BEATRIZSiento que el enojo que siento por Gary, se transforma en rabia, cuando lo veo entrar con tanta seguridad y lanza esas palabras sin sentido, ¿de verdad cree que le voy a dar una nueva oportunidad? Está equivocado, me mintió y odio las mentiras, quienes me conocen bien, lo saben de antemano. —¿Bromeas? —refuta Nicola. —No —Gary da un paso adelante—. Amo a Bea tanto o más que tú. Sello mis labios. Él pasa su atención del padre de mis hijos a mí. —Bea, ¿podemos hablar? —inquiere.Pero Nicola no deja que se acerque más a mí, ya que se pone en medio de los dos, haciendo que desaparezca de mi campo de visión. Hay ocasiones en las que olvido que Nicola suele ser un poco posesivo. No tenemos nada de qué hablar, lo sabe, pero me ahorro el tener que dejarlo en vergüenza. Así son las cosas, así es como sucede cuando hay mentiras al inicio de una relación. —Ella no tiene nada de que hablar contigo —dice Nicola en tono no negociable. La tensión que se construye entre ambos es tanta
BEATRIZLas horas pasan, camino de un lado a otro, los doctores no me han querido decir nada, Luca me avisó que cuando escucharon el llanto de Vladimir, ya se encontraba tirado en el suelo. Llamaron a una ambulancia al ver sangre que brotaba de su cabeza. Pensar en mi hijo herido, hace que los nervios me invadan el sistema y que no piense bien. Cuando por fin el doctor sale, somos Nicola y yo quienes nos acercamos rápidamente. —¿Cómo está mi hijo? —inquiero sin darle tiempo de hablar. El doctor me mira, luego a Nicola y asiente. —El pequeño cayó de un árbol, al parecer quiso agarrar un gato que estaba trepado en un árbol, perdió el equilibrio y cayó, se fracturó el brazo y tiene algunos rasguños, pero no es nada del otro mundo, pero será incómodo —nos explica. Siento que un enorme peso desaparece de encima de mis hombros. —¿Puedo pasar a verlo? —pregunto y mi voz tiende de un hilo. —Por supuesto —asiente.Nicola se queda hablando con el doctor, una enfermera me lleva hasta la
BIANCAHay veces en las que los enemigos deben saber ocultarse bajo la piel de borrego, aunque por sus venas corra la traición, la angustia y el dolor, cuando eres el villano de la historia de otros, tienes un enorme poder encima de los hombros, las decisiones se toman una sola vez, no importa si es errante o no, ya está. Y esa es la primera lección que aprendí de mi madre, quien no ha dejado de enviar mensajes una y otra vez, con el mismo tema, al parecer el divorcio con Byron se ha dado, todo salió como lo planeó, pero contó con que Byron es un hueso duro de roer. A tal modo de que le ha dado lo límite de dinero, amenazando con que si se le ocurría demandar, lo iba a pasar mal. Cosa que la tiene de un mal genio, tengo tantas cosas en la cabeza como para lidiar con sus dramas, por ello, no le respondo. En cambio, miro al hombre que yace ebrio hasta una cuba y desnudo a mi lado, intenta abrir los ojos, pero no puede, solo despierta de vez en cuando. —¿Bia? —gruñe en tono somnolie
NICOLAEscucho atento lo que me dice uno de mis investigadores privados, luego de maldita amenaza, lo más seguro para Bea y Vladimir, es que se vayan a vivir conmigo, mientras hablo para que investiguen lo sucedido, miro de soslayo que Bea sigue empacando las maletas de nuestro hijo, quien se tuvo que despertar y ahora sonriendo ayuda a su madre a empacar. La idea de que vivamos los tres juntos, no solo le emociona a él, surte el mismo efecto en mí, en especial porque ahora que son míos legalmente, y por todo, puedo protegerlos como debía haber hecho hace muchos años. Pero regresar al pasado, sin duda, no dejará nada bueno en este presente, a más de que me amarga el genio, así que me concentro en la llamada y les doy las últimas órdenes hasta que cuelgo. —Tienes que portarte bien —logro escuchar que Bea le dice a nuestro hijo. Le coloca la sudadera y alborota su cabello, me gusta su modo madre oso activado, cuando me mira hay un vacío, uno que nunca voy a poder llenar, pero cuand
