CINCO

Aleksander Volkov

Segovia /España Mayo. Viernes 3 20:00

—¿Dónde está mi hermano? — digo arrebatando la taza de té de la mano de Sara, la mujer que a estado a mi lado desde el día de mi nacimiento así como el de todos mis hermanos. Que yace en la enorme cocina de la mansión.

La mujer eleva su celeste mirada por arriba de su gafas y yo me quedo un momento observando como su rostro arrugado y su cabello blanco le dieron un aspecto adorable sin embargo ella seguía siendo fuerte y mandona. Hace una nueva como si mi pregunta fuera la más estúpida del mundo y en cierto modo lo es, después de todo tengo muchos hermanos pero quiero poner a prueba el conocimiento que tiene sobre los miembros de la familia Volkov.

—Salió desde hace cuarenta minutos —dijo sin vacilar, yo sonrió y le doy un gran sorbo a su taza tomando casi todo el té, se la devuelvo en forma de burla

—Sarah ¿Sabes donde dejo mi ropa?

—¿Que ropa?—pregunta la anciana

—La que usaré en la fiesta de los españoles, Norah estaba limpiando mi habitación y la ropa desapareció

—¿Por qué Norah estaba limpiando tu habitación si eso se realizó está mañana además ella debía estar ayudando a tu madre? —Observo a la mujer con seriedad, quiere una respuesta que conoce bien pero que siempre odia escuchar.

—¿De que es el té?— dije evadiendo su pregunta y por consecuencia evitando ser grosero con ella al final ella es la madre que me crío y Ekaterina la mujer que me parió.

—Jengibre y miel —dijo Sara de manera cortante —¿No vas a responder?— cuestiono de nuevo

—Sara no se para que quieres un respuesta que te va a molestar —digo sin un atisbo de vergüenza

—Tu madre te había prohibido seguir llevandola a tu cama ¿No es así?—dijo Sara.

Su molestia era notable pero para mí no era algo tan grave, si me estaba cogiendo a su sobrina cada vez que se me antojaba pero si yo la hubiera elegido la familia de Sara y Norah se hubieran vuelto una de las más familias más importantes entre la mafia rusa. Me era increíble pensar que Sara prefiriera servirnos toda la vida que permitirme estar con Norah. Pero nada de eso importa por qué para mí Norah no es más que un coño caliente para pasar el rato.

—Bueno Sara dejemos ese tema, tengo que alcanzar a Nikolay o mi madre se volverá loca ¿Puedes creer que exigió una esposa para hoy en la noche?

— Si lo creo, ella conoce bien lo traidor que puede ser Fyodor, hasta tus hermanas se está preparando los unicos que no entienden la importancia de este tema son ru y Nikolay —explico Sara.

—Si Sara ya me voy antes de que esa m*****a fiesta termine —dije ignorando por completo la mala cara que me daba la anciana

Si al final Nikolay ya no se encontraba en la casa y tampoco mi traje para esta noche, todo indicaba que el había tomado mi vestimenta para hacerce pasar por mi como lo hacía cuando éramos chicos, siempre. Aunque siempre lo delataba nuestra diferencia en masa muscular a él le encantaba jugar de esa manera conmigo y con las personas, haciendomr ver como una persona mucho más dócil de lo que soy realmente.

Me coloque un traje negro, perfectamente moldeado a los músculos de mi cuerpo, arregle mi cabello castaño peinandolo hacia atrás, con el rostro rasurado y perfumado me dispuse a salir de la mansión Volkov, la hora para la entrega del regalo a los españoles ya estaba por llegar y solo se encontraba Nikolay haciendo de la suyas en toda la m*****a fiesta.

