Capítulo 0188
—Estoy bien. Pero tú, has perdido mucho peso. Cuídate mucho, si no luego sería demasiado tarde para arrepentirte. ¿De acuerdo?

Además de eso, no sabía qué más decir. Frente a él, especialmente en su estado desgastado, cualquier palabra parecía inútil.

Al escuchar mis palabras, una sonrisa pálida apareció en su cara.

—Gracias, lo haré. Ve adentro, también me tengo que ir. Con el clima lluvioso de otoño, deberías ponerte más ropa.

—Entiendo, gracias. Adiós.

Me di la vuelta, pero él seguía parado bajo la lluvia desolada con un rostro lleno de desesperación.

Lo siento, Hernán.

Cuando entré en la habitación, Lola estaba parada frente a la ventana, mirando fijamente afuera.

La llamé, pero no me respondió.

Me acerqué y seguí su mirada, vi a la figura sola de Hernán.

El viento soplaba más fuerte, y la lluvia caía con más intensidad.

Las hojas de los árboles crujían con el viento y las ramas se agitaban violentamente, como si quisieran arrastrar las densas nubes oscuras.

Él estaba parado allí e
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