“No se suponía que fuera así”, dijo él, su cabeza colgando hacia un lado y su voz entrecortada. “Te lo juro, no se suponía que fuera así. Nunca quise lastimarte”. Levantó la cabeza y me miró.Cuando no dije nada, Lucien se volvió a Valens. “Alfa, todo fue idea de Skylar…”.“No soy tu Alfa”, lo inter
“Entiendo”, le sonreí aunque mis labios tenían problemas para estirarse. “La ira de tu lobo te asustó”.“Gracias”. Me apretó el hombro. “¿Aún no has terminado con él?”, preguntó. Miré a Lucien.Nunca fue mi culpa. Lo sabía y me lo decía a mí misma cada vez, pero siempre había una parte de mí que se
No necesitaba que me llevaran de la mano hacia donde mi peor enemigo estaba siendo retenido. Mi loba lo olfateó entre los numerosos olores de las mazmorras. Valens me agarró del antebrazo mientras me alejaba de él con todas las intenciones de encontrar a Zavier.“La gente sabe de ti ahora. Sugiero q
“Skylar está ahí afuera. Tus días están contados”, escupió la promesa, su voz más débil que cuando entramos por primera vez.“¿La misma Skylar a la que te negaste a nombrar como tu sucesora?”. Me reí en su rostro y se sintió maravilloso. “Has demostrado ser un padre inútil, Zavier. ¿Qué te hace pens
VALENS“¿Por qué sigues mirándome?”, pregunté cuando noté por el rabillo de mis ojos que mi pareja una vez más me había mirado furtivamente.“No te estoy mirando”, se defendió, pero no se podía pasar por alto la culpa en su tono o cómo se sonrojó.Cerré mi computadora portátil y la moví hacia un lad
“Estoy bien. Solo pensé en algo”. Apreté su mano sobre mi hombro.“Se te ocurrió que podríamos haber perdido gemelos, ¿no?”. Su voz era baja.“No”, mentí para perdonarla. “¿Todavía estás interesada en el almuerzo?”. Empujé mi silla hacia atrás, planeando levantarme del asiento, pero ella se sentó en
Valens no era alguien de hablar mucho, ya lo sabía. Ya sabía antes de mencionarlo que se opondría a la idea de ver a un terapeuta, ya que tendría que abrirse. Lo que no esperaba era que intentara enterrarme de repente con trabajo para dejarlo solo.“Esto contiene la historia de nuestra especie desde
“¿En serio?”, pregunté, sorprendida de tener tanto poder.“Sí. Junto con eso viene la responsabilidad de conceder indultos a algunos criminales condenados a muerte, aunque la pena de muerte está en proceso de ser abolida, por lo que es posible que no tengas que hacerlo”. Ella me entregó un diario. “