En cuanto entro a mi Porsche negro mi celular comienza a sonar, miro extrañado el número, es Max el administrador de mis clubes

—¿Que pasa hermano?— digo al teléfono

—Alek lamento molestar pero tú chica está haciendo un escándalo en el club en las afueras de Segovia

—¿Cuál chica?—pregunto confundido

—Milana, vino con unas amigas pero se pasó con los tragos e hizo un desastre

—¡Joder!— grito al celular —Estoy en camino...—Termino la llamada y arranco el auto a toda velocidad

Entre todos mis hermanos, Fyodor y yo somos los más habilidosos en cuanto a negocios, Fyodor se dedica a las inversiones y extendí una gran línea de clubes por todo mundo y Maximo es el administrador de todos ellos

Me dirijo al club, observo la estructura impresionante, cubierta por cristales y llamativas luces en neón. Los guardias de la entrada me hacen una reverencia y me permiten pasar sin preguntar, todas las personas del lugar me miran como si fuera un Dios, un impacto que ni siquiera mi gemelo logra transmitir, camino hacia el subterráneo donde se encuentra lo mas obscuro del club donde policías, abogados, jueces y hasta sacerdotes van por un poco de diversión con algo estimulante y una buena mujer.

Camino hacia las puertas del área de resguardo, los guardias me miran asustados y abren la puerta para mí

Al entrar lo primero que encuentro es a Milana completamente desquiciada siendo sujetada por un guardia corpulento mientras que Maximo cubre con su cuerpo a dos chicas que están de rodillas en el suelo

—¡Te exijo que llames a Alekander —grita la chica de cabello color oro

—¡Milana cálmate! —Solicita Maximo sin percatarse de mi presencia

—¡Yo soy la prometida de Alekander, estás perras solo quieren alejarlo de mi!— grita Milana y Maximo mira hacia la puerta notando mi llegada pero sin hacerlo notar

—¡Aleksander vendrá en cuanto yo silbe así que traerlo!—grita la rubia haciéndome enloquecer de la furia

—¿¡Como te atreves a pensar algo así!?—grito haciendo estremecer todo el lugar

—A-Aleksander...— La rubia palidece en cuanto me observa entrar a la habitación

—¿¡Como siquiera puedes creer que significa algo en mi vida como para pensar tanta estupidez!?— digo exigiendo una respuesta, se que poseo una mirada que podría matar y está vez no es la opción, Milana comienza a temblar en cuanto me mira aproximarme a ella, el guardia la suelta y da unos pasos hacia atrás igual de temeroso que la chica.

—¡Salgan todos déjeme con Milana a solas!—exijo una vez estoy frente a Milana.

Todos aceptan sin rechistar, miro con indiferencia a las chicas que están llenas de golpes y arañazos, me parecen conocidas pero no puedo recordar sus nombres, seguramente me las cogí en alguna ocasión.

Las puertas se cierran y Milana me observa con el cuerpo temblando, lleva un vestido negro ajustado a su cuerpo, enmarcando sus curvas, observo su rostro, es precioso tan fino y delicado, con unos ojos color verde claro que sobresaltan con ese color de su cabello, tan rubio u brillante como el oro, sus mejillas se sonrojan en cuanto mis dedos se deslizan por sus labios, ella siempre es tan dispuesta a mi que parece un tapete de alfombra. Mi madre siempre me imaginó con ella compartiendo una vida e incluso Sara la aprobaba a su manera pero en mi provocaba poco más que Norah, un deseo del momento y sus ataques de berrinche que le daban me hacia querer castigarla sin parar.

—¿Sabes lo que pasará contigo ahora?—digo colocando mi dedo pulgar en su boca.

Ella abre la boca y yo introduzco mi dedo en su boca, ella lo chupa como si se tratara de mi verga, sus ojos se cierran y su cuerpo se contrae debido a su imaginación que la lleva a un deseo por chuparmela hasta el amanecer. Saco mi dedo de su boca delineando sus delgados labios con lentitud, ella abre los ojos y su mirada se vuelve de terror al mirarme, rápidamente mi mano se posa sobre su garganta presionando con tanta fuerza que pronto comienza a cambiar de color

—S-Solo quería verde—dice casi inaudible debido a la presión, pero aún sintiendo que le voy a romper el cuello no intenta detenerme, mantiene sus manos a los costados de su cuerpo, buena chica.

