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Salgo de la casa y la veo sentada sobre la acera con sus manos sujetando su cabeza. Me acerco a ella lentamente y la observo intentando entender si se siente mal o es simplemente el shock de la noticia y con muchísimas dudas, me siento a su lado manteniendo una distancia prudente y continúo mirándola, parece estar muy confundida.

— Por favor perdóname ¿Quieres que llame a Amanda? ¿Te sientes bien? — le
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