Desde que la vida toma el ritmo que realmente lleva, los colores se hacen más fuertes y vibrantes, los límites son más llevaderos, nos reímos de las dificultades que puedan intentar presentarse y solo deseamos vivir por más tiempo para seguir sonriendo.

Steven llevaba días sin sentir el calambre que lo hacía estremecer de dolor. Cada mañana en compañía de Yuli entraba a la majestuosa playa que en solo dos días se había vuelto su medicina.

—La tranquilidad que este lugar nos regala es más que increíble.

—¿Será por el nombre que tiene la isla?

—No sabría hablarte sobre el nombre o la historia, si es que tiene alguna, pero te puedo asegurar que mi hermano fue muy certero al elegir visitar este hermoso paraíso.

Ella dejó que el viento acariciara su rostro —Coincido 100% contigo.

La cercanía entré ellos fluían de manera lenta, pues el miedo habitaba muy cerca de sus corazones y esto lo hacía querer protegerse de un ataque repentino, pero las miradas que erizaban la piel y los besos profund