Después de haberme cambiado para la ocasión con un pantalón color negro y una camisa blanca, la espero para bajar juntos a la sala. Mi madre no ha escatimado en nada y ha preparado una cena digna de la visita más especial que pudiéramos recibir, a decir verdad, la presencia de Vera en esta casa es lo más importante, al menos para mí. Pienso en lo extraño que es que cada uno esté en una habitación separada y sé que esto no va a cambiar tan pronto, al menos no como me gustaría a mí. Estoy perdido en mis pensamientos y es que todo esto es tan pero tan extraño...
Tiemblo de pies a cabeza con ella sentada sobre mi besándome de una manera única, mejor dicho, como me besaba antes en esas noches de las muchas en las que nos hemos amado. Mis manos viajan por su cuerpo, ya no puedo controlarlas, ella tampoco me impide tocarla de la manera en la que lo estoy haciendo. Sonrió sobre sus labios y ella me lanza una provocadora sonrisa para después dejar mis labios por un instante para atacar mi cuello. No sé cuánto tiempo más pueda resistir si ella sigue haciendo estas cosas... Ya no puedo controlar mi cuerpo y ella claro que se ha dado cuenta porque me mira pícaramente... «¿Acaso pretende volverme loco?»
La observo acostada a mi lado con su respiración agitada y con su mirada fija en la mía, ella me sonríe y yo solo puedo corresponder a su gesto. Estiro mi mano para atraerla hacia mí, y ella no pone ninguna resistencia, por el contrario, coloca su brazo sobre mi pecho y me abraza fuertemente.— ¿Te encuentras bien cariño? — Le pregunto besando su frente. Creo que estos minutos son interminables, jamás sentí las agujas del reloj moverse tan lento. Cuando le propuse matrimonio la primera vez su respuesta fue instantánea... Aun recuerdo ese momento con toda claridad; su sonrisa, sus lágrimas de emoción y yo... yo solo era el hombre más feliz del mundo.Nos acomodamos en la cama acostándonos de costado mirándonos uno al otro. Intento entender lo que pasa por su mente, pero me es imposible. — Cariño, por favor... dime algo. — Le pido mientras acomodo su cabe23
Abro los ojos lentamente absorbiendo la luz del día, giro mi rostro, miro el reloj el cual marca las 11:30AM y me sorprendo por la cantidad de horas que llevamos dormidos. Observo al otro costado de la cama, y para mi sorpresa ella no está a mi lado《¿Dónde está?》Me pregunto a mí mismo. Tomo mi bóxer el cual está tirado en el suelo, me lo coloco y salgo a buscarla por la casa. Estoy por salir de la habita
Por fin hemos terminado de traer todas nuestras cosas a lo que a partir de ahora es nuestra casa; aquella que creí que jamás volvería a pisar porque no me imaginaba este lugar sin su presencia, sin su cuerpo paseándose por los pasillos, sin ella sobre esa cama, en pocas palabras, era ella o nada.— ¿En qué piensas cariño? —Me pregunta entrando a la habitación.
Siento a Vera moverse a mi lado de manera muy extraña; abro mis ojos lentamente y me percato que aun sigue durmiendo, al parecer está teniendo una pesadilla. No sé muy bien que hacer; no quiero despertarla de manera brusca porque puede llegar a ser peor, por ende, acaricio su espalda desnuda suavemente intentando que despierte de a poco. La siento muy inquieta y me pregunto que estará soñando, sea lo que sea esta sufriendo y no me gusta verla así.Después de varios segundos comienzo a sentir como su cuerpo de relaja bajo mi tacto — Vera, cariño— Le digo suavemente a su oído, y al parecer ha despertado al finalmente. Ella se gira para quedar frente a frente conmigo y me mira bastante confundida — Mi amor, ¿Te encuentras bien? — Le pregunto acariciando su rostro.— No... en realidad, no losé... estoy muy confundida. — Explica.— ¿Por qu
El día ha pasado demasiado deprisa, pero esto pasa cada vez que la tengo entre mis brazos y lo que realmente quisiera poder hacer es detener las agujas del reloj. Hemos decidido salir a cenar fuera, algo así como nuestra primera cita dentro de nuestra convivencia. Me termino de vestir poniéndome un pantalón negro, una camiseta del mismo color y una americana gris, y una vez listo, salgo a la sala a esperarla. Aprovecho estos minutos para revisar las redes sociales hasta que al escuchar el ruido de sus zapatos, levanto mi vista y la veo absolutamente deslumbrante con un vestido corto color negro que tiene un escote bastante pronunciado. Me acerco a ella lentamente sin apartar mi mirada de la suya a la misma vez que le lanzo una sonrisa de esas cómplices a la cual ella responde y me desarma por completo.— Te ves absolutamente divina. — Le digo mientras tomo su mano para que se gire y así pueda apreciar su belleza por comple
Lo miro fijamente sin poder creer que él este aquí y mucho menos que se atreva a acercarse a ella en mi presencia 《¿Acaso él tampoco tiene memoria de lo ocurrido?》 Observo a Vera, quien en este momento está más que confundida y no sé muy bien que hacer — Discúlpame, pero... ¿Quién eres? — Le cuestiona mirándolo fijamente.— ¿No me recuerdas? Soy Mauro... — Le responde sin titubear.— Mauro, ella no se acordará de ti. — Explico interrumpiendo su conversación de manera brusca.— ¿Cómo es eso de que no te acordaras de mi Vera? — Pregunta confundido.— Lo siento, pero he sufrido un accidente hace un tiempo y he perdido la memoria. — Le informa con un tono un tanto triste.— No lo puedo creer, lo siento de verdad. — Murmura.— No te preocupes... pero ¿Q