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Capitulo 01.| De regreso en el juego.

Trece años después...

— Ciudadana Selene Payton, el estado considera que se han presentado pruebas suficientes para reducir su condena, ya que observamos interés de su parte a lo largo de estos años por su colaboración y también por mantener una buena conducta. Si bien, el este sistema penitenciario está diseñado para rehabilitar a una persona, las reclusas que necesitan ayuda para cambiar su vida pueden beneficiarse de este sistema, se le hará un seguimiento en el cumplimiento de las normas fuera del reclusorio y nos ocuparemos de su inserción en la sociedad en el campo familiar, laboral y comunitario.

— Si, su señoria, admito y acepto que fue un error estúpido, no quiero llevar más esta vida y les pido absoluto perdón, ahora sé que estaba actuando muy mal, mi única excusa para mí comportamiento es que era muy joven en ese tiempo... Yo no sabía lo que hacía. Pero, ahora sólo quiero lo que cualquier mujer de mi edad desea, llevar una vida tranquila y común para formar una familia, establecerme y tener hijos.  —dije mientras las lágrimas corrian por mis mejillas. "Aún no había olvidado el truco" —Yo en serio, le juro por lo más sagrado que aprendí mi lección su señoría.

—Muy bien, querida. Estoy segura de que eres una buena mujer. Así que a partir de este momento: Queda en libertad controlada señora Selene Payton. — Sonreí, con suspicacia, era justo lo que quería escuchar.

—Gracias de verdad, no sabe cuánto se lo agradezco, Dios la bendiga...

¡Bendiciones para todos! — Antes de venir a la audiencia tomé la única pertenencia que me dejaron tener conmigo.  Una vieja foto vieja y desgastada.

— ¿Así que ya te irás?. — Preguntó Prya, una de las custodias a la cual le pagaba para que me dejara entrar cosas a prisión.

—Asi es, pero no llores por mi cariño, te enviaré cartas. —Ella río levemente. —Si sabes que ahora existe W******p, I*******m y Tik Tok, ¿verdad? —La miré con indignación pero después le sonreí.

—Seguiremos en contacto, cada semana te enviaré a una persona para que siga trayendo la mercancía... Tu solo está atenta. — Estiré mi mano y le pasé unos cuántos billetes. Durante este tiempo fue un buen contacto, por eso consideré que merecía una buena paga.

—Aqui tienes tus pertenencias, ¡revisa que este todo!. —dijo mientras extendía delante de mí una pequeña cesta, sonreí con amargura al ver todas mis pertenencias de aquella fatídica noche. Cambié el uniforme por mi ropa rápidamente y me alisté para por fin  salir de éste lugar.

— ¿Nadie vendrá por ti? — Negue con mi cabeza, pues no había, ni tenía a nadie.

—¿Y a dónde irás, que harás ahora? — Sonreí mientras las rejas de metal se abrían para mí.

—Te lo dije, Prya. Soy una persona nueva ahora, llevaré una vida tranquila y solitaria. Y quizás, solo quizás, formaré una familia. —Ella sonrió, y agitó su cabeza. "Se que no me creía absolutamente nada" Una vez que estuve frente a la calle, exhalé aire profundo olía a humo y a contaminación..

Era el dulce aroma de la libertad, «¡Si, estoy de vuelta perras!» Caminé sin sentido durante varias horas no había nada peor que estar en plena ciudad sin trabajo, sin un techo, sin dinero y la cereza del pastel estába completamente sola. Reconozco que para cualquiera que lo viera desde su perspectiva yo era una mujer acabada, sin nada y sin posibilidades, pero por cómo yo lo veía lo tenía todo o por lo menos más que antes, porqué luego de trece años en la oscuridad hoy por fin era una persona libre. "El resto sólo eran solo simples detalles"

—¡Bonita Ropa! ¿de dónde la sacaste? ¡Es del siglo pasado! — Unas chicas en un auto bajaron la ventanilla para burlarse de mí. Baje la vista para mirar mi ropa un segundo, creo que salir con medias de mayas transparente y tacones bajos ya no es tan chic como antes. ¿O acaso será mi brasier con tirantes flourecentes?

