"Pero... pero no quiero que estén tristes porque estoy muerta, por eso estaba pensando que es mejor que no me conozcan en absoluto". Él niega con la cabeza.

"No estarán tristes, quiero que te conozcan, Rosa", tras un largo rato de silencio, agrega, "¿alguna vez te di las gracias?"

Me río amargamente y asiento con la cabeza.

"Me demostraste lo agradecido que estás de que esté embarazada de tus bebés. Desde que mis padres me abandonaron, nadie en mi vida me ha mostrado tanta amabilidad como tú, Alfa Jacob", le digo. Me aprieta la mano, sorprendido de que haya mencionado a mi familia. En realidad, es un tema que me duele y prefiero no hablar de ello.

"Cuéntame sobre tu familia".

Sonrío cuando se me vienen a la cabeza imágenes de mi familia perfecta y feliz. Éramos muy felices hasta que mi padre se hizo adicto al juego. Le pidió mucho dinero prestado a un usurero mafioso y no pudo devolverlo.

"Todo se vino abajo muy rápido desde entonces. Nos desalojaron de nuestra casa y mis padres nos ab