BEATRIZSabía que la idea de hacer yoga en medio de la noche, con un entrenador personal que Anastasia trajo desde Italia, no era buena idea, y bueno, eso se comprobó cuando Nicola entró de la nada a interrumpir. Sus ojos se oscurecieron, su pecho subía y bajaba, un escalofrío recorrió toda mi espina dorsal y dejé de respirar cuando me vió en una posición en la que el culo lo mantenía hacia arriba, y él me tocaba la cintura para ayudarme a impulsarme y pararme de manos. —¿Interrumpo algo? Su voz ronca resuma por toda la estancia. Es cuestión de segundos para que el entrenador Louis salga disparado y yo recobre la postura de antes, pero es demasiado tarde, Nicola comienza a golpearlo una y otra vez, Lizabetha ríe sin malicia, Anastasia le grita unas cuantas palabras y son Luca y Martín quienes irrumpen para separarlo de Louis. Quien escupe sangre, sus ojos de horror son tales que saca un pañuelo y comienza a levantarlo como símbolo de paz, algo que debía saber Nicola antes de actua
BEATRIZLa brecha del dolor me atraviesa de tal manera, que es imposible no gritar, pese a que Nicola amortigua el sonido escandaloso contra la palma de su mano, no estaba lubricada, excitada, y eso hace que me duela el tamaño de su polla. Es como ser abierta por dentro. Empuja con tanta fuerza, que rápido mis pezones se endurecen. —Estás demasiado apretada —susurra a mi oído. Está completamente desnudo, sube mi blusón hasta dejarme sin nada, cuando quita la mano de mi boca, tomo una bocanada de aire larga. —¿Crees que me puedes sacar de tu casa como si nada y luego quedarte sin un castigo? —brama.—Nicola… —Shhhh, déjate llevar. Agarra mis piernas y me jala hacia él, colocando mis piernas sobre sus hombros, la profundidad es tanta, que tengo que agarrar las sábanas. —Eres mía —dice.Comienza a penetrarme de un modo que me resulta doloroso y totalmente, me penetra como si no hubiera mañana. —No grites, o todos van a escuchar —habla sin detener el empuje de sus caderas. El dol
LIZABETHAEl agua rodea mi cuerpo, siento que mis pulmones se comprimen por la falta de oxígeno, pero eso es algo que no me interesa en estos momentos. Solo quiero desaparecer, son tantas cosas las que hay en mi mente, así como la cantidad de responsabilidad que dejó mi padre al morir en aquel accidente. La cosa está en que ni siquiera me importa, es decir, no siento su ausencia, el dolor al saber que jamás los voy a ver, fueron muchos años de maltrato y he llegado a un punto en el que ya sus rostros comienzan a desaparecer dentro de mi mente, es como si ni siquiera tuvieran el espacio o la fortuna de llegar a convertirse en recuerdos. No sé si eso me hace ser una mala persona, pero la libertad me invade y de lo que si estoy completamente segura, es de disfrutar la libertad que ahora tengo, no hace falta que me esconda dentro de la casa como un ratón asustado, temeroso de hacer algo mal y que me encierren. Ahora hago lo que quiero, sin presiones y sin que me reprochen. No los quis
BASTERCuando vi a Lizabetha, cerca de Jared Hill, mi vista se volvió roja, no sé lo que quiero, tampoco si esto es amor, pero odio la idea de que esté con otro hombre, el que solo alguien más la toque, saca toda la mierda de mi pecho y me convierto en alguien que no me gusta, pero que está en mi naturaleza. Se atrevió a desafiarme, ahora debe atenerse a las consecuencias de sus actos infantiles. Esperé hasta que Jared se fuera, luego, a que ella tomara confianza de su soledad. Verla flotando sobre el agua, fue como ver a una ninfa, algo irreal, pero hermoso, pertenezco a la mafia italiana, y he follado a muchas mujeres, unas por gusto, otras por negocio, como lo fue Milenka, pero con Lizabetha es diferente. Pensé que me cansaría luego de follarla, sin embargo, al darme cuenta de que era virgen, la primera vez que la follé, se despertó en mí una vena posesiva, desde ese momento estoy enfadada con ella. Se ha vuelto adictiva. Y ahora, la tengo acorralada contra las escaleras, lueg