—¡Era la moda en el 2009!. — Les grité enojada, moviendo una de mis manos.

—Claro que sí ¡abuela! — Me gritaron de regreso antes de soltar mis risas burlonas. ¿Abuela? Es en serio.. pero si sólo tengo 37 años, gire la vista y observé la vestimenta de otras mujeres.

!Que carajos! pensándolo bien, creo que si necesito otra ropa. «Una más en tendencia» Miré de frente y las calles estaban llenas de personas distraídas, sería como ir por una golosina. Estuve observando un rato hasta que lo ví..

Si, mi próxima victima, era un sujeto con sobrepeso de edad mediana y con aspecto caucásico, venía distraído comiendo una salchicha totalmente ajeno de lo que sucede a su alrededor. "Bingo" Caminé de frente hacía él, mientras tomaba una botella de agua a medio tomar de una mesa y me acerqué hasta el tipo que venia distraído, choqué aproposito contra él y vacíe todo el contenido de la botella sobre su pecho, por el impacto su comida resbaló de sus manos y manchó toda su camisa y parte del pantalón, realmente fue un desastre. "Fue perfecto"

—¡Oh, Dios Santo! Lo siento mucho, señor, venía distraída y yo... —Comence a pasar mis manos por su cuerpo con la intensión de "ayudarlo" a limpiarse pero lo que en realidad hacía era registrar en sus bolsillos.

—¡Pero que estupida! Acaso estás ciega. — Escupió con irá y se aparto violentamente pero yo ya tenía su billetera en mis manos, así que me separé de él y caminé hacia otra dirección con el botín para sacar el dinero o lo que pueda encontrar.

—Lo siento tanto por ti querido... — Grité mientras le sonreía. identificación «Bruce Bennett», dos tarjetas de créditos, 87$ y una tarjeta del metro. ¡Demonios puedo ir a dónde quiera! Me burle pero en mi mi interior solo hay un sitio a dónde quisiera regresar. «Teressa Mackenzie» Saqué la pequeña foto desgastada que siempre llevaba oculta en el fondo de mi brasier y la miré con anhelo, en ella se reflejaban dos chicas llenas de sueños, que aunque no tenian ni un centavo eran felices.  Recordaba muy bien a mi querida Tessa, fuimos más que compañeras durante muchos años hasta que Joseph se cruzó en nuestro camino y terminó por separarnos. De las dos ella era la chica guapa a pesar de ser madre soltera, su melena rubia y ojos color esmeraldas enmarcaban finalmente sus mejillas y al mismo tiempo resaltaban sus labios voluptuosos. Su aspecto de modelo de revista provocaba una mezcla entre lujuria y tortura para los hombres que la conocian, algo que me daba la ventaja a mi para aprovecharme de eso. Ella era el ejemplo vivo de una mujer que desearás con locura pero ni en un millón de años lograrás tenerla. Ahora me pregunto que habrá sido de ella y su hija, con el ritmo que llevaba de seguro ahora es una mujer exitosa o tal vez se casó con un millonario como siempre lo planeó. Después de "comprar" ropa de este siglo y algo de comida, me concentré en conseguir un sitio para dormir... Esta bien, no compré nada... Pero solo fue un préstamo, después haré buenas acciones, algo así como dar el diezmo o ir a misa. Por fin llegue a un hotel donde hospedarme, y me quedé admirando el vestíbulo que era sumamente lujoso, cuánto tiempo sin ver algo asi... Era de techos altos, mosaicos dorados y lámparas de arañas, creo que llegue al lugar correcto.

— Bienvenida, ¿en que le puedo ayudar?

—¡Hola! buenas noches señorita, quisiera una suite para mi esposo y para mí. Es que acabamos de llegar a la ciudad en un viaje de imprevisto, el está en una junta importante, pero me siento tan agotada por el viaje que le insistí en venirme antes hasta el hotel. —Le sonreí a la tierna chica, mientras ella me estudiaba con una mirada rápida y luego sonrió de vuelta con aprobación.

— Se que no tenemos una reservación, así que me gustaría saber si tienes algo disponible. — La chica lo pensó por un buen rato, hasta que me respondió.

