23

Creo que estos minutos son interminables, jamás sentí las agujas del reloj moverse tan lento. Cuando le propuse matrimonio la primera vez su respuesta fue instantánea... Aun recuerdo ese momento con toda claridad; su sonrisa, sus lágrimas de emoción y yo... yo solo era el hombre más feliz del mundo.

Nos acomodamos en la cama acostándonos de costado mirándonos uno al otro. Intento entender lo que pasa por su mente, pero me es imposible. — Cariño, por favor... dime algo. — Le pido mientras acomodo su cabe

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP