Camino detrás de Vera quien me está llevando hacia su cuarto para que podamos hablar a solas y yo no hago más que observarla y darme cuenta que sigue con esos andares que me han vuelto loco cuando la conocí. No sé cómo hare para controlar las ganas que siento por volver a sentir sus labios sobre los míos, las ganas de volverla a acariciar, de amarla... «¡concéntrate Iker!» me reclamo a mí mismo.
— Pasa. — me pide abriendo la puerta de su cuarto. Sin decir palabra alguna entro y observo a mí alrededor, sobre su cómoda veo que hay varios portarretratos con fotos de ella junto a Mario, otras junto a Paulina, y otras junto a personas que no conozco. Al parecer ella no se ha reencontrado con ninguno de los amigos que teníamos en común, pero claro ¿cómo lo iba a hacer si los conoció mientras que estábamos juntos? Nunca supe mucho de sus amigos antes de que estuviéramos juntos, y el motivo es que ella ha dejado muchas cosas atrás cuando se mudó de Dallas para estudiar aquí en San Francisco. Dudo que recuerde algo de nuestros viajes a Miami para visitar a mi familia, o de su gente allí ya que todo eso lo conoció junto a mí. — ¿Te encuentras bien? — me pregunta al ver que estoy divagando en mis pensamientos y no digo ni una sola palabra.— Si, disculpa, mi mente se fue a otra parte. — respondo mirándola fijamente.— No hay problema, ¿Por qué no tomas asiento? — propone mientras señala un pequeño sofá que se encuentra en la habitación. Me siento en el sofá sin dejar de buscar alguna pista que me haga saber que hay alguna posibilidad de que ella pueda recordar, aunque sea algo de mí o de nosotros.— ¿Qué buscas? — pregunta entrecerrando sus ojos.— Nada, solo miraba tus fotos— me excuso casi en un susurro.— ¿Buscas saber de qué me acuerdo? — me pregunta tomándome por sorpresa.Realmente no sé qué responderle, sé que no puedo decirle nada porque así me lo sugirió Amanda, pero la realidad es que hay demasiadas cosas que quiero decirle o preguntarle — No, para nada. — respondo intentando restarle importancia.Ella me mira fijamente — Iker, no me mientas por favor. Hace dos años que intento recuperar ese espacio vacío que ha quedado en mi mente y tú primero me insinuaste y luego me dijiste que nos conocíamos. Te ruego por favor que me digas como y de donde es que nos conocemos. — me pide y su angustia me contagia.— Yo... es que no te puedo decir nada. — le respondo mirando al suelo.Puedo sentir su mirada clavada en mí y no tengo más opción que levantar mi mirada— Iker, necesito saber... por favor, eres la primera persona que me reconoce y que puede ayudarme a saber que ha sucedido en esos cinco años los cuales fueron borrados de mi memoria, te lo suplico. — me dice acercándose a mí y los nervios son cada vez mayores.
Ella se sienta a mi lado y me mira con esos ojos color verdes que calan hondo en mi ser y aquí estoy en una encrucijada «¿Le digo quienes éramos y arriesgo su salud o no?» No, no yo no puedo arriesgarla. La ama y quiero que volvamos a ser quienes éramos, pero no arriesgando su salud. — No puedo decirte mucho, solo te diré que si nos conocíamos. — le respondo mientras controlo estas ganas de acariciar su rostro.Ella me mira triste — está bien, entiendo que no quieras o no puedas decirme nada más, pero por favor, te quiero pedir que me ayudes. — me dice con sus ojos llenos de lágrimas.
«Me duele mucho verla así, siento demasiada impotencia por no poder hablar.» — ¿Cómo puedo ayudarte? — cuestiono tomando una de sus manos entre las mías.— Ayúdame a recordar. — me pide sin preámbulos.— Que más quisiera yo, pero no sé cómo hacerlo. — respondo con sinceridad.