— Sabe está de suerte, aún nos quedan varias  habitaciones la temporada de turistas a mermado un poco y algunos vuelos se han retrasado. —dice y le yo doy un asentimiento en aprobación para seguirle la conversación mientras pasaba la tarjeta junto con los datos de mi esposo. «¡El gordito salchicha!»

— Perfecto señora... — Nataly Bennet. —dije con toda naturalidad. —¡Listo! Señora Nataly Bennett, la habitación es toda suya, ¿quiere que envié a alguien por su equipaje? — Pregunta.

— Oh, no, no. Mi esposo traerá el equipaje más tarde. — Me excuse, pues no traía nada conmigo. — Ah, también le recuerdo que en la mañana su esposo debe pasar a firmar la factura de cancelación...

—¡Claro por supuesto! Estaré al pendiente de que lo haga. Muchas gracias. — Tomé de regreso la  tarjeta, luego le dí un apretón de manos en agradecimiento y me dirigí hasta la habitación, a lo lejos observé el bar y este tenía una salida independiente. "Muy interesante" Al llegar a la habitación y cerrar la puerta en mi espalda, lo primero que hice fue lanzarme hasta la cama y soltar el más placentero gemido y es que en trece años solo dormi en un catre o en el piso... Definítivamente eso te hace valorar este tipo de placer y comodidad. Pedí servicio al cuarto, mientras revisaba el mini bar, hace mucho tiempo que no probaba alcohol y hoy era una noche especial, después de haberme saciado con buena comida y vino decidí tomar una pequeña siesta para recuperar energía. Saqué de mi bolsa el delicado reloj que tomé prestado de la tierna recepcionista y coloqué una alarma.

[...]

El ligero sonido de un tic-tac, me despertó. Ya casi amanecía y parecía que iba a llover,  necesitaba apurarme para salir de allí cuanto antes. Tomé "mis pocas cosas" y le dejé su cartera a mi querido esposo salchicha, con sus documentos, sólo tomé la tarjeta del metro y claro, el dinero.

Me dirigí a la salida individual del bar y miré por encima del hombro asegurandome que el camino estuviese despejado cuando me convencí de que así era salí con pasos rápidos...

—¿Disculpe señorita? — Una voz me detuvo.

¡Ay, Joder! ¿Seguro que me descubrieron? Vamos, Selene, mantén la calma...

—¿Si?, ¿se le ofrece algo, buen hombre? — le dije con suavidad mientras mis ojos buscaban otra forma de escapar. —Se le ha caido ésto.

— Boté el aire de mis pulmones y tomé la desgastada foto que era mi única posesión.

— Pero que amable. — Contesté más calmada y seguí con mi camino.

Luego, me desvié, a la estación de metro más cercana, si quería encontrar a Tessa, debía comenzar a investigar en el lugar donde la vi por última vez , tal vez tengan información sobre su ubicación actual...

Si, eso haré.

Al llegar a la localidad me guíe por las familiares y transitadas calles en dónde viví durante mucho tiempo, el olor a moho y a humedad del viejo edificio me estremeció, habia un mar de recuerdos en este lugar. Subí por las escaleras ya que no había ascensor,  hasta llegar frente a la dichosa puerta, por la emoción no me atrevía a tocar pero después de un tiempo me animé a dar un par de toquecitos,  imaginando la sarta de mentiras que diría para conseguir información sobre Tessa. Pero al abrir la puerta una voz vagamente familiar inunda mis oídos.

—No somos religiosos, tampoco cómpramos ni donamos nad....

— Hizo una pausa para mirarme.

— ¡No me jodan! ¿Acaso se desató el infierno, porque están apareciendo los malditos muertos?

¿que carambas haces tu aquí? —Una señora con una bata de dormír holgada y cabello enmarañado abrió la puerta, su rostro se veía demasiado demacrado, con líneas de expresiones y bolsitas oscuras debajo de sus ojos... Realmente me veía fijamente con una mirada asesina. ¡Ay m*****a sea! ¿Ojos color esmeraldas? ¡Demonios!

—¿Tessa? — Exclamé con asombro. «Casi no me lo creia» —¡Por el infierno, mujer! ¿Pero a ti que rayos te paso? Estás hecha m****a... —Ella apretó sus labios.. ¡Ay joder, cuantas arrugas tiene su cara! ¿Por qué se ve así?

