Despierto en la total oscuridad con el olor a moho y a óxido a mi alrededor, con la cabeza doliéndome, como si tuviera una mala resaca.Pero, no estoy sola, porque hay alguien que me está mirando directamente, una loba, para ser más específica, quien tiene las cejas levantadas y los brazos entrecruzados sobre su pecho, como si yo le debiera algo.― ¿A dónde estoy? ―le pregunto y me doy cuenta de que mi lengua se siente como una lija― ¿y quién demonios eres tú? ―le exijo, levantándome perezosamente del suelo y me desbalanceo un poco en el proceso, de lo mareada que me siento por causa de lo que sea que me hayan dado para traerme hasta este hueco maloliente.―Silencio, que la que tiene que hacer preguntas soy yo―me dice la chica y por su cara y el tono de su voz, me parece que debe tener unos dieciséis años―comenzando por saber quién eres y por qué te ha traído mi hermano―me devuelve las preguntas y yo trato de hacer memoria.Estaba yendo de camino al archivero a velar por la seguridad
―Vete, Gianella, que tengo que darle una lección a tu hermano―le dice a esta, pero ella, en lugar de hacerle caso, se para delante del cuerpo casi inerte de su hermano para defenderlo.―No lo haré, tío―le dice con la barbilla levantada, mientras su hermano sigue en el suelo, todavía recuperándose del buen golpe que le acaba de propinar el enorme lobo que resulta ser Bernard Barnes, a quien ahora encara su sobrina―nadie me dice nada en esta casa, pero sé que hay algo grave en contra de mi hermano, porque he escuchado a Gael despotricar las peores cosas que le he oído decir y ya estoy más que harta de que lo traten peor que a basura―le responde bastante molesta, con el ceño fruncido―él es mi hermano y lo defenderé, así como él siempre ha estado de mi lado, porque siempre se ensañan con nosotros dos, luego que nuestra madre murió―espeta y su tío ahora se ríe a carcajadas, como si esta pobre cachorra hubiera dicho un buen chiste.―Ya habrá tiempo para domarte, como la pequeña perra salvaj
―Pero, tío, ella ha sido la causa de que hayamos perdido a casi toda la jauría de lobos convertidos―le contesta todo cabreado, aunque sigue en su posición de sumiso―mi padre ha muerto en batalla, gracias a que ha sido atacado por seis alfas a la vez―le confiesa al imponente omega, quien ahora traga en seco, con una mezcla entre incrédulo y asustado―seis lobos, tío, y no tengo la menor idea de a dónde han sacado a ese sexto lobo blanco, que lucha tan bien como esos otros miserables alfas―le cuenta entre consternado y rabioso, como si no se pudiera creer todo lo que está diciendo―y no es lo único que han hecho, porque trajeron tanquetas que nos estaban disparando esa sustancia que ellos le llaman la niebla, la cual ha quemado la piel de nuestros lobos recién convertidos y a muchos incluso, los ha matado, con solo recibir la ráfaga. Todo el campo se encuentra regado con nuestra sangre, todo gracias a que alguien fue a la granja, agitó el ánimo de los lobos y dio la orden para atacar―le d
― ¡Suéltenme de una buena vez! ―les espeta Goran a todo un escuadrón que lo está dominando como puede y es lanzado en mitad de todos los alfas, quienes ahora le gruñen, todos menos Zayn, quien mira hacia la puerta principal de la casa de los omegas, como si estuviera a la espera de algo o de alguien.― ¿No han visto a nadie más? ―dice Zayn con la voz ronca, como si estuviera a la expectativa de algo, lo cual me enciende todas las alertas―busquen bien, porque debe haber una chica de unos diecisiete años en esa casa.“¿Por qué está tan preocupado por esa tal Gianella?”, señala Aella toda suspicaz.“¿Y por qué debe ser Gianella, si se puede saber?”, me burlo de ella y pone los ojos en blanco.“Bueno, dijo chica de diecisiete años y no sé tú, pero solamente vimos a una sola”, me responde toda sarcástica y yo trato de entender qué puede querer un hombre de veintiocho años con una niña de diecisiete.“A lo mejor quiera protegerla”, le respondo, pero en realidad es como si me lo dijera a mí
