—¿¡Qué!?—gritó.
—No no no, e-espera Jair—me puse frente a él.
Sabía que iría por Alexa ya que ella es más fácil de decir la verdad, yo mentiré un poquito, solo para calmarlo.
—Ella no puede ser la Luna, Jane. Es una niña—dijo entre dientes, la vena en su cabeza estaba apunto de explotar.
—E-Es un error, lo sabes—dije desesperada.
¡¡Ahora no se me ocurre nada!! ¿¡Cómo le voy a mentir al guardia más fuerte de los Menzon!? ¡¡Me va a arrancar la cabeza!!
—Saca a la niña de aquí ahora, no las quiero ver aquí. Acordamos que este sería mi territorio y el de ustedes sería allá—me tomó de los brazos con fuerza.
Ahogué un quejido, Alexa tomó a Jessica en brazos y las tres salimos de ahí rápido.
Maldito lobo, algún día me vengaría de él y su humor de perros.
J E S S I C A
Han pasado 2 días desde nuestra "visita" a la mansión, ya me siento mucho mejor gracias a mis amigas y al médico. Las burlas de mis compañeros cesaron...al menos con lo de la Luna, ahora solo se burlan por mi falta de licantropía y mis notas.
Estaba en el patio central con mis amigas cuando a lo largo vi a Morgan, este tenía la mirada fijamente en mí o al menos eso creo. Levantó su mano con una gran sonrisa malvada e hizo una señal para que me acercara.
—Ahora vengo, voy al baño—ellas asintieron y siguieron comiendo.
Caminé tratando de pasar desapercibida y cuando me di cuenta ya estaba en el mismo pasillo abandonado de la última vez. Morgan estaba recostado en los casilleros con la cabeza baja, con su mano me indicó que me colocara al lado de él y así lo hice.
Ya me estaba empezando a asustar...
Siendo sincera, yo podría responderle a cualquier Menzon menos a Morgan, él me asustaba más que el Alpha. Es esa sonrisa malvada que cada vez que me ve, se ensancha hasta parece el gato de Alicia.
—M-Morgan, ¿qu-qué sucede?—coloqué mis manos detrás de mí.
—¿Creías que yendo a la mansión y dándole energía a Damon, él te iba a empezar a querer?—su tono era muy seco.
—Yo...
—Solo eres una niña que con costo se sabe las tablas de multiplicar, ¿cómo piensas conquistar a alguien de 113 años? Niña—se separó de los casilleros y se colocó frente a mí.
—Y-Yo no-no...
—Nadie puede conquistar al Alpha, esperaremos otros 100 años a que la Diosa envíe otra Luna. Damon ya lo decidió, por más que lo intentes, él nunca te va a amar—auch.
—L-Lo sé, Morgan—desvié mi mirada.
—Damon te va a amar cuando puedas convertirte en loba—colocó su rostro frente a mí...muy cerca.
En otra situación esto sería romántico pero yo me estaba muriendo de miedo y él disfrutaba de mi miedo. Ojalá esa fuerza de siempre aparezca ahora para poder contestarle, pero no hay indicios de eso.
—N-No tienes que ser tan ma-malo conmigo, Morgan—traté de mirarlo a los ojos pero no pude.
—¿No puedo? ¿Por qué? Soy un Menzon, puedo hacer lo que quiera y más con una niña que se cree grande—mis ojos se cristalizaron.
—Po-Por...porque...
—¿¡Por qué no te metes con alguien de tu tamaño!?—era Jane.
¡Gracias Diosa!
Morgan se enderezó y le hizo frente a Jane, ella tenía los ojos amarillos. Alexa estaba detrás de Jane viendo todo el show, Alexa era más tranquila así que las peleas se las dejaba a nuestra amiga.
Pensé que Morgan iba a insultar a Jane pero solo la miró fijamente y luego sonrió.
—Solo hablábamos, Jane—levantó sus manos en símbolo de paz.
—Ya sonó la campana, vete—Morgan comenzó a caminar y luego lo perdimos de vista.
¿Qué fue eso? ¿Cómo hizo eso?