—Eso... Es algo que no te incumbe. ¿Por qué viniste? Sabes bien que no eres digna de estar frente a mí puerta.. —Me cruce de brazos antes de devolver el sarcasmo.

—¡Oye! Disculpame, no sabía que se necesitaba de una medalla de honor para estar aquí. — Sonrió levemente afilando su lengua para regresar el ataque.

—En tu caso, Selene Payton.... Necesitas dos putas medallas y mucho más después de lo mal que me trataste. — Suspire y dejé escapar todo el aire que tenía retenido.

— Tienes razón Tessa, sé que me equivoqué, nunca debí confiar en él y mucho menos ponerlo por encima de ti...  Además quiero decirte que te perdoné primero. —ella frunció su ceño.

—¿tu me perdonaste a mí?

— Si, te perdoné.

— Ajá, y eso ¿por qué, o qué? —pues nunca fuiste a visitarme ni una sola vez a la cárcel. — abrió sus ojos como dos enormes platos.

—¿Yo no te fui a visitar? ¿Estás segura? Porque uo recuerdo que TU, no quisiste verme, dijiste que no tenías familia y que era mejor no ver a nadie más... — recordé que era cierto lo que decía y llevé mi mano hasta mi frente.

— Lo siento tanto.... pero en aquel entonces pensé que tú me habías traicionado y nos echaste de cabeza con la policía porque eras la única que lo sabía. — Me da una mirada de confusión.

—¡Oye! que te sucede, yo jamás te haría eso y lo sabes. — respondió con enojo había un deje de decepción en su mirada.

—Entonces, que mal verdad, creo que actué como estupida durante estos trece años. — Le digo apenada.

— De verdad, lo siento, Tessa. —ella hizo un gesto desdeñoso con sus hombros, y se quedó parada sin hablar.

— ¿Tessa? Ya dije que lo sentía... Y mucho.  —Seguia observandome unos segundos hasta que habló.

—Si Selene... Ya te oí, ahora por favor, ¿podrías largarte de mi casa?. —Ella seguía muy enojada,  desechó todas las ramas de olivo que traté de lanzarle para hacer las pases. Así que era momento de hablar con sinceridad y sacar las lágrimas o la perdería.

— Tessa, lo siento mucho, tú y la pequeña Clark, eran lo más cercano que tenía a una familia de verdad....

— Se llama Clarisse, deja de darle alas. — Me reprende con la mirada pero la ignoré y continúe con lo que debía decirle.

—Si actúe así, es porque nunca tuve referencia a lo que era el amor de familia, siempre fui de pocos amigos, sabes que era así. Yo sólo te tenía a ti.. y estoy segura de que te diste cuenta de que no quería exponerlas. —Su mirada se suavizo apenas me escuchó.

—Me dolió mucho que me hayas suplantado por aquel espantapájaros. — Se quejó furiosa.

—Lo sé, eso es algo que jamás, jamás, jamás sucederá de nuevo. Te lo aseguro. — Mis palabras la convencieron y extendió sus brazos robustos para darme un cálido y reconfortable abrazo de hermanas. «El primero que recibo durante trece años y admito que me hizo sentir en casa nuevamente»

—Ven entra, hace mucho frío aquí afuera... —Me tomó de un brazo y me obligó a  que entrara.

— De pura casualidad.... ¿Tendrás un cuarto decente por si me embriago y traigo un hombre sexy a casa para follar. No quiero que te vayan a molestar mis gemidos... Digo los ruidos.. —Ella rodó sus ojos con diversión.

— Selene por el amor a ¡Dios...! — Sonreí y levanté mis manos en señal de rendición.

—Esta bien, está bien, relájate no lo traeré aquí. Buscaré otro lugar.— Ronroneo con doble sentido.

—Selene... Si tengo uno, pero no grites tanto. —ambas reímos en complicidad como en los viejos tiempos.

¡Mi amiga había regresado! Repasé mentalmente mi plan, ya había cumplido con éxito el primer punto. Ahora pasaría a lo más difícil, convencerla de entrar nuevamente en el  viejo pero muy confiable: "negocio"

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