El comienzo del día no había sido nada fácil para Clara. Después de la conversación con Anna, algo en ella se había roto, quizás fue ver la reacción de furia de la joven , el llanto y desconsuelo de Fernando o simplemente ver que esta vez no podría hacer nada para ayudar o al menos no a corto plazo.Llegó a su pequeña oficina, tiró todo sobre su escritorio y miró a su alrededor. No había sentido tanta impotencia en muchos años, ni siquiera en su trabajo. Ver tan mal a dos personas que ella apreciaba y no poder ayudarlos realmente la sacaba de eje._ Jefa_ le dijo su secretaria_ ¿Otra noche sin dormir? Toma, te traje el café y un analgésico para tu dolor de cabeza. Clara miró a su secretaria de reojo._¿Cómo sabes que me duele la cabeza? _ Hace años que trabajo para ti ya interpreto hasta tus mínimos gestos, sé que cuando no duermes, llegas de mal humor y con dolor de cabeza_ le dijo sonriendo.Ella sonrió levemente._ Eres mi ángel, creo que deberé aumentar tu sueldo_ sonrió Clara m
Alonso se sentía inquieto. Clara le había comentado acerca de los planes que Anna tenía, pero a él no le había dicho una palabra de eso._ Si le pregunto, ya sé como va a reaccionar, pero sino lo hago, estaré con esta terrible incertidumbre hasta que ella decida contarme. _ respiró hondo_ ni siquiera quiere hablarme de su viaje... se quejaba de mi falta de comunicación, pero ella no está siendo muy comunicativa últimamente.Mientras se ejercitaba, mil pensamientos se le cruzaban por la mente. Esa mañana ella ni siquiera se había levantado a desayunar con él. Solo le había dado un beso y había continuado durmiendo. De todas maneras, el hombre comprendió que no era algo liviano de sobrellevar, más cuando había un precedente en la historia de Anna. El llamó a la persona que escuchaba todas sus desdichas y lo apoyaba incondicionalmente._ Julia. ¿Te desperté?_ le dijo culposo._¡No, no! Tengo rehabilitación. Dime ¿Qué te sucede? Supongo no me llamas para hablar del clima_sonrió.Alonso
En la tarde Anna apareció en la oficina, con un semblante radiante, como si no hubiese pasado nada. El ya tener todo ideado, le había ayudado a despejarse. _ Patricia ¿Alonso ya llegó?_ dijo sonriente. _ Aún no Anna, pero debe estar por venir_ miró unos papeles_ esto llegó hoy temprano.Anna leyó atentamente. Eran invitaciones para la fiesta de la empresa de Victor Balbuena.La joven sonrió pensativa, tenía una expresión burlona._ Bien, yo se las daré a Alonso, no te preocupes_ le dijo Anna jugueteando con las invitaciones.Entró a la oficina de su novio y se sentó, cruzándose de piernas. _ ¡Ay Thelma, como me voy a divertir contigo!_ dijo pensando en alto_ No tienes una mínima idea de con quien te metiste. De la ingenua y bondadosa Anna quedaba muy poco. Todo para ella se había vuelto demasiado personal. Cuando Alonso llegó, ella de un salto terminó en los brazos de él. _ ¡Anna mi amor! no te esperaba, me has dado una hermosa sorpresa. Verla allí le daba cierta tranquilidad.
