemente le causaría más problemas, dejé la idea y rechacé la invitación.Lola, al escuchar mi respuesta, se quedó en silencio por un rato y luego dijo:—Lola, a veces eres lo suficientemente despiadada.No le refuté y colgué la llamada.Me encargaría de las responsabilidades de haber lastimar sus sentimientos. Pero qué error había cometido yo para tener que s
—Estás fingiendo inocencia o estás burlándote de mí. Estoy con Hernán. Las marcas no son heridas, sino las huellas que dejó él cuando me besaba. ¿Entiendes?Me quedé atónita, sin poder reaccionar durante un buen rato.—Así que, ¿qué pasa? ¿No puedes soportar que estemos juntos?Lola me miró de reojo. Pero su mirada llena de sarcasmo y melancolía le hicieron parecer aún más agotada.—No, Lola, lo has malentendido. Solo estoy preocupada por ti...—Él hacía el amor conmigo, pero toda la noche pensando en ti llamando tu nombre. Cuando se despertó y se dio cuenta de que fui yo en vez de ti. Lloraba diciendo que ya estaba sucio y que no habría posibilidad entre tú y él.Las lágrimas le brotaron, pero no dejaba de habla:—¿Por qué? ¿Por qué me trataba así? Disfrutaba de mi cuerpo, pero solo pensaba en ti. ¿Por qué? ¿Por qué?De repente recordé el mensaje que Hernán me envió en la madrugada, ya entendí su significado.Sí que era una persona de carácter suave, pero no permitiría que me traicion
Temiendo que iba a perderla como amiga, me sentía bastante decepcionada durante varios días.Por una tarde lloviosa, me encontraba coloreando un boceto en mi escritorio cuando de repente mi teléfono sonó. Dejé el pincel, me lavé las manos y tomé el teléfono para encontrar que era la videollamada de Martín.—Estuve a punto de ir a la comisaría a reportar tu desaparición, dado que no has contestado mis llamadas ni mis mensajes en días.La risa ronca de mi hermano mayor resonó en mis oídos, sorprendiéndome inesperadamente.—Luna, baja.Miré hacia afuera de la ventana. La lluvia había cesado y el cielo estaba muy claro.—Baja ahora. Hay una sorpresa para ti.Tomé apresuradamente mi abrigo y bajé las escaleras con emoción.El aire después de la lluvia era fresco, y bajo un árbol de álamo verde había una figura similar.Era Martín. Él, parado de pie recto, con las cejas oscuras y ojos profundos, era tan guapo que no pude apartar mi vista. Me moriría de alegría de verlo aquí.—Martín, ¿por q
Hablaba sin cesar a Martín, emocionalmente, y él fijaba su mirada en mí sonriendo con ternura.A los profesores y compañeros de la clase les di la impresión de que era una chica elegante y tranquila. Nunca podrían imaginar que podría actuar así, como una pequeña tonta mimada.Cuando seguía contando las historias a Martín, un hombre se nos acercó. Era Sergio. Su mirada se posó en nuestras manos entrelazadas e instintivamente, quise retirar mi mano del agarre de Martín, pero él no lo permitió apretando mis dedos con fuerza.Fue Sergio quien habló primero. Él saludó a Martín y Martín le invitó a comer con nosotros.Sergio dudó por un momento, y aceptó la invitación tras enviar un mensaje.La Ciudad de Survilla no se pudo comparar el Capital donde los restaurantes de alta gama se distribuyeron por todas las partes. El ambiente del restaurante que Martín eligió era agradable, con un toque de jardín botánico, muy tranquilo. Nos llevaron al asiento. Martín y yo nos sentábamos al mismo lado,
Parecía que Sergio se sorprendió por la presencia de Flora e iba a tomar el teléfono para salir. No tuve contener la molestia que sentía por Flora y le dije a Sergio antes que se alejara:—Mejor no nos veríamos en el futuro.Se quedó un rato en silencio de espaldas a mí y siguió caminando hacia afuera sin decir nada.—¿Por fin ha terminado?Martín sostuvo su copa de vino y me preguntó.—¡Por supuesto que sí! Terminó oficialmente desde el día cuando dijo que yo era molesta y que me alejara de él.—¿Y ahora qué piensas hacer?—Jaja, por supuesto debería concentrarme en buscar la media naranja entre la multitud.La copa que iba a llevar a la boca se detuvo de repente. Giró la cabeza para mirarme, con los ojos brillando como estrellas. Sonrió, diciendo:—Bien.Esa sonrisa era tan encantadora que mi corazón dio un fuerte salto. Como hoy era el primer día en la Universidad Nacional, tuvo que manejar un montón de cosas. Estaba muy ocupado, entonces no tuvo tiempo para cenar conmigo.Después
Cuando noté la tristeza tremenda encerrada en los ojos de él, me di cuenta de que lo que dije hoy era exactamente igual de lo que había dicho años atrás.Pero no pude entender su melancolía, ya que tenía a Flora para acompañarle todos los días. Seguramente no tenía nada que ver conmigo. Cuando éramos jóvenes, yo no fui nada más que basura para él.Ahora yo estaba completamente indiferente a su tristeza. El tiempo realmente curaría las heridas. Él era solo un transeúnte en mi vida y los sufrimientos eran una parte de mi camino hacia el crecimiento. Nada más.—Si no tienes nada que decir, ahora me voy.Molesta, iba a dar la vuelta para salir, pero su voz me detuvo:—Luna, por favor, no te vayas.—Si quieres decir algo a mí, dilo de una vez por todas. No tengo tiempo para gastar contigo. —¿Estás saliendo con Martín?Volteé sin comprender la intención de su pregunta, pero él estaba mirándome fijamente como si estuviera examinando mi expresión.¿Qué estaba pensando? Martín era mi hermano
Me alegraba mucho, porque vendría alguien para cuidarme todos los días en el futuro, y ni siquiera tenía que pensar en qué comer, ¿cómo no iba a ser feliz? Pero Dios mío, era como si estuviera algo yendo deliberadamente en contra de mí, me iba a pasar lo que más odiaba.A la mañana siguiente, me levanté temprano y bajé las escaleras por primera vez para ir al ejercicio matutino, pero tuve la mala suerte de encontrarme con Sergio y Flora. Caminé bien en el patio de recreo, y los dos se me acercaron que yo no podía esquivarles. Quería fingir que no los recconocía y pasaría por un lado, pero Flora en realidad corrió sonriendo y quiso abrazarme del brazo. Yo no soportaba esto, con sus afectos falsos me sentía muy incómoda y asustada, se apresuró a esquivarla, retrocedí unos pasos y miré atentamente cada uno de sus movimientos: —Si tienes algo que decir, dime directamente. No estamos familiarizadas, por eso no me toques. Flora era una caradura verdadera, no le importaba mi frialdad en