Jacob.- Deje mi arma a un lado y volví a salir con las manos en alto, Alfred tenía un arma apuntando la cien de Natalia, me rompió el corazón verla con el rostro húmedo y sus ojos hinchados de tanto llorar.Cuando Alfred me vio pasó sonrió con malicia, paso sus labios recorriendo su cuello llegando hasta su mejilla de manera asquerosa, de aquí no iba a salir vivo, se lo iba a hacer pagar, pero primero debo ponerla a salvo.— Puedes hacer lo que quieras con ella –Traté de restarle importancia, su mirada estaba desencajada, confundido, él esperaba verme suplicando clemencia, si le daba lo que quería más rápido la iba a matar, solo estaba dándole tiempo a los agentes para llegar.— Muy buena actuación bastardito, no me convences –Vi su dedo poniéndose en el gatillo de su arma listo para disparar hasta que Leti apareció y le disparó en justo en la mano haciéndolo pegar un grito de dolor Natalia y yo corrimos hasta encontrarnos, la abracé con fuerza, pero Alfred corrió escapándose.— ¡Per
Jacob.- Salimos de la habitación ella me miró sosteniendo su bastón sabía que estaba enojada.— ¿No te alegra verme? –Pregunté intentando alivianar la tensión.— Por supuesto sé que ustedes no son inmortales, pero sabía que ninguno de mis dos nietos se iba a dejar vencer por un idiota, nunca te voy a perdonar que me hayas ocultado lo que sucedió con Caroline, ni decirme que tenía una relación con alguien de haberme avisado a tiempo nada de esto hubiese pasado.— Abuela no quería preocuparte, pensé que podía resolverlo solo y que mi madre despertaría –Alzó la mano en silencio. –Lo siento— Leticia me contó lo de Natalia ¿Qué va a pasar si esa niña no es tu hija?— Si no lo es… permitiré que Vincent se haga responsable, seguramente querrá darle su apellido, yo de igual manera seré su segundo padre –Me encogí de hombros. –Ella asintió, en silencio. –Amo a Natalia abuela y amaré a esa niña como si fuera mía, como Caroline lo hizo conmigo.— Me enorgullece escucharte decir esas palabras,
Leticia.-No podía quedarme más tiempo en ese hospital, Víctor estuvo a punto de convencerme que era diferente ¿Por qué tenía que avisarle? Es obvio que tienen algo.— ¡Quiso verme la cara de estúpida! –Lanzo con fuerza parte de mi ropa, las gotas de mis lágrimas caen cobre ella, en mi maleta, veo la botella de tequila sobre mi mesa de noche, la cojo y bebo un gran sorbo, me quejo cuando el líquido pasa por mi garganta como un hierro ardiente, los hombres no valen la pena definitivamente.A mi mente vuelve el momento de ese beso que nos dimos en ese auto, me hizo sentir como si sus labios solo fueran para mí, vuelvo a beber otro sorbo de la botella negando, sigo empacando, la propuesta de Derek de dirigir temporalmente las empresas Morgan llegaron en el momento perfecto, huiré a Seattle y me alejaré cuando Jacob tome el control regresaré a Europa y me olvidaré que Víctor Mars existió.(…)Coloco las maletas en la estancia a punto de irme, cuando el timbre suena, veo la hora en mi relo
Jacob.- Me despedí de Leticia, se nota lo afectada que está por lo de Víctor a ese es otro que voy a partirle la cara ¿Cómo se le ocurre traer a la pelirroja hasta aquí? ¿O es muy idiota para intentar darle celos a Leticia? O es como dice mi amiga no le importa para nada.Leti me dio un bolso con ropa de Natalia y Lucía, llegué al hospital en la madrugada, la abuela se había regresado con Derek a Seattle con la promesa de volver y quedarse por tiempo indefinido para disfrutar de Lucía y acompañar a Natalia en el embarazo. Cuando abrí la puerta mi madre con mi hija en brazos y Natalia, las tres durmiendo acurradas, saqué mi teléfono y les tomé una foto, se veían adorables, decidí dejarlas descansando y me dirigí para ver a Vincent, me topé con Víctor.— ¡Ey! –Me saluda como si nada trato de contenerme para no partirle la cara.— ¿Cómo está Vincent?— Despertó solo por unos minutos y luego se quedó dormido, pero el peligro ya pasó –Dice aliviado.— Me alegra iba a verlo en este momento
