Le pedí a Jabari que agregara a Skylar y Bethel a la celda de Lucien, pero resultó que nadie los había visto en todo el día. Jugué con el colgante en forma de corazón en mi garganta mientras una sensación de estar abrumada me invadía.Celeste tuvo que regresar a trabajar por unas horas y Jabari me a
“Eso es de esperarse, ¿no?”. Mi amiga me dio un codazo.“¿Lo es?”. La esperanza llenó mi corazón. Por mi reacción, ya me sentía como una persona horrible; Incluso una mala madre.“Es tu primer embarazo y, a juzgar por la expresión de tu rostro, no te has tomado el tiempo de considerarlo”. Se reclinó
Cinco semanas. El médico confirmó que efectivamente estaba embarazada.“Felicitaciones, llevarás al próximo Alfa”. Ella me sonrió y yo logré devolverle una débil sonrisa.¿Y si no fuera un alfa sino un omega?“¿Están sanos?”, le preguntó Valens al médico.Deseaba que él estuviera físicamente present
“Celeste”, dije en mi mejor imitación del tono autoritario de Valens.“Se supone que no debo decirte esto”. Ella suspiró pero sostuve su mirada y me negué a apartar la mirada hasta que ella cediera. “No quiero alarmarte pero ¿sabes que hemos estado sin un Alfa durante unos días?”, preguntó ella y yo
VALENSIba a ser padre. Mi maldición se rompió. Creo que nunca había sido tan feliz como en este momento.Cuando aterrizamos en Villa Roja, respiré profundamente el olor del lugar.Cuando llegué por primera vez, no había indicios de que este lugar fuera a ser diferente de los demás. Cuando mi mente
“¡Alfa!”. Se pusieron firmes. “Bienvenido de vuelta”.Cuanto más tiempo permanecía aquí, más rápido caminaba mi lobo. Todo el lugar olía a humo y petróleo e irritó mis sentidos.“¿Qué sucede?”.“Un atropello y fuga. Una víctima”. Caminé alrededor del vehículo, inspeccionando el área mientras los age
Hubo un estruendo, turbulencias como un viento impetuoso y, luego, oscuridad. Tras la oscuridad apareció una luz cegadora. Me desperté en una habitación de hospital con alguien agarrando mis manos. La habitación me resultaba sofocante. La mano que me agarraba era inoportuna y la luz me lastimaba lo
"No logré protegerte". "¿Es solo eso? ¿Solo fallaste en protegerme a mí?", le pregunté, dándome la vuelta con la cara manchada de lágrimas. "Y a nuestro hijo". Apartó la mirada. "Valens, mírame". Se volvió hacia mí. Mis lágrimas cayeron más rápido al ver sus ojos enrojecidos. "Déjame que te cuent