Alas negras, palabras negras, lo leí alguna vez en algún libro. Eso era lo que los cuervos traían y Louis me la había dado.
Estando en el gran Estadio debajo de la Fortaleza a la que llamaban El Abismo, y creo que fueron tres vueltas que dimos hasta llegar hasta allí tenía bien merecido el nombre. A pesar de estar bajo tierra, había todo lo que podía haber allá arriba. Medía por lo menos media milla cada uno de los lados. Los observadores estábamos viendo alrededor del estadio, con un balcón separándonos, los representantes de los Clanes estaban sentados al lado de los Cazadores al otro lado, con los Cuervos detrás.Pero aun viendo todas las excelentes peleas entre los Clanes, tratando de matarse entre sí. Pude apenas ver que Irianna derrotó a Max Keller por fuerza y rapidez, pero no podía concentrarme por lo que Louis me había contado, uno del Clan Cruz ¿Cómo podría influir en mí?Estaba nerviosa, esperaba la llegada de aquel chico como si se tratase de los boleSu nombre era Andrew Sparks, según el Exorcista presentó ante todos al chico, no tendría más de diecisiete años. Con gafas y sudadera negra holgada, se veía tímido y asustado cuando todos tenían la mirada fija en él.—Los del Clan Cruz siempre son los primeros en llegar, ya que la transición por la que pasan es la más difícil de las cuatro, los Cuervos son los que se encargan de ellos o los de su mismo Clan —dijo Taka comiéndose una pierna de perdiz.— ¿Qué me dices del Clan Inocencia? —Interrogué haciendo como que aquel nuevo muchacho no me importara ni un poco.Pues él sería mi perdición.—Despertamos el poder en la fecha exacta aunque los dieciocho sea un poco antes o después. También recibimos la carta un mes antes, y después de eso, es difícil volver al mundo normal. La diferencia de los otros Clanes es que ellos cambian de ojos solo cuando están en actividad, nosotros no —explicó con la boca llena. Tan lindo que era verlo así, haciendo que sus ojos se vi
Luego de llevar a cabo mi pequeña e insignificante vendetta, me sentí terrible al llegar a mi habitación pero no podía desplomarme sobre la cama porque Picconi me acompañaba. Una Esencia no demuestra tener sentimientos. La voz de Le François siempre me perseguía cada vez que me sentía de esa manera.—Pensé que irías con Demian e incluso pensé que aceptarías ir con Will como venganza... —comentó dejando las bolsas y se sentó en la cama, así que lo acompañé y me desplomé a un lado de él para que no viera que eso era lo que había pensado cuando miré a los ojos a Demian.—No me lo pidió. Además, Will me parece lindo pero pude notar rivalidad entre ellos.—Las mujeres tienen buen olfato —reconoció con un suspiro—. Eran mejores amigos como “amistad antes que zorras” hasta que Micaela vino a interferir.Eso me llamó la atención, así que me incorporé para verle.— ¿Y qué sucedió? —Pregunté. —Te lo contaré solo porque eres mi amiga y sabes guardar secretos —dijo
Al amanecer, lo primero que hice fue darme un baño para evitar dormirme en la clase de Santorsky, trataba de no pensar en las palabras de Demian así que me mantuve ocupada todo el día. Quedé con Seth y Taka para entrenar en el Salón Bélico al atardecer todos los días a partir de ese día. Ellos sabían que necesitaba dominar la Sempiternal y habían accedido a ser torturados por mí de buena gana. Con el paso del tiempo iría mejorando en las clases, estaba dispuesta a aprender lo que fuera necesario para vencer.Schlunk pidió verme en su despacho para hablar de algo serio y supe lo que era. Alguien había contado que tenía cuervos de Invocación lo cual causó que estuviera en boca de todos ya que también aquellos cinco fueron castigados por el director al intentar matarme aun le hube pedido que no lo hiciera.Y según lo que Shesina había encontrado en los antiguos libros, el símbolo que tenía significaba el cambio de cuerpo y alma, las letras en arameo eran: “percepción-a