―Lo digo porque Sia tiene toda la razón―le insiste Zeira y ahora me siento usada, porque está utilizando mis palabras para su causa―no deberías ni siquiera pensar en emparejarte con el enemigo―le exige y Zayn, el todopoderoso alfa Zayn Ulvenson, ahora tiene la cara como si le fuera a explotar.―No la rechazaré, te aclaro de una buena vez―le responde a su hermana todo cabreado―tampoco la mataré y no aceptaré otro comentario de tu parte al respecto, ¿has entendido? ―le espeta de lo más cabreado y pareciera que le estuviera levantando la mano para golpearla, pero, se lo piensa mejor, sin embargo, tal parece que Zeira lo toma como si hubiera contado un cuento o cantado una canción de cuna, es más, se burla de él.―Pues, deberías―le espeta― ¿o qué pretendes? ―se vuelve a burlar de él―llenar la manada con sus hijos, unos niños que tendrían en sus venas la sangre maldita―le recuerda, pero no es Zayn quien reacciona esta vez, sino Mara, quien se encuentra al lado de su alfa, gruñendo, porque
La cercanía de Aike me tiene mareada, una cosa que creo no pueda evitar nunca más, porque él sigue siendo tan embriagador como siempre, como si fuera una especia hecha exclusivamente para mis sentidos, capaz de hacerme decirle que sí a lo que sea que él quiera, más allá de mi voluntad que suele ser inamovible, de hierro, una que puede enfrentarse a viento y marea.Excepto, a Aike, claro está.Y es cuando tengo que poner toda mi fuerza de voluntad a prueba, porque hay cosas muy importantes por aquí que tengo que atender, gente a la que he traído a la cueva del lobo, literalmente.Pero me parece que él tiene otros planes.―Al archivero, claro está―le digo, tratando de poner mi cara más preocupada.―Pues, ya Van te acaba de decir que tu nana está bien, si esa es tu preocupación―me responde y yo le frunzo el ceño, porque es que no ha entendido que se trata de mi nana, la que me ha cuidado como si fuera mi propia madre, la que está en peligro constante en este mundo de lobos, a pesar de qu
La sala se tensa en el momento en que las tres figuras se presentan en la puerta abierta por la delta de la manada del despacho del alfa, quienes la miran con desprecio, para luego posar su vista en el alfa apenados, seguidos por unos escoltas sorpresa, que se muestran avergonzados, ya que no supieron contener a esta familia, que solo ha sabido traer un problema tras otro, llegando, incluso, a un enfrentamiento entre facciones de la manada, lo que ha terminado en muertes y, especialmente, la de uno de sus líderes, a manos de unos lobos que ni siquiera tenían que ver con todo el revuelo, un enemigo de uno y otro lado de los bandos dentro de la manada Luna de Hielo.―Lo sentimos, mi alfa―se disculpa Konor y respira profundo, lo cual me tiene anonadada, ya que no se supone que sean ellos quienes cuiden el despacho.―Queríamos anunciarlos primero, sin embargo, no nos dieron oportunidad―le responde esta vez Melvin y ahora me pregunto a dónde estarán Cesar y Daniel, quienes deberían estar e
Y todos en el despacho del alfa lo miran con verdadera consternación, porque, visto desde su punto, todo supone un problema, aunque, si observo bien a Aike, creo que él tiene una idea de cómo resolver toda esta situación, sin embargo, me parece que está disfrutando el momento en el cual todos están a la expectativa.―Y como sabemos lo complicado que es este problema, creo que debemos empezar por cosas sencillas, como, por ejemplo, reconocer los errores que nos han llevado a este punto―dice el alfa de la manada, lo cual deja intrigados a los hermanos Wolf, que parecieran que no entendieran que su actitud es la que ha desencadenado todos los problemas por aquí―creo que esta vez debo darle la razón a Adrien, porque ha dado en el clavo sobre el verdadero problema, y ese es el odio hacia Mara, uno tan radical, que los ha hecho mentir, transgredir las leyes y hasta poner a la misma manada en peligro―les hace ver, pero ambos hermanos continúan con el ceño fruncido―la pregunta que queda en el