Mi amiga salió de su habitación antes del almuerzo. En ese momento ya había me había comido su desayuno y tenía que preparar algo más.“Buenos días”, dijo bostezando. Sus ojos estaban cansados e hinchados, su color apagado. Se había bañado y se había cambiado en la ropa con la que llegó.“Buenos día
El Alfa, el Beta y un par de ancianos estaban en una reunión cuando llegué, así que esperé sola en la oficina de Valens a que terminara la reunión. Leí el libro de historia de Avalon pero la historia realmente no me interesaba en ese momento. Confundía nombres y fechas y a veces tenía que volver atr
VALENS“¿Sabías que ella es una bruja?”, preguntó Avalon von Stein, con las piernas cruzadas.“Sí”, respondí, hojeando un archivo que Jabari acaba de enviarme.Mi Beta no estaba funcionando a plena capacidad en este momento, lo que me dejó con una mayor carga de trabajo. Fue bueno que mi Luna estuvi
“Eso no justifica que estés en Villa Roja hasta ahora. La gente en casa está esperando con la respiración contenida tu regreso desde que escucharon que encontraste a tu Luna. Pero no parece que tengas planes de regresar a casa pronto”. No sacó bolígrafo ni papel para escribir nada, pero casi podía v
AYSELA Celeste y Jabari no les iba bien. No necesitaba conseguirle su número porque ella ya lo tenía, pero aun así se negó a enviarle un mensaje de texto. Él le envió un mensaje de texto un día, exactamente una semana después de que Valens la trajera a casa. Ella me llamó después de eso, llorando d
“¿Cómo está Jabari?”, pregunté, acercándome una pila de papeles. Si no me devolvía mi computadora portátil, tendría que trabajar a la antigua. “¿Le dijiste que no puede venir esta semana?”. No sabía cómo reaccionaría Celeste si viniera aquí como lo hacía de vez en cuando, revisando que estuviera bie
“Podrías haberme despertado antes de irte, sabes”, refunfuñé a modo de saludo una vez que entré a la oficina de Valens. “Oh”. Me sonrojé cuando cinco cabezas se voltearon para mirarme, una de ellas con una mirada particularmente rencorosa.“Estamos en medio de una reunión”, dijo el hombre con la mir
“Alfa…”. Uno de los otros ancianos de repente se puso de pie de un salto, con los ojos agrandados.“Siéntate”. Se dejó caer en su asiento después de esa simple orden. “Esto es entre la familia James y yo”. Tragué, al igual que el Anciano James. “No acepto tu desafío, pero para detener esta tendencia