Arturo volvió a llamar a Hailey pero nada, le tocó comunicarse con Juan su hombre de seguridad.

—señor

—¿mi esposa?

—no se preocupe, está ensayando señor, estoy cuidándola

—no le quites la mirada de encima

—señor, ¿Usted si viene a París?

—estoy en eso, las cosas han estado complicadas

—espero que lo pueda solucionar señor

—ya te dije no le quites el ojo encima a mi amada esposa

Arturo colgó la llamada.

—amigo me has dejado sin palabras

—es mi hermana, más bien gracias por tu apoyo hermano

—sabes lo importante que ustedes son para mí si que Hailey te toco el corazón

—¡ay mi bella esposa! como la extraño

—y yo solo...

—¿y monica? ella se desvela por ti

—es muy joven para algo serio

—en su edad si pero, tiene madures amigo no seas idiota no te pase igual a mi tanto que me aconsejaste con Hailey y ahora tú haces lo mismo

—no es lo mismo

—bueno no te insisto más, estoy cansado a sido un día pesado ahorita era para que estuviera de viaje a París pero nada

solo espero que mi papá ya se allá