— Vine porque eres mi hija Agnes, me preocupo por ti.Una risa amarga brotó de mi garganta.— Ahora sí soy tu hija, ¿Recuerdas cuándo te llamé? La última vez que te llamé exactamente. Si tu no lo recuerdas créeme que yo sí lo hago, recuerdo que ese día salí corriendo de las locuras de Edward y creí que quizás tal ves tu "como mi mamá" me apoyarias, que quizás vendrías corriendo a ayudarme, a cuidar de tu hija. — Dije con mi voz ronca y carrasposa, dolía en extremo hablar, dolía como el demonio pero tenía y debía sacarme todo el dolor que llevaba dentro, todo el resentimiento.Unas lágrimas en extremo falsas salieron de sus ojos.>> ¿No recuerdas mamá? Yo te juro que recuerdo muy bien, fue muy difícil ¿Sabes? Fue muy difícil encontrar un lugar dónde estar segura, encontrar un trabajo que me permitiera pagar mis estudios en la universidad y también un sitio dónde vivir, a eso sumale casi quedarme sin título después de haber luchado tanto gracias a que Edward era quién tenía mis document
¿Dónde estoy? Mi cabeza duele a montones, me levanto un poco de la cama y lo que veo a mi alrededor me da un poco de pánico, recuerdo haber estado en una cama de hospital, no aquí.Las paredes son blancas con flores pintadas en color dorado, hay una pequeña mecedora en un rincón de la habitación, en lugar de una pared, frente a mi hay un enorme ventanal que está tapado con cortinas doradas.En la pared de al lado se encuentran tres puertas, supongo que una de esas es el baño. Intento ponerme de pie, la cosa es que siento que mis pies pesan horrores y mi cuerpo entero se tambalea. Tengo mucha sed.Veo a un lado de la mesita y ahí se encuentran dos jarras, una con agua y la otra con lo que intuyo es jugo de naranja. Me acerco y tomo el vaso y lo llenó de agua, la tomó de un solo trago y solo se viene el vómito inminente. Escucho varios pasos acercarse y mis sentidos de alerta se encienden con demasía.Dejo mi cabeza gacha y es entonces cuándo al fin la puerta se abre, no sé qué haré si
Ha pasado un largo y extenso mes en el que, ¡Dios! Han pasado muchas cosas. He ido ya varias veces a checar mi embarazo, por todos los controles prenatales perdidos, me ha tocado ponerme en orden en muchísimas cosas. El doctor me aseguró que mi bebé está bien, a pesar de todos los eventos traumáticos por los que he pasado. no sé porque pero mi pequeño bip es lo único que se siente bien, es lo único que se siente realmente bien. Ya tengo ocho meses y mi barriga ha crecido mucho, me estoy alimentando mejor y el doctor comentó que eso había hecho su buena contribución."Mi relación" con Theo es lejana, casi que inexistente. No puedo verme en una relación sentimental con él, no después que la última vez que lo vi había puesto una barrera entre él y yo, al menos lo que recuerdo. Él lo ha intentado, él ha intentado formar algo entre ambos pero yo no he podido en realidad formalizar nada. No lo siento correcto, lo que alguna vez sentí por él ya no es más, hace mucho tiempo que ya no es más.