—Acabo de cogerme a Norah—digo sin vergüenza y ella me mira con dolor

—E-Ella no logra satisfacerte...

—Tampoco tu— digo sin dejar de presionar su cuello

—Aleksander por favor —Suplica por mi, no porque la suelte o deje de dañarla sino por qué la folle como todo el tiempo lo hago.

—¿Que deseas?— digo fascinado por verla rogar

—Cogeme Alekander, por favor dame un poco de ti está noche —dice acariciando la mano con la que estoy prácticamente estrangunlandola

—No, esta noche estoy bastante ocupado—.La suelto por fin

—Pero... —Milena tose buscando aire —¿Ocupado en que?— pregunta mirándome suplicánte

—Pues veras, debo ir a buscar una esposa— digo con una sonrisa maquiavélica sabiendo como le duele saber que no fue ella a quien elegí como mi mujer

—En cuanto a ti —dije mirándola hasta hacerla estremecer —Nunca olvides tu lugar ni vuelvas a mi club a realizar este tipo de espectáculo

—P-Pero Aleksander...

Le doy la espalda ignorando su suplica, ya he perdido bastante el tiempo y esa jodida fiesta ya debes estar por terminar y no me quiero imaginar que estará haciendo Nikolay solo en ese maldito lugar.

Tuve que conducir más rapido de lo permitido para poder llegar al salón, en cuanto llegó todos los reporteros se apoderaron de mi entrada, la luz de los flash me deja completamente ciego, son tantas fotos que me arrepiento al instante de asistir a ese lugar, pregunta tras pregunta, foto tras fotos me hago paso hasta la entrada del salon.

—Es increíble, creía que ya había llegado desde hacía un rato —dice un reportero colocándose frente a mi.

—Seguro fue mi hermano —digo de mala manera cuando comienza a fotografiarme desesperado. Intento rodearlo para poder pasar

—Espero que no sea demasiado tarde para encontrarla —dice el reportero ocultando una sonrisa

—¿De que hablas?— cuestionó, algo muy fuera de mi

—¡A la chica del vestido rojo brillante, es una verdadera hermosura!—dijo otro reportero llegando de pronto

—Nos vemos más tarde —dije alejándome de los reporteros

Una chica preciosa es facil de encontrar en estos lugares, he acudido a tantas fiestas en tantos países que ya nada puede sorprenderme, aunque para alguien tan mediocre como la prensa cualquier mujer parcialmente guapa les es mucha mujer, pero yo que me he llevado a la cama a quien he querido soy de gustos mas refinadas y difíciles de encontrar.

Observo el interior de la fiesta, muchos ya están pasados de copas y otros tienen sus pláticas interminables sobre temas aburridos y repetitivos, como es de esperarse una oleada de mujeres se me acerca solicitando un mínimo de mi aprobación y como tengo un trabajo que hacer es mejor comenzar a socializar un poco.

No llevo ni treinta minutos en ese lugar y ya descarte a cada mujer que se acercó a mi lado, todas tienen mie rda en la cabeza o simplemente son estúpidas asi que no me estoy quedando sin opciones a este paso solo me queda Milana para tratar de tranquilizar a mi madre.

Me alejo un poco de la multitud para llamar a Nikolay pero este me ha mandado a buzón desde que salí del club, observo a los anfitriones de la fiesta y por lo que observo mi hermano no a entregado el presente de la familia Volkov. Solo hay una razón por la cual Nikolay no esté en este lugar y seguramente es por qué sigue encerrado en la habitación que nos habían otorgado para resguardar el regalo.

