Arturo pregunto a una empleada por Yeimy

—señor la señorita está en la terraza de la segunda planta

—¿para quién es eso?— pregunta él, al ver la bandeja

—ella lo pidió señor

—no le lleves nada— ordena Arturo

—pero señor...

—he dicho que no le lleves nada, ella no manda en esta casa ¿entendido?

—si señor

Arturo fue como Alma que se lo lleva el diablo y encontro a Yeimy hablando por video llamada con una amiga.

—si, si amiga si vieras aquí es bellísimo, está es la vida que yo me merezco

—que afortunada amiga

—no es tanto eso sí no que Arturo es un papasito, me trata como una reina, con él lo tengo todo, ya llegó te dejo amiga besos— dijo ella al verlo — ¿Arturo cariño donde estuviste anoche?, me dejaste aquí, recibí año nuevo sola— dijo ella con una expresión triste

—¿te crees la dueña de está casa?

—¿Qué?— dijo ella abriendo los ojos par en par

—te lo advierto Yeimy, debes respetar, esta casa tiene dueña y es mi madre

—ay cariño no te enojes, yo estaba practicando para cuándo nos ca