Solté un poco de aire que tenía contenido y luego Jane me haló de la muñeca, me llevó personalmente hasta mi salón. Se veía muy molesta. En la tarde ya no habían recesos así que las vi hasta la salida, a Morgan no lo vi y eso me alivió. Me acompañaron a mi casa y luego se despidieron con un fuerte abrazo; antes de irse Jane me dijo:
—Yo siempre te voy a defender de cualquier Menzon y más de Morgan—asentí levemente.
Entré, me cambié, me di una ducha y el resto de la tarde pasé viendo novelas con mi mamá hasta que llegó papá en la noche y cenamos.
Antes de dormir me quedé viendo el techo que tenía estrellas que brillaban en la oscuridad, y me puse a pensar en lo que dijo Morgan.
—Él nunca te va a amar...—tenía razón.
¿Por qué lo haría? Solo soy una niña y no tengo nada qué ofrecerle. Debería rechazar a Damon ahora...para acabar con esto de una vez. Me senté en la cama y puse toda mi concentración.
—Yo Jessica Bloom...—respiré profundo—Yo Jessica Bloom...no puedo hacer esto.
Sé que al Alpha no le importaría si yo lo rechazo pero eso clava otra duda en mi mente...¿por qué el Alpha no me rechazó directamente ese día? ¿Estaría mal preguntarle? Y si no ¿cómo lo hago? Tal vez pueda pedirle ayuda a Lily o a Kou, no a Kou no, no lo conozco tanto.
—Esperaremos otros 100 años hasta que la Diosa envíe a otra Luna...
O solo debería dejar que eso pase. Pero si no lo rechazo, yo nunca tendré un nuevo mate y no seré amada nunca...como siempre quise.
. . .
No sé cómo llamar aquí, si pego gritos me veré muy mal pero tampoco veo un timbre o algo. Estoy buscando el timbre cuando un chico se acerca a mí, está sucio y usa guantes así que supongo que es el jardinero.
—¡Hola! ¿Te puedo ayudar?—su voz era muy dulce.
—Ho-Hola yo...vengo a ver al Alpha, ¿puedo pasar?—incline un poco mi cabeza.
Él se me quedó viendo fijamente con una sonrisa e inconscientemente yo también sonreí. No sé cuanto pasó pero alguien interrumpió nuestro intercambio de miradas, me tensé al ver al Alpha detrás del jardinero. Él se movió e hizo una reverencia.
—Alpha Menzon.
—Hersson, ya puedes irte—el jardinero me dio una última mirada y se fue.
—Alpha—también hice una reverencia.
—¿Qué haces aquí, niña?—tan amargado como siempre.
—Y-Yo quería hablar con usted, prometo que no tardaré—bajé mi mirada.
Escuché el gran portón abrirse, él tenía un mini control en su mano izquierda. Comenzó a caminar y yo lo seguí desde atrás, el portón se cerró mientras caminábamos. Llegamos a una oficina dentro de la casa, todas las sirvientas se nos quedaron viendo hasta el segundo de los Menzon: Róger.
Él toma asiento detrás del gran escritorio y yo frente a él. Paso mi mirada por toda la oficina y veo de todo: cuadros familiares, libros, una mesita negra, portafolios y algunas plantas. El Alpha aclara su garganta, pego un pequeño brinco y pongo mi atención en él.
—Es muy bonito...—susurro.
—¿Ah?
—¡Di-Digo! La oficina, la oficina es muy bonita—él asiente y desvía su mirada—Lo que quería...
—¿Vienes por dinero? ¿Cuanto quieres? Vi las condiciones de tu hogar y necesita un par de arreglos—su mirada cae en mí y una sonrisa burlona aparece.
—No no, nada de eso—río un poco—Ayer pensé, tenía una duda y quería que usted me la aclarara porque bueno fue una decisión y...
—¿Vas a cuestionar una decisión mía?—levantó su ceja.
—¡No no no! Nada de eso—solté aire y volví a hablar—Estuve apunto de rechazarte ayer...en la noche pero no pude.