Natalia.- Catherine ya había sido dada de alta, nos suplicó mudarnos con ella a su casa Jacob aceptó con la única condición de colocar un sistema de seguridad y guardaespaldas en cada esquina de la casa, lo que sucedió con Alfred no podía volver a pasar de nuevo, de mala gana Caroline aceptó.Estaba feliz de tener a su nieta a su lado y disfrutarla todos los días, apenas llegamos ni siquiera descanso llamó a su contratista para remodelar una de las habitaciones que convirtió en un perfecto cuarto de princesa ara Lucía, ahora no preguntábamos si ¿Íbamos a poder salir de aquí?— Me alegra que te estés recuperando bien Vincent, por mi culpa…— Natalia tranquila, olvídalo, aquí estoy sano y salvo y tú estás bien, tu bebé está bien es lo único que importa.— ¿Cómo te sientes con la noticia sobre Lucía?Jacob y yo hace dos días le confesamos la verdad sobre la paternidad de Lucía, aún seguía con algo de anestesia en su sistema, pensamos que no le había dado importancia y que estaba bien, p
Natalia.- Lentamente yo misma lo sequé con la toalla, podía sentir cada musculo, acaricié con la toalla su abdomen mientras bajaba sonriendo con picardía, la lujuria y el deseo se reflejaba en los ojos de ambos.Jacob tomó mi rostro en sus manos y beso con la misma necesidad que la mía, volver a probar sus labios me hacía sentir en la gloria, me perdí en el sabor de su boca, en la calidez de su cuerpo que se acercaba al mío lo extrañaba y hasta ahora no sabía cuánto, esto era lo que quería tenerlo así día y noche siempre, nuestras lenguas batallaban por tener el control.Poco a poco se fue deshaciendo de mi vestido, sus manos comenzaron a recorrer mi espalda, sintiendo la suavidad de mi piel, y yo me aferré a él, deseando que ese momento nunca terminara, cada roce, cada caricia, encendía una llama dentro de mí.— No sabes cuánto te extrañé mi pequeña –Susurró en mi oído. –Te deseo tanto. –El calor en mi cuerpo y la intensidad de las sensaciones me prohibieron articular palabra, Jacob
Natalia.- Seis meses después.-Caroline estaba desquiciada con los preparativos no solo de la boda sino del bautizo de Lucía, Jacob hizo los requerimientos legales para reconocerla y ponerle su apellido.El bautizo sería en dos días y se celebraría aquí en nuestro hogar, mi suegra decidió mudarse a la casa de huéspedes y dejarnos la más grande para nosotros con tal de que no la dejáramos sola, a estas alturas era imposible alejarla de Lucía y de su otro nieto que venía en camino.Hoy era la llegada de Leti la extrañaba un montón, pero sabía que necesitaba su espacio para superar a Víctor que se había plantado aquí en Nueva York esperando por su llegada, se podía ver la desesperación que tenía por volver a verla.— ¡Aaaw! Te ves hermosa –Leti apareció sonriendo, un semblante diferente desde la última vez que la vi.— Veo que Seattle te sentó bien, aunque sigo enojada por irte sin despedirte de mí –La envolví en un gran abrazo.— Lo siento, pero no puedes quejarte te he llamado casi a
Jacob.- Sentí como algo salpicó sobre mi rostro, cuando parpadeé pasé mis dedos viendo el líquido que se esparcía sobre mis yemas, el pánico invadió cada fibra, cuando giré vi el precioso vestido color champagne de la mujer que amo teñido de rojo, la mancha se extendía haciéndose más grande, todo sucedió en cámara lenta, el grito de mi madre me hizo reaccionar, Natalia iba cayendo lentamente mirándome con el miedo clavado en sus ojos extendí mis brazos para no dejarla caer sobre el pavimento.— ¡NO! –El desgarrador grito que salió de mi garganta lleno de horror, los guardaespaldas se movían buscando desde donde se había disparado. – ¡Mi cielo, por favor aguanta! ¡LLAMEN A UNA AMBULANCIA! –Enfoqué mi atención en Natalia presionando la herida en su hombro con mi mano. – ¡Aguanta mi vida, por favor no me dejes! Yo sé que duele, pero necesito detener el sangrado –Mis lágrimas caían por mi rostro estaba desesperado.— A… a… amor e…escu…chame— No hables pequeña guarda tus fuerzas, la ambu