Demian fue el primero en aparecer antes de que Louis trajera a los otros. Taka apareció acompañado de Seth y mi hermano pidiendo explicaciones sobre qué hacía yo hasta las líneas que separaban el Instituto del mundo normal.—Estaba volando con Louis, ¿Está bien?Taka se había inclinado hacia él y curaba a Mason con energía natural que tomaba la forma de un espiral azul entrando al hombro de aquel chico y después iba bajando, cerrando las heridas que tenía. Louis estaba posado en mi hombro.—No me gusta como se ve y su aura…—habló en mi mente.— ¿Qué quieres decir? —Interrogué.—Deben llevarlo con esos que se hacen llamar Cuervos, necesita una poción llamada Vertesanum. La necesita urgentemente.Miré a mi hermano y después a Taka, quien se concentraba en cerrar las heridas externas y Demian se encargaba de restaurar su dormitada mente, hasta que apareció Will con un Cuervo.— ¿Mason? —Exclamó estupefacto.— ¿No dijiste que había muerto? —Masculló mi
Mi abuelo estaba ahí parado, apoyándose con el tronco de un árbol, parecía cansado. Siempre se cansaba después de buscarme en el bosque que se encontraba detrás de la casa. Que, aunque estuviera siempre en el mismo lugar, para él era demasiado lejos y a veces me regañaba por hacerle esto.No era su culpa, él nunca tenía la culpa de lo que me pasara, pero él pagaba por los platos rotos y sus consecuencias. Sin embargo, nunca me reclamó, nunca me dijo que era demasiada carga para él, siempre estuvo conmigo, en las buenas y en las malas. Cuidándome, sonriéndome, apoyándome y sobre todo, amándome como si yo fuera su mayor tesoro.Le miré, deshaciéndome de los brazos de mi hermano.—Ay, Eli ¿Cómo puedes subir por esa pendiente? —Jadeaba mi abuelo viendo hacia atrás y a diferencia de los que estaban muertos, él estaba como lo recordaba.Un pantalón bien planchado, una camisa blanca, un suéter académico debajo de una chaqueta color beige y su boina negra de director
Desperté.El techo era gris, la luz nítida, se oía el pitido de un monitor a un lado. Sentía mi mano helada y que algo viajaba por mis venas, miré hacia un lado y ahí estaba el equipo de infusión invadiendo mi vena del dorso de mi mano izquierda.—Hasta que despiertas —dijo una voz a mi derecha.Giré mi cabeza para verlo, Mason. Cuando le miré, él desvió la mirada hacia el techo. No podía creer como pude haber caído tan bajo nuevamente « ¿Cuándo mantendrás el hocico cerrado Lisa?» me reclamó mi subconsciente. Sin responder a lo que aquel chico que estaba a mi derecha, dirigí mi atención hacia la puerta donde se encontraba Andrew, posiblemente agonizando por el gemido que provenía desde ahí. —Ni lo pienses —espetó Mason como si se tratara de mi padre o mi hermano cuando vio incorporarme.Estaba dispuesta a enfrentar a aquel chico Cruz quien me había provocado otro martirio, quería probar que podía repeler cualquier cosa que él me transmitiera y poder ayudar
—Nunca te dejes sorprender —dijo aflojando la cuerda—. De lo contrario —hizo una señal de cortar el cuello.La debilidad fue disminuyendo hasta el punto de no sentir nada, me tendió la mano, pero no se la tomé como él lo esperaba. Algo tramaba, lo podía sentir «Un buen pupilo, Le François» pensé. Louis se había ido hacia el perchero donde solía irse cuando venía conmigo y estaba solo de observador.—Muy bien, vas aprendiendo —musitó yéndose hacía la ventana—. Ven.— ¿Qué haremos? —Pregunté con cautela.Me acerqué a la ventana mientras él se sentaba en el alfeizar, con aquellos ojos oscuros viendo más allá del bosque, más allá de todo el instituto. El día ya casi acababa, la luz del sol había disminuido, el viento era fresco y hacía ondear su cabello negro. Había algo que quería decirme, lo podía sentir y no era cosa buena.—Le François me dijo que tu Sempiternal ha avanzado —comenzó—. Pero ahora sospecha que El Duque tiene uno mayor, le llaman Esencia Vital
Narra Nery:—Ya no me cabe más —suspiré al terminar el penúltimo trozo de pizza.Estábamos cenando en Giovanni’s NY Pizza. Cameron y yo, después de haber comido todo lo que él cocinaba en su casa, hoy decidí invitarlo, él pedía pizza familiar con ingredientes vegetarianos, incluían zanahorias, la especialidad del lugar, como si se tratase de un conejo.—Si Lisa estuviera aquí te ayudaría a terminar lo que inicias —confesó extrañarla de esa manera mientras se bebía una Coca-Cola con culpa.—La última vez que hablé con ella me dijo que estaba bien y yo le creo.El local estaba vaciándose, eran las diez de noche y había estado nublado desde hacía unos días, creo que fue desde aquel día en que vi como Andy sufría y fue llevado por uno de esos Rastreadores.—Yo también, ha pasado más de un mes desde que se fue.—Lo sé —contribuí, la extrañaba.Una vez terminamos de cenar, fuimos caminando al aparcamiento donde habíamos dejado a Sonia y nos dirigimos