Señor Montalbán se sorprendió al ver a Juan.

—Señor Ramírez, ¿qué viento te trajo a Grupo ACE?— preguntó con sorpresa.

Juan levantó la mirada y lo miró fijamente, mostrando todo el aire de un verdadero líder. Con solo una mirada, en términos de presencia, Juan ya había ganado la mitad de la batalla.

—¿Qué pasa? ¿No soy bienvenido en Grupo ACE?— respondió Juan con firmeza.

Señor Montalbán sonrió forzadamente.

—Por supuesto que sí, Señor Ramírez... Solo que, en este momento, Señorita Torres no está disponible para verte...

Había una clara insinuación en sus palabras.

Señor Montalbán también era astuto, ¿cómo no podía adivinar los pensamientos de Juan?

Sin apartar la mirada, Juan miró hacia donde estaban Lina y Daniel, y respondió sin rodeos:

—Tu opinión no decide si es conveniente o no. ¿No es así?

Señor Montalbán se sintió incómodo y respondió con una sonrisa forzada:

—Tienes razón, Señor Ramírez...

Pero Juan ya no le prestó atención. Dejando esas palabras atrás, se dirig