Tenía la mirada baja así que no podía ver sus reacciones y era mejor, no quería ver la sonrisa burlona que de seguro tenía.
—Solo quería saber ¿por qué?—ahí sí levanté mi mirada.
—¿Por qué qué?—creo que él...estaba sudando.
—¿Por qué no me rechazaste el mismo día que descubriste eso?
—¿Eso te tiene pensando? Que extraña eres—me traté de hacer pequeña en mi lugar—Pero fue porque si lo hacía de una vez, sería doloroso y necesitaba a una Luna mientras la Diosa envía otra.
—Pero si me rechaza, automáticamente tendría otra, no tiene que esperar—argumenté.
—Puedo rechazarte ahora—en ese momento algo dentro de mí se movió.
Creía que mis ojos se iban a cristalizar y lloraría pero...creo que sería lo mejor para ambos.
—Creo que...sería lo mejor.
—Bien, dame tus manos—él colocó las suyas en el escritorio.
—¿¡Qué!?
Él rodó los ojos, yo coloqué mis manos encima de las suyas y suspiré. Todo sería por un bien, todo sería por un bien.
—Yo Damon Menzon...
—Yo Jessica Bloom...
Una luz salió de las manos de ambos y se quedó flotando frente a nosotros.
—Te rechazo a...
—¡¡DAMON!!—en ese momento la puerta se abrió de golpe.
Solté las manos del Alpha por el susto. Era Róger. Estaba agitado pero luego se enderezó y sonrió en mi dirección.
—Hola, Lunita—auch.
—Joven Menzon #2—me levanté e hice una reverencia.
—#2? Me gusta. Hola linda, espero no interrumpir nada.
—Créeme que sí lo haces, ¿qué sucede, Róger? Espero que sea algo verdaderamente importante—contestó el Alpha.
—Claro que lo es y me agradecerás después. Yo tengo algunos problemas con unos archivos de color verde y púrpura ahí en la sala, esperaba que me ayudaras—él sonrió. Parece que lo que dice es mentira, solo un tonto le podría creer.
—Te encargué una cosa, no lo puedo creer. Niña, tendremos que hacer eso mañana, ahora me tengo que ir—asentí.
Caminé hacia la puerta, no era tan difícil perderse pues había memorizado el camino. Escuché unos pasos detrás de mí pero como yo soy un cero a la izquierda no creo que a nadie le importe que esté caminando por los pasillos de este enorme lugar.
—¡¡Jessica!!—gritó en mi oído y luego sentí algo colgarse de mí.
Ya que soy muy débil, me fui de cabeza hacia el suelo, sentí como esa persona se acurrucaba en mi espalda. Me hizo costillas así que no pude evitar reír.
—¡Basta Leah!—y seguí riendo—¡¡Me hace cosquillas!!
—¡¡Me reconociste!!—volvió a gritar y yo seguí riendo.
Hasta que se separó pude respirar con normalidad, Lily estaba recostada en la pared viéndonos con una sonrisa. Me levanté y agarré mis libros, ¡oh no! Llegaría aún más tarde, me di la vuelta e iba a comenzar a caminar cuando Leah me tomó del brazo.
—Tranquila, cancelaron todo por una reunión.
—No lo sabía—estaba apenada.
—Nadie sabía, devolvieron a todo el mundo. Nosotras acábamos de llegar—dijo Lily.
—Bien...ya me tengo que ir, fue un gusto verlas—sonreí levemente y me di la vuelta otra vez.
Comencé a caminar tranquilamente cuando Leah y Lily se colocaron a mis lados con una sonrisa.
—Y dinos, Jessica, ¿a qué debemos tu hermosa visita?—arqueó una ceja con una sonrisa coqueta.
—Oh no no, nada de eso. Vine a hablar con el Alpha y listo—la sangre subió a mis mejillas.
—No hemos dicho nada, tú eres la que se sonrojó—contestó Lily con la misma sonrisa que tenía Leah.
—¡No me sonroje! Y-Yo solo...vine a rechazar al Alpha—contesté con la cabeza baja, ellas dos hicieron una exclamación—Pero el Joven #2 nos interrumpió cuando estábamos en medio ritual.
