Mark hizo una pausa pensativa y respondió: “Yo tampoco lo creo. Conociéndola, sería más creíble decir que ella no tiene nada que ver con la caída de Aristotle que decir que ha cambiado y protegió a Smore. Es extraño. Nunca he creído en la buena naturaleza de los humanos. Especialmente después de todo lo que ella ha hecho… Lo consideré cuando invitamos a Helen y ella a quedarse en el Chalet de Tremont. Sin embargo, con tu mamá vigilando a Aery, no pensé que sería un problema. Tu madre siempre ha sido meticulosa. Además, Mary casi nunca deja a Smore solo. Este lapso de tiempo de hoy debe haber sido un accidente. No lo pienses mucho. Está bien siempre que Smore esté bien”.

Arianne de repente tiró de su cuello y olió. “¿Mary debería haberte contado sobre la caída de Smore cuando llegaste a casa, y todavía tienes tiempo para darte una ducha antes de ver a tu hijo? ¿Por qué… pareces tan insensible?”.

Las comisuras de los labios de Mark se crisparon. “Mary ya me dijo que Smore está bien. No