Capítulo 239
En un momento, Lina fue el centro de atención como si fuera la luna rodeada de estrellas.

Emilia, al ver esto, se sintió complacida, pero García, que había estado sentado en un rincón del salón todo el tiempo, estaba muy molesto.

Estas personas estaban acostumbradas a buscar el favor del poder. Cuando el viento soplaba en una dirección, todos iban hacia allí. Antes, cuando García tenía poder, la adulaban constantemente, pero ahora se apresuraban a acercarse a Lina.

Esto inevitablemente la hizo pensar en Valentina.

Mientras Valentina todavía sufría en Sudáfrica, Lina estaba disfrutando de su prosperidad. El corazón de García estaba muy afligido.

—Madre, ella ya no es parte de nuestra familia, ¿por qué la invitaste aquí?— García preguntó con desaprobación.

Emilia respondió sin estar contenta:

—Lina es mi invitada. ¿Desde cuándo es tu turno de meterse en lo que no te importa? Si tienes tiempo libre, ve a la cocina y no molestes aquí.

Al ver esto, García no tuvo más remedio que re
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