—¿#2...? Ahh entiendo, hablas de Róger ¿no?—asentí con la cabeza—¿¡Y yo cuál soy!?
—La #6—contesté tranquila.
Hasta que recordé...que nadie sabe que los pueblerinos los llamamos así.
—¡Oh no no! ¡O-Olvida eso, nadie debe saber! ¡¡Y también llamé a Róger así!! No puede ser, no puede ser, no puede ser—ooooh iba a entrar en pánico.
—Tranquila, Jessica, no hay por qué alterarse, somos muchos y suena bien—dijo Leah con una dulce sonrisa.
—No le digas a los demás por favor—supliqué.
Las dos asintieron y al fin llegamos a la entrada, en ese momento iba entrando Morgan, abrimos la puerta al mismo tiempo. Lo vi sorprendida y él neutral, en ese momento recordé sus palabras de ayer y unas inmensas ganas de llorar me atacaron.
—Le daré su merecido—escuché una voz en mi cabeza.
—Morgan—dije y sonreí anchamente.
Sentí esa fuerza fluyendo en todo mi cuerpo, sentía que era capaz de destrozar a Morgan en dos instantes, quería patearlo por ser tan malo conmigo.
—¿Por qué sonríes así? No eres mi tipo—contestó él secamente.
—¿Y crees que tú eres el mío? Me gustan los hombres, no niños y que sean fuertes, capaces e independientes y también inteligentes y tú, Morgan, no eres nada de eso—se estaba poniendo rojo.
—¿Jessica?—mencionó casi en un susurro Leah.
—¿Qué haces aquí, niña?—preguntó entre dientes.
Al igual que el Alpha, hablaban entre dientes cuando se enojaban.
—Eso no te interesa, deberías ponerte a estudiar si quieres que me fije en ti. Como sabrás, tengo las mejores notas y no me mezclaré con mediocres como tú—comencé a caminar y golpee su brazo con fuerza, que era hasta donde llegaba.
—¡Jessica espera!—gritó Leah desde atrás.
Toda la energía que sentía se desvaneció de golpe haciendo que cayera de rodillas y comenzara a toser, escuché un sonido agudo y me maree.
—¡¡DAMON!!
Golpee a Morgan, no lo pateé como quería pero al menos le di su merecido. Espero algún día entender por qué él es tan seco y malo conmigo, sinceramente me gustaría que fuésemos amigos.
Todo se oscureció y luego mi rostro chocó contra el pavimento, ya no supe nada más.
•
••••••¡Hola hola! Aquí Alexa.
¿Qué opinan de Morgan? Para mí solo es un tirano. Comenten y dejen sus conclusiones de la actitud de Morgan. ¡Bye!D A M O NMinutos antes—Estuve apunto de rechazarte ayer...en la noche pero no pude—ella tenía la mirada baja y hablaba despacio.No sé porqué pero abrí mis ojos sorprendido y por un momento el temor se instaló en mi pecho.—¿¡Qué!?—gritó mi lobo en mi cabeza—¿¡Cómo nos va a rechazar!?—Solo quería saber ¿por qué?—en ese momento levantó su mirada y yo me puse serio rápidamente.—¿Por qué qué?—estaba tan concentrado con mi lobo que perdí el contexto de la
—¡Están juntos de nuevo!—ahora había un remolino en mi cabeza.La niña, los desmayos, Xenia y Garred. Me volveré loco al final del día.—¿Te encuentras bien?—su voz me hizo volver a la realidad.—Sí, ¿y usted?—ella sonrió levemente.—Desearía que no suceda pero estuve haciendo una investigación y creo que sucede cuando me enojo—mantuvo su mirada pero solo por unos segundos.—¿Enojarte? Pero si eres muy pacífica—inconscientemente reí.—Lo sé pero...Morgan...—¿Morgan? ¿Qué sucede con él?.Morgan era uno de mis puntos más débiles al igual que todos mis hermanos, y que él tuviese contacto con la niña me enfadaba y me...ponía un poco celoso.
