Punto de vista en tercera persona

"Hay guardias por todas partes aquí. Ya han estado a punto de atraparme dos veces. No puedo volver otra vez", dijo el salvaje al teléfono.

La mano de Kenneth se apretó alrededor del teléfono hasta que sus nudillos se pusieron blancos. La furia se apoderó de su pecho. Había estado enviando salvajes a la mansión del príncipe con la esperanza de secuestrar a Maeve, pero ella estaba bajo llave. No la habían dejado en paz desde que salió del hospital. Kenneth se estaba quedando sin opciones. Esperaba poder explorar el lugar y encontrar la manera de sacarla de la mansión sin que nadie sospechara de su participación, pero cada día le resultaba más difícil. No había forma de que pudiera secuestrarla.

Miró la foto que tenía sobre el escritorio y suspiró mientras se recostaba en su asiento. La foto era de su hijo Nicolás cuando era solo un niño. Tenía grandes esperanzas puestas en su hijo y todas esas esperanzas y sueños estaban relacionados con Maeve. Golpe