Capítulo 2
Punto de vista de Salvaje

Miro fijamente la foto de perfil en mi chat que lleva tres años sin cambiar y con un suspiro, abro la conversación para comprobar que ni uno solo de los mensajes que le he mandado desde entonces ha sido visto. Menudo idiota estoy hecho.

Hace tres años.

Hace ya un mes que dejé a Ángel y elegí a Foxy como pareja. Todo va bien. Ángel no ha intentado contactarme, aunque a veces me descubro a mí mismo mirando su foto de perfil.

"¿Qué pasa, cariño?" Siento una mano acariciándome el brazo desnudo. Cierro la aplicación y me giro para mirar a Foxy junto a mí, con ese pelo rojo y ojos color café, es preciosa, y lleva dentro a mi futuro hijo.

"No es nada, mi amor, sigue durmiendo". Le beso la frente mientras ella vuelve a acurrucarse.

Yo sigo sin poder dormir, porque algo me inquieta. Una parte de mí quiere saber cómo está Ángel, pero descarto la idea de inmediato. ¿Para qué molestarme? La zorra me estaba engañando, así que no se merece que me preocupe por ella.

Al final me duermo con ese pensamiento, hasta que unos golpes en la puerta me despiertan de golpe.

"Presi, tenemos que salir ya. Los Moretti están llamando a una reunión urgente". Me indica Blaze, mi vicepresidente.

Me levanto gruñendo y me visto a toda prisa.

Los Moretti... esto pinta mal. Aunque, pensándolo bien, sé que Ángel no les contaría nada, a menos que quiera que sus padres sepan que es una cualquiera. Sonrío con maldad mientras salgo de la habitación y atravieso el club.

"¿Qué pasa? ¿A qué viene esta reunión?" Pregunto mientras me sirven un café.

"No tengo ni idea, he intentado sonsacarles información, pero nada. Lo único que repiten es que es urgente. Así que, tenemos que salir ahora mismo". Responde Blaze.

No necesita repetírmelo dos veces; nadie hace esperar a los Moretti. Cuando dan una orden, todos obedecemos.

Mi padre Hatchet y Antonio Moretti trabajaron juntos durante muchos años, gracias a eso conocí a Ángel. Nuestras familias se visitaban con frecuencia; unas veces ellos venían a nuestro territorio, otras nosotros íbamos al suyo. Aunque ella es cuatro años menor que yo, siempre nos llevamos bien y nos divertíamos juntos. Cuando cumplió dieciocho, algo cambió entre nosotros, la atracción se hizo más intensa y terminamos juntos, siendo yo su primera vez. Luego de eso, mantuvimos nuestra relación en secreto, hasta que hace cuatro semanas cuando aparecieron esas fotos.

Cuando me sorprendió con Foxy en la cama, le solté unas cuantas barbaridades. Quería que supiera que aquello era culpa suya, pero ella fingió no entender nada y negó todo. Discutimos y hasta me dio una bofetada, pero no me importó. Tanto entonces como ahora pienso que se lo merecía.

Me subo a la moto junto con Blaze y Ripper, mi Sargento de Armas. Arrancamos, dejamos atrás el complejo y nos lanzamos a la carretera. Tras varias horas de viaje, finalmente llegamos a la propiedad de los Moretti.

Paramos las motos y bajamos. Al entrar a la mansión, se nota el ambiente pesado. Los demás presidentes ya han llegado, así que voy saludando a cada uno con un apretón de manos, pero nadie sabe exactamente por qué estamos aquí.

En poco tiempo, Don Antonio Moretti entra y todos agachamos la cabeza con respeto. Parece que ha envejecido diez años de golpe. Detrás viene Teagan, con los ojos hinchados y cara de no haber pegado ojo en días. ¿Qué demonios pasó?

"Gracias por venir con tan poco aviso. Se los agradecemos. Siéntense, por favor." Nos indica Antonio mientras se sienta y coloca a una angustiada Teagan en su regazo.

"Los hemos llamado aquí porque nuestra hija, nuestra Ángel, ha desaparecido".

Me quedo boquiabierto mientras los murmullos recorren toda la mesa. Al cruzar miradas con Blaze, noto que me observa con dureza, pero esto no tiene nada que ver conmigo. Seguramente ella solo está montando un espectáculo para llamar la atención.

"¿Cuánto tiempo lleva desaparecida?" Pregunto, haciendo que todas las miradas se dirijan hacia mí.