Ella me sonríe levemente — se mi amigo, pasa tiempo conmigo… quizás estar contigo me ayude a conectar con esos años que se han borrado de mi mente. — propone.Creo que no estoy escuchando bien, «¿Me está pidiendo que pase tiempo con ella? ¿Qué seamos amigos? No sé muy bien como funcionara eso de ser amigos, pero al menos estaré cerca y quizás así pueda hacer que ella recuerde o tal vez pueda volver a enamorarla ¿Es lo que yo quería? ¿no?»— Cuenta conmigo. — respondo con una media sonrisa.Ella sonríe ampliamente en respuesta — ¡Gracias! — me dice muy emocionada y luego me sorprende abrazándome.Sus abrazos, su contacto… como lo extrañaba. Como me hacia falta el aroma de su perfume, de su cabello... Siento que estoy volviendo a la vida con este simple gesto, uno que marca un nuevo comienzo que espero que sea el inicio de todo entre nosotros dos.Salgo del departamento de Vera y Paulina con una sensación de alivio en todo mi ser que hace muchísimo tiempo no sentía, Vera quiere que la ayude a recordar y además me dio su número de celular para que nos mantengamos en contacto, al menos es un avance, ¿no? Camino hacia donde deje estacionado mi coche cuando siento que llega un mensaje de whatsapp a mi celular, lo sacó del bolsillo, miro la pantalla y me sorprende ver que es de ella.
//Sé que no me quieres o puedes dar detalles, pero mi psicóloga me dijo que ver fotos, lugares, leer o escuchar música me puede ayudar. ¿Qué fuimos nosotros? ¿Amigos? ¿Fan y escritor? Por favor Necesito saber. //
No puedo creer que aun sin memoria, continúe igual de insistente que siempre, «¿Cómo olvidar como me insistía cada vez que quería que hiciéramos algo?» Sonrió ante mi pensamiento y respondo a su mensaje.//Ya te he dicho que no puedo decirte nada, pero si quieres te puedo llevar a algunos lugares a los cuales hemos ido juntos, pero dime tu ¿Qué te hubiera gustado que fuéramos? //Me doy cuenta que leyó el mensaje, pero tarda en responder. Seguramente mi pregunta la tomo por sorpresa. Entro al auto, me siento y espero por su respuesta antes de arrancar. // ¿Acaso intenta seducirme señor Iker Dos Santos? Mire que me caso en un mes. //Me rio ante la primera parte de su respuesta, pero luego mi expresión cambia y rápidamente le contesto.// ¿Eres feliz con él? //No puedo evitar esa pregunta, necesito saberlo. Me urge saber si su corazón ya es de otro.
//Si, aunque no puedo negar que siempre tengo dudas de si en ese tiempo que quedo en blanco en mi mente he sido más feliz. Ya sabes, si existió otro amor en mi vida. Estas dudas no me dejan en paz y ahora que has aparecido tu todo ha empeorado. //Leo su mensaje y no puedo evitar sentir ganas de decirle todo, de contarle que éramos felices juntos, que nos amábamos como nadie... «no puedo.»// ¿Confías en mí? // me atrevo a preguntarle//No sé por qué, pero sí, confió en ti. // responde de inmediato.
«Debo intentarlo.»
// ¿Me permitirías llevarte a un lugar? // Espero ansioso su respuesta, de esto podrían depender muchas cosas.// ¿A dónde? ////A un lugar en el que tú has estado, eso es todo lo que puedo decirte. // respondo de inmediato.// ¿Dónde queda ese lugar?////Miami.//// ¡¿Yo he estado allí!?//Sé que no se acordaría de Miami, pero creo que sería una forma de iniciar todo, de hacer que ella reviva algunos momentos.//Si, ¿Qué dices? ¿Vienes conmigo? //«Por favor, di que sí…»
//¿Cuándo? ¿Si crees que me ayudara? ////En dos días y sí, creo que te ayudara bastante. ////Te respondo en una hora, ¿Si? //// ¿Tienes que consultarlo con tu novio? //Escribir este último mensaje me costó muchísimo, me mata el solo hecho de imaginarla con él.//Tu si sabes. //
//Me lo imagine… consúltalo, pero ten en cuenta que creo que te ayudara mucho. // //Esta bien. //Tengo que intentar que ella vaya a Miami conmigo, necesito intentar que se acuerde de nosotros dos y que mejor que en uno de los lugares donde más felices hemos sido. Miami esconde muchos recuerdos de nosotros, solo espero que ella acepte.«Solo debo esperar...»
