James era un hombre muy observador e inteligente. Por más que Anna tratara de disimular su nerviosismo, él se dió cuenta que algo le sucedía. Supuso en primera instancia, que era su reciente maternidad. El no había podido estar presente por sus compromisos de negocios que como siempre lo tenían muy ocupado, pero siempre estaba pendiente de los asuntos de Anna.

El había asumido el compromiso de ayudarla y lo cumpliría como fuera. Era un hombre de palabra, había sido educado para eso, para ser firme, seguro de si mismo, respetar y ser leal a su familia y a sus afectos, cumplir con los compromisos adquiridos y ser implacable con sus adversarios.

Sonrió amablemente, como para que Anna se distendiera.

_ Y bien Anna... ¿No vas a presentarme a tu hermosa hija? _ le dijo él divertido _ ¿Creiste que venía a verte solo a tí? Por favor quisiera conocer a la bella Milena, estoy seguro que las fotos no le hacen justicia.

Anna hizo una mueca y accedió al pedido al joven.

_ Ven, por favor _ le d