—¿Te encuentras bien?—me preguntó Adam poniendo una mano en mi hombro—Te ves pálido y hace rato te escucho tosiendo.Estaba en mi habitación, sentado en la cama y con la cabeza hacia atrás. La niña aún no ha mejorado, hasta creo que sigue peor, mi salud tampoco a mejorado mucho porque sigo tosiendo y me duele mucho la cabeza.—Voy a llamar a una sirvienta—se iba a levantar pero lo detuve con mi mano—Damon estás mal, ni siquiera tienes fuerza para detenerme.—Es la niña...ella está muy mal, ¿el médico no ha dicho nada?—Adam se volvió a sentar—Garred no responde.—Jessica...está inconsciente, seg&u
—Cuando entiendas que te odiamos te dejaremos de hacer bulliyng—mis lágrimas resbalaban sin cesar y a ellas no les importaba.—Habla por ti, nunca me cansaré de esto—dijo Tara.—Y-Ya basta por favor.—Esto es todo tu culpa, porque el Alpha te eligió y no a mí—dijo Camille y me golpeó otra vez.—¡¡Yo no lo pedí!!—¡¡Silencio!!—me golpeó otra vez.Así fue durante los 30 minutos anteriores, estábamos en el pasilllo abandonado y el grupo de ambas estaban viendo como me golpeaban. Ninguno de nosotros fuimos a nuestras primeras clases ¿por qué dejaban que me hicieran esto?—¡¡Yo no les he hecho nada!!—grité desesperada.
D A M O N—¿Y ahora qué haremos?—preguntó por tercera.—Hace tres cuadras te dije que te vayas para tu casa, Camille—contesté amargamente.—¿Ya no tienes ningún evento?—preguntó.—No.—¿Una reunión?—No.—¿Un viaje?—¡No! Ahora vete, segunda vez—le di una señal a mis guardaespaldas y se llevaron a C
J A N EHabían muchas personas moviéndose de aquí para allá, llevaban cajas, papeles y comida para todos lados. La casa estaba reluciente y hasta parece que nadie toca nada.Entonces en ese momento...venía bajando, aunque con un aspecto totalmente diferente al que la imaginé: llevaba un short gris, una blusa holgada color lila, guantes de látex y un pañuelo en la cabeza con tenis blancas. ¡Vaya! La imaginaba más elegante...¡me gusta! Significa que no es una buena para nada, no le importa ensuciarse las manos.Caminó hacia nosotras y nos saludó con mucha emoción, una empleada se acercó a ella y le dio un papel.
Al Día Siguiente—Y en conclusión ella no vivirá aquí pero vendrá todos los días a sanar un poco a Damon—le explicó Róger a los demás.—Nosotros no lo decíamos en serio, Róger. ¿Qué haremos sin ella? Somos adolescentes—dijo Lily.—A ti sólo te importa el Rey ¿de qué hablas?—la regañó Adam.—Ya verás que estaremos bien sin ella, solo ordenamos lo que queremos y ya—opinó Morgan.—¿Y tú por qué tan hablador? Nunca opinas en nada y con este tema hablas más que todos—le preguntó Leah.—¡Agrádeceme! Yo los defiendo—contestó él.En ese momento con ayuda de Andrew, Damon venía bajando las e
—¿Cómo estás tan seguro de que el Rey no vendrá a arrancarnos la cabeza?—preguntó Adam por quinta vez.—Ya te dije, está ocupado buscando a Fiorella—contesté.—¿Por qué no cierras la boca, Adam? Tienes loco a todo el mundo—dijo Morgan.—Adam ven, sé que es aburrido solo caminar por el bosque y si tantas ganas de hablar tienes, puedes hacerlo conmigo—dijo Jane haciéndole una señal a Adam para que se acercara.Así lo hizo él y por la mirada que le tiró Morgan puedo decir que no está nada feliz con esa idea; algo me dice que es él quien quiere estar al lado de Jane. Lo golpeé ligeramente con el codo para que centrara su atención en mí.—¿Todo bien?—pregunté.—Excelente—dijo