Sera la hora más larga de mi vida, solo de pensar que está con él, hace que la tristeza invada mi ser... solo con pensar que se han besado... que ha sido suya... es que realmente no comprendo como ha sucedido todo cuando éramos tan felices los dos juntos. Todo por una estúpida discusión, una que ha hecho que nuestra historia se quedara sin memoria. «Ya no puedo reprocharme lo que ocurrió, solo debo pensar en lo que puedo hacer a partir de ahora.»(2 días después)Fueron los dos días más largos de mi vida desde que recibí su mensaje diciendo que si vendría a Miami conmigo. Estuve ansioso, nervioso y contando las horas todo este tiempo. Ahora, por fin estoy afuera de su departamento dentro del taxi esperando a que ella baje para ir al aeropuerto y partir rumbo a Miami.No aparto la vista de la entrada d
Salgo de la casa y la veo sentada sobre la acera con sus manos sujetando su cabeza. Me acerco a ella lentamente y la observo intentando entender si se siente mal o es simplemente el shock de la noticia y con muchísimas dudas, me siento a su lado manteniendo una distancia prudente y continúo mirándola, parece estar muy confundida.— Por favor perdóname ¿Quieres que llame a Amanda? ¿Te sientes bien? — le
Sigo aquí sentado a su lado en el borde de la acera, llevamos así al menos diez minutos y ninguno de los dos ha dicho absolutamente nada. Se claramente que en estos instantes, su mente es un caos, pero debo sacarla de ese lugar, debo intentar que recupere la calma.— Vera, preciosa, ven vamos a casa. — le propongo
Estamos todos almorzando en el jardín como aquel primer día que la traje a casa como mi novia y siento que repito momentos de mi vida, algunos que están plasmados entre las páginas de mis libros. Mi padre me mira, me sonríe, y se claramente por qué. Si no hubiera sido por él jamás la hubiera conocido. Mi madre la observa y una tímida sonrisa se escapa de su rostro, después de todo, Vera fue la nuera que ella siempre deseo. «Como no quererla con lo especial que es.»
Estamos entrando al restaurante donde vine con ella la primera vez que vinimos aquí a Miami donde el gerente del lugar me conoce a la perfección y me recibe amablemente. Él también saluda a Vera, a quien también conoce, pero ella lo saluda indiferentemente, cosa que es normal dada la situación. Muy amablemente nos guía hasta la terraza del lugar y nos lleva a una mesa apartada del resto la cual cuenta con una vista espectacular. La noche esta hermosa, este clima se presta para pasar una velada ideal junto a ella… «Como quisiera poder decirle todo lo que siento... » No puedo... me repito a mí mismo una y mil veces.
Ha llegado la hora, estamos sentados sobre la cama y ella aún sigue intentando calmarse después de la crisis que ha sufrido. Lo único que se me ocurre, es colocar mi mano debajo su mentón y hacer que me mire — ¿Quieres que hablemos aquí? — le pregunto mientras que con mi dedo pulgar seco sus lágrimas.— Si... hablemos aquí— responde mientras se acomoda.
Después de nuestra conversación hemos decidido pasar un día a la playa los dos solos, ella está en su cuarto cambiándose y yo hago lo mismo en el mío. Aun no puedo creer que haya decidido suspender su boda, es como si un milagro hubiera ocurrido en el último minuto. Termino de cambiarme, salgo de mi habitación voy hacia la suya, golpeo su puerta y me quedo esperando en el pasillo mientras reviso el celular, hasta que unos cuantos minutos después la puerta de su habitación se abre.— Ya estoy lista. &md
Después de haber pasado un día increíble los dos juntos y solos en la playa estamos regresando a casa, por algún motivo no hemos vuelto a hablar del beso, pero tampoco ha sido necesario, nuestras miradas lo han dicho todo. Al llegar a la casa, abro la puerta, entramos sin decir una palabra y ella de inmediato se sube la escalera para ir a su cuarto. Carolina me mira sentada desde el sofá de la sala y me hace una seña para que me acerque a ella y sin dudarlo, voy hacia ella — hermanito, cuéntamelo todo— me dice sonriente.Último capítulo