— ¿Entonces te encontraste con un sexy y ardiente hombre?Ainara aún no podía creerme, la burla en sus ojos y las ganas de echarse una carcajada eran inmensa.— Sí, era muy muy guapo y estaba coqueteando conmigo. Me regaló este pañuelo para que limpiara mi cara ya que la tenía sucia con chocolate.Mi hermana soltó una carcajada y la miré mal.— Ahora puedo requete confirmar mi teoría de que en el embarazo simplemente nos volvemos más calientes debido a las hormonas en nuestro cuerpo.Su risa se escuchaba por toda la habitación. Cuando al fin puedo parar de reír sobó su barriga y agregó:>>Quién te viera suspirando por otro hombre que no es Mat..— Pareció haber recordado algo y entonces se calló de inmediato. — Suspirando por otro hombre que no es Theo, eso iba a decir.De pronto sentí la mentira en cada una de las letras que dijo, Mat… Eso fue justo lo que dijo.La mire directamente a sus ojos y parpadeando le pregunté:— ¿Quién es Mat, Ainara? ¿Hasta cuándo vas a seguir ocultando cos
Siento mucho frío, hace un par de horas que salí de la habitación dónde me había peleado con Ainara y Theo. Mi bebé ha estado moviéndose mucho, sé que es lo que quiere y espera.— Ya estás acostumbrado o acostumbrada ¿No es así?Le hable acariciando mi barriga.Me puse de pie y me asomé con cuidado en las puertas que dan a la terraza, quiero cerciorarme que no haya nadie por ahí. Después de cumplir mi ronda de vigilancia entonces me dirijo a la cocina.Cómo todas las noches preparo mi taza con chocolate caliente y ricos malvaviscos, quitó mis pantuflas y me dirijo a la habitación de mi pequeña niña, abro con cuidado y me arrepiento a montones pues mi hermana se encontraba terminando de taparla y prepararla para dormir. Así que obviamente se dio cuenta de mi presencia.— ¿Podemos hablar? — Pregunto mirándome, Alina también giró su vista a mí .— Tía, ¿Mamá y tú están peleadas? — preguntó con su vocecita adormecida.Negué.>> Ustedes no se hablan así, yo sé que si están peleadas. Hablen
— Entonces, ¿Estamos bien?— Si tú pregunta es ¿Si volveré a confiar en ti? La respuesta es que aún estoy dolida. Sería muy hipócrita de mi parte, una falacia en extremo decir que sí, cuándo en realidad me siento muy herida. Ainara, ¿Recuerdas cuándo te conté todo lo que viví? Ya sabes, lo que pasó con las drogas.Ella colocó sus manos sobre las mías y las acarició levemente.— Yo… lo sé, sé que hice muy mal en decidir por ti y mucho más mal en no confiar en ti, pero, Dios..— Le interrumpí.— No es necesario Nara, no es necesario que sigas sintiéndote culpable.— Sí lo es Ness, yo hice muy mal, actúe muy mal, me puse a pensar, me puse en tu lugar y jodidamente sí fui una malnacida. Ness si fuese yo, si yo hubiese estado en tu lugar y tú me hubieses apartado de Artemis y yo hubiese descubierto todo, entonces me moriría de la rabia. Él me lo dijo, Artemis me lo dijo. Aunque al principio estuvo de acuerdo conmigo y mi decisión, después cuándo se enteró que Mateo aún vivía y que quería de
Nos encontramos ya todos sentados, riendo, comiendo, Artemis bebe vino, Alina, Ainara y yo un delicioso jugo de manzana. Todo está sereno, afuera caen copitos de nieve, la noche está fría pero en extremo hermosa.— Entonces amor, ¿Cuándo nos dirás tú noticia? — La voz de Artemis sonaba interesada pero igual de nerviosa a la vez.— Cierto, ya cenamos. Pues … lo que quiero decirles es que...— Artemis observó el nerviosismo en su voz y tomó su mano dándole el apoyo que siempre siempre se daban el uno al otro. La mirada de Ainara estaba pegada en el lindo mantel blanco que adornaba la mesa, también tomé su mano y le animé a hablar.— ¡Tú puedes mami!— Exclamó Alina con mucha efusividad y una sonrisa juguetona en sus labios, eso bastó para que en un rápido hablar ella soltara su noticia. Su cara estaba roja, sus mejillas a reventar.— ¡Estoy embarazada!— ¡Sí tendré dos bebés para jugar a la casa de las muñecas! Por favor mamá, por favor tía que sean niñas.— Amor pero independientemente d
Narra Mateo Amato. — Ella no me recordaba, ¿Sabes lo duro que fue verla a los ojos y no ver sus recuerdos conmigo en ellos? Se veía tan hermosa, embarazada aún más.— Comprendo lo mucho que debió de doler.— No, no lo comprendes.— ¡Perdoname Mateo, perdóname por favor!— ¿Por qué debería hacerlo Marylin? Dame una maldita buena razón, me has quitado todo lo bueno que he tenido. Primero revolcarte con mi padre por unos cuantos dólares, segundo desprestigiar la empresa que con mucho esfuerzo mi familia a construido con los años y tercero y más importante de todo querer arrebatarme al amor de mi vida.— ¿Cómo puede ser ella el amor de tu vida? Siempre he sido yo el amor de tu vida. ¿Qué es eso de inventar algo entre tu padre y yo? Siempre te he amado a ti Mateo. ¿Cómo puedes culparme de lo del desprestigio a la empresa? Eso no fui yo.Me carcajeé amargamente en su cara.— Te das muchos méritos. Voy a contarte algo. Aquella vez en el hotel de tu padre, esa vez en Oxford cuándo era el eve