"Una semana, y no ha estado actuando con normalidad últimamente. El día que desapareció, nos dijo que iba al gimnasio, pero no regresó. Manejó su Mercedes hasta el banco, sacó todo su dinero y cerró sus cuentas, después vendió el carro. No tenemos ni idea de dónde está porque apagó su celular o lo tiró. Todos conocen a nuestra hija y saben que no es una princesa caprichosa ni una chica consentida, si hizo algo así es porque está en problemas". Se me hace un nudo en la garganta, pues todo esto me da mala espina.

"Otra cosa, creemos saber por qué sintió que tenía que escapar". Mira a todos, pero sus ojos se fijan en mí y siento la sangre helarse en mis venas. Mierda, él lo sabe.

"Está embarazada, también recibimos algo por correo ayer, pero era falso. Mi equipo ya lo confirmó".

"¿Qué recibieron?" Pregunta uno de los Don.

"Fotos de nuestra hija con diferentes hombres, pero el que las mandó es un novato. Simón y Rosena descubrieron enseguida que estaban manipuladas con Photoshop. Sin embargo, parece que nuestra hija huyó porque alguien la estaba amenazando con esas imágenes. Ángel es amable e ingenua. Ya tenemos gente buscándola por todas partes". Mi corazón se acelera descontroladamente. ¿Las fotos eran falsas? ¿Qué demonios está pasando?

"¿Y saben quién es el papá? A lo mejor se fue con él". Digo mientras le echo un vistazo a Blaze, que está tan furioso como yo.

Aprieto los puños bajo la mesa cuando Teagan clava sus ojos en mí, su mirada me hiela la sangre y siento un nudo en el estómago.

"Tenemos una idea. Lo que pasa es que seguramente Ángel intentó hacer lo correcto. Debe haber ido a hablar con él para contárselo y por mi experiencia, les puedo decir que seguramente la rechazó tanto a ella como al bebé y por eso se fue, para no ser una carga o traer problemas a la familia. No se olviden que mi hija es una DeNucci, y nosotros sabemos cómo desaparecer cuando queremos". Responde Teagan sin dejar de mirarme.

Yo trago saliva y me encojo en la silla. Ahora entiendo por qué vino a buscarme; quería decirme lo del embarazo y yo, como un imbécil, le creí a Foxy y a esas falsas fotos. Sí, estaba borracho, pero eso no justifica nada. Y ahora mi Ángel, mi todo, anda por ahí asustada, sola y esperando un hijo mío.

No recuerdo nada más de la reunión, solo su cara llena de lágrimas mientras protegía su vientre con la mano, el miedo en sus ojos y su hermoso rostro destrozado por el dolor la última vez que hablamos. Finalmente se fue llevándose a mi hijo con ella.

En el presente.

"Salvaje, vamos a ver a Solomon en el pueblo que sigue. Hay que movernos ya". Me informa Blaze.

En ese momento, mi celular suena y gruño al ver a la persona que me llama.

Es Foxy. Ignoro la llamada como siempre lo hago, la dejé tres meses después de hacerla mía, cuando la sorprendí acostándose con dos miembros de otro club. La llevé a rastras al hospital para hacerle una ecografía y tal como sospechaba, la muy puta ni siquiera estaba embarazada, aunque juró no haber enviado las fotos, no soy ningún idiota y estoy seguro de que lo hizo ella.

"De acuerdo, vámonos". Respondo mientras salgo del motel y emprendemos la marcha.

Hace ya seis meses que se canceló la búsqueda oficial de Ángel. Antonio y Teagan anunciaron que su hija volvería cuando se sintiera lista y nos advirtieron que nadie debía obligarla a regresar si la encontraban, pero eso no va a pasar conmigo; si la encuentro, mi hijo y ella vendrán conmigo, sin objeciones.

Tomamos rumbo al pueblo y paramos en el bar donde quedamos con Solomon, el presidente de un club aliado. Solemos trabajar juntos a menudo, por lo que este tipo de encuentros son habituales, aunque es la primera vez que nos reunimos en este pueblo.

Entramos al bar Eclipse, un lugar agradable con ese encanto típico de pueblo que me gusta. El tipo tras la barra casi se desmaya al vernos entrar en grupo, y no puedo evitar sonreír cuando corre hacia fuera buscando ayuda.

Lo entiendo, pues somos motociclistas ruidosos, pero no venimos a causar problemas. Solo queremos tomar algo y reunirnos con Solomon, nada más.

Entonces, escucho un jadeo y todo el bar queda en silencio. Al darme la vuelta, lo que veo me deja tan impactado que tengo que mirar dos veces.

Lleva su cabello rubio recogido en una coleta alta y sus ojos color miel me miran con sorpresa. Respira agitada, con el pecho subiendo y bajando rápido. Está preciosa, incluso más hermosa que hace tres años.

"Ángel".

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