Fastidiado camino hacia la salida más alejada de los invitados, aquella que me dirige directamente al jardín del salón, un camino más largo pero libre de reporteros. Sigo insistiendo en el móvil para que Nikolay me responda y mientras camino en la oscuridad del jardín, rodeado de pinos un destello rojo atrae inmediatamente mi atención.

Hasta mi subconciente se sorprende al notar como mi mandíbula se desencaja de la sorpresa, una verdadera Diosa griega estaba pasando a mi lado, con un vestido tan rojo como la sangre y brillante como el más grande diamante, sus exquisitas curvas resaltadas por ese color tan llamativo, un culo redondo, levantado y perfecto, la abertura del vestido me deja ver sus torneadas piernas, tiene una piel blanca como la luna y un cabello negro como el onix puro. Un choque eléctrico me recorre el cuerpo hasta mi miembro que se levanta al ritmo de mi acelerado corazón.

Esa mujer se observa tan deliciosa y perfecta como bella y yo por primera vez en toda mi vida me veo hipnotizado por una mujer, por la mujer de vestido rojo.

Me ha dejado tan idiotizado que no pude moverme y solo la vi caminar a toda velocidad hasta desaparecer de mi vista. Parpadeo un momento, creo que estoy alucinando, una mujer tan exageradamente hermosa apareciendo en la noche era imposible, aunque estoy seguro de que se dirigió hacia el interior del salón por lo que después de ir por Nikolay iré tras ella sin pensarlo.

Llegó a la habitación número D-205, tocó un par de veces pues es posible que Nikolay este haciendo algo privado pero al no recibir respuesta decidió usar el duplicado de llave que me entregaron semanas antes, estoy apunto de abrir cuando me percató que la puerta no está asegurada, es es raro hasta para Nikolay ya que nosotros por nuestro estilo de vida siempre estamos alerta y la seguridad de nuestro entorno es indispensable. Llevo mi mano derecha hacia mi espalda donde siento mi arma, deslizó mi dedo por el gatillo y mientras abro con lentitud la puerta, observando todo a mi alrededor saco el arma lista para cualquier situación.

Una vez dentro de la habitación mi cuerpo se petrifica y siento que mi alma se ha desprendido de mi cuerpo, un golpe tan fuerte que destroza desde mi cerebro, pasando por mi garganta y bombardeando mi estómago me ataca. Nikolay , mi hermano, mi otra parte está en el suelo. Mi respiración se acelera luego se acorta y desaparece conforme voy avanzando, el arma cae de golpe contra el suelo, siento que el suelo se esta moviendo y pronto me tirara contra el suelo, mi amado hermano tiene la boca cubierta de sangre, una sangre que se convirtio en un charco a su alrededor. Siento que la vida se está escapando de mi cuerpo mientras observo la mirada inerte de mi hermano en el suelo, observo todo a nuestro alrededor y observo el cuadro que cubría la caja fuerte en el suelo y la puerta de esta abierta.

Mi mano tiembla pero agarro fuerza de mi dolor y tomo mi celular marcando un número en especial

—¿Que pasa jefe ?—dice Damien al otro lado, sabe que si lo estoy llamando es por qué algo de suma importancia después de todo, el es mi ejecutor

—Necesito que vengas a Segovia en este instante — digo rápidamente y hasta yo me sorprendo de escucharme tan débil y destrozado

—¿Estás bien?— pregunta mi fiel amigo, me quedo en silencio por varios segundos

—Nikolay está muerto... —Suelo por fin y siento que mi cuerpo se vuelve de agua

—Salgo en cinco minutos — dice mi amigo y yo siento un poco de alivio al escucharlo

Parecería un acto desesperado llamar a mi fiel ejecutor, un hombre tan cruel y sadico como yo , el encargado de mis más despreciables negocios y las más sanguinarias órdenes pero solo el puedes ayudarme a encontrar al asesino de mi hermano y a esa impactante mujer de vestido rojo.

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