El día de la fiesta había llegado. Alonso seguía sin estar de acuerdo con ir, pero Anna no había cambiado de idea así que decidió acompañarla. Ella había elegido un vestido de los tantos que Claudia le había obsequiado, cuanto más elegante mejor, por ese día olvidaría su perfil bajo.Anna sabía que Thelma trataría por todos los medios de acercarse a Alonso no una, sino mil veces abrochandosé de cada oportunidad que tuviera, más si tenia la excusa del niño, ya que conocía al hombre y sabía que si había un niño de por medio, siempre cedería. No era tan fácil librarse de Thelma.El hombre la esperaba vestido con un elegante esmoquin, apoyado en su auto. Cuando ella bajó él la miró perdidamente enamorado. _ ¡Me siento muy afortunado de tener una novia tan hermosa!_ le dijo dándole un leve beso en los labios_ prométeme que hoy no harás líos. Ella sonrió._ Cariño, me comportaré. Lo prometo_ dijo ella sonriendo_ voy solo a divertirme. Alonso movió la cabeza. Estaba seguro de que esa noc
Anna se adelantó y detrás de ella apareció Victor. Ni Thelma ni Alonso se esperaban semejante sorpresa, ambos quedaron atónitos cuando lo vieron._ Victor...yo..._ dijo Alonso tratando de explicarle la situación.El hombre negó con la cabeza. _ No eres tú quien debe darme una explicación_ le dijo Victor serenamente_ sino mi querida esposa, quien últimamente parece estar decidida a darme muchas sorpresas. Thelma seguía sin poder salir del asombro, estaba pálida tanto que parecía haber visto un fantasma.Anna parecía estar disfrutando toda la situación.《 Quizás con esto deje de jugar con la vida de las personas, lo aprenderá de la peor manera》.Alonso miraba a su novia, no podía creer verla así, tan transformada. ¿Cómo podía estar gozando con una situación tan delicada? ¿Acaso se había vuelto loca? . Definitivamente él desaprobaba el accionar de Anna, ella no era así. Pero a la muchacha parecía no importarle su opinión, no estaba dispuesta a seguir soportando más mentiras ni manipula
El regreso a casa de Alonso y Anna fue en un silencio feroz. Cada uno luchaba con sentimientos encontrados. Si bien, la discusión había girado en torno del matrimonio, las esquirlas del enfrentamiento los habían tocado a ellos. _ Llévame a mi casa_ dijo Anna rompiendo el silencio.Alonso la miró levemente._ ¿Qué es lo que nos está pasando Anna? Se supone, que no deberíamos estar así.Ella lo miró sorprendida. _¿Así cómo Alonso? _ resopló_ No sé que quieres que te diga... sigues subestimando lo que digo, pero el tiempo y las circunstancias siempre me dan la razón_ dijo Anna enojada. Alonso apretó los labios, sabía que indefectiblemente se venía la discusión._ Bien, dime en qué según tenías razón, te escucho_ le dijo tranquilo. Anna hizo una mueca de desdén._ Me cansé de decirte que esa mujer jamás nos dejaría en paz, no... corrijo, jamás te dejaría en paz. Y tú creyendo lo contrario. ¿Acaso me crees tonta Alonso? Era obvio que seguiría con el cuento del hijo, te conoce y sabe bi
Anna ya había pautado un viaje en un avión privado hacia Nueva York, esta vez viajaría sola. Nadie sabía de sus planes, Fernando había tratado de hablar con ella, pero Anna seguía sin perdonarlo por haberle ocultado la verdad, posiblemente si le hubiese dicho todo a tiempo la situación habría sido totalmente diferente. Ella tenía las llaves de la residencia así que, por el momento ese lugar sería su centro de operación, por así decirlo. _ Señorita, ya ubique todo su equipaje y también su orquídea_ le dijo la azafata sonriendo_ ¿desea tomar algo? Anna tenía los ojos hinchados de llorar, sentía un inmenso dolor que le oprimía el pecho. _ Tomaría lo más fuerte que tiene, pero es demasiado temprano para hacerlo_ dijo con una leve sonrisa_ un té para calmarme estará bien. Un té. Alonso era quien siempre se los hacía, él era el especialista en eso. De solo recordarlo, las lágrimas le corrían sin control. Se puso a leer detenidamente todo lo que ella en esos días anteriores había logra
Alonso no había dormido en toda la noche, aunque se esforzara no podía comprender el comportamiento de Anna. _ Un día me dice una cosa y al día siguiente como si nada, me dice otra. Realmente me está volviendo loco_ dijo angustiado_ es imposible sostener una relación de esa manera. Se devanó los sesos pensando en que había fallado para terminar de manera tan estrepitosa su noviazgo. Claro que seguía teniendo recaídas con su tratamiento, pero también reconocía que había logrado obtener cambios positivos. Se levantó temprano y salió a correr, eso le ayudaba a despejarse y pensar con más claridad._ Quizás fui muy duro al decirle que no volviera, estaba tan frustrado que se lo dije sin pensar _ dijo en voz alta_ tal vez, debería ir y hablar con ella. Después de todo, la señora Dolores fue alguien demasiado importante en su vida. Fue así que después de arreglarse, emprendió el camino hacia el departamento de Anna. Durante el trayecto iba ensayando lo que le iba a decir, pues conocía