Anna se desvistió lentamente, sinceramente no quería discutir con él, ella sopesaba los sentimientos por un hombre y otro y sin duda Alonso era quien más peso tenía. Quizás si el hombre lo supiera estaría un tanto más calmo aunque posiblemente no le bastaría.

El quería todo de Anna, si era posible hasta su amor, esa era la mejor manera de subyugarla.

Desconocía totalmente la historia de la muchacha, quizás si lo hubiese sabido podría haber tenido un poco más de conciencia.

En su mente todo funcionaba así: descubrí que la deseo, la quiero, la voy a poseer hasta cansarme, si llegara a haber un error y quedara embarazada. de alguna manera lo solucionaré.

El señor perfecto, no lo era tanto, definitivamente el destino de Anna siempre estaba marcado por sinvergüenzas con buen traje.

Pero para todo siempre hay un revés. ¿Cometería dos veces el mismo error?

Cuando Alonso escuchó el sonido del agua, abrió la puerta y allí detrás de una mampara opaca pudo divisar el perfecto y voluptuoso c