— Don Gregori, quizá deba ir yo también a— — No irás, hijo. — Le Interrumpió imponente el señor mafioso a Vladimir. — Tú te quedarás en la mansión por si ella vuelve. Mantendrás ocupada a mi hija mientras hablo con el chico Jhonson. — Entiendo, eso haré, pero… ¿Por qué quiere hablar con él a solas? ¿Piensa interrogarlo por ocultar el suceso del río? Don Gregori volvió a ver con frialdad a Vladimir. — Así es, además… Envié a unos espías a la empresa cede de ese hombre, supe que recientemente los hermanos Miranova anduvieron ahí. Vladimir hizo una expresión de sorpresa que rápidamente cambió a una calmada. — Es extraño que los Miranova lo hayan visitado y él creyendo que son sus posibles enemigos y que usted está de su lado, no lo haya contactado. — Decía Vladimir haciendo un gesto pensativo. Don Gregori iba a hablar, pero en ese instante, su teléfono celular personal sonó y él de inmediato respondió. — ¿Kristy? — ¡Papá! — Se escuchó la voz animada de la joven del otro lado de
11: 40 am. Nathaniel recién llegaba a las afueras de la mansión de don Gregori Nekrásov. El hombre de cabello oscuro bajó del vehículo y rodeó el mismo para seguidamente abrirle la puerta a Kristy. Ella bajó y fue entonces que salieron de la mansión, varios sirvientes acercándose al automóvil y ayudando con el equipaje de Kristy que Nathaniel les pasó. Una vez Nathaniel ingresó a la glamurosa mansión junto a su novia, vieron bajar por las escaleras a Vladimir. — El señor Nekrásov lo espera en su oficina, señor Jhonson. — Le habló el hombre rubio a Nathaniel y él asintió pasándole de lado a Vladimir. Kristy quien expectante iba detrás de Nathaniel fue detenida del brazo por Vladimir. — Tú no, Don Gregori quiere hablar a solas con él. — Le dijo ese hombre rubio a Kristy. La hermosa rusa frunció el ceño y se soltó del agarre que ese alto hombre ejercía en su brazo. — ¡No me toques! — Alzó la voz ella molesta. Nathaniel quien aún no se había alejado lo suficiente de la escena, v
— Primero que nada, quiero saber que sucedió exactamente en ese río, ¿Por qué no me contactaste, si mi hija estuvo apunto de ahogarse? — Preguntó Don Gregori a Nathaniel, yendo al punto de inmediato. — Ella estaba asustada, no fue grave, le saqué a tiempo, le hice los primeros auxilios, después llamé a mi helicóptero y salimos de la montaña. — ¿No la llevaste a ningún hospital? — No. Ella no quería, se sentía alterada por lo sucedido y la hice revisar con mi médico personal que llegó en el helicóptero. Todo estaba bien, era tarde y lo mejor era que descanse, así que la llevé a uno de mis hoteles favoritos, donde— — Suficiente. — Le Interrumpió Don Gregori. — Son dos adultos saliendo, no tienes que explicarme que pasó después. Solo asegúrate de no dejar a mi hija embarazada antes de la boda. Nathaniel asintió y Kristy ruborizada posó su mano en su frente. La mujer rubia que estaba muy avergonzada, recordó que olvidó por completo comprar la pastilla del día después. "Bueno… Podrí
— ¿Tu Nath? ¡Hija, ese hombre te ha lavado el cerebro! — Exclamó Don Gregori a Kristy. — ¡Es más importante tu familia que él! Te queremos y te protegemos. Vladimir es parte de la organización y por lo tanto él seguirá ocupándose como mi mano derecha de mis negocios y tu futura empresa. La hermosa joven rusa frunció el ceño. — ¿Eso significa que no piensas darme nada? ¿Qué seguirás dejando las cosas en manos de alguien como Vladimir? ¡Yo de ti no confiaría tanto en él, papá! Es un mal hombre. — Nadie es un buen hombre Kristy. Ni siquiera ese novio tuyo que tienes en un pedestal. Lo único que tienes que saber, es que te amo y lo que hago es por tu bien. No discutiré más. — Después de decir esas palabras, el hombre mayor se dirigió a su silla nuevamente. Kristy se dirigió a la salida, pero antes de cerrar la puerta, volvió a ver a distancia a su padre que sentado trás ese escritorio la observaba con frialdad. — Nath no es como tú crees papá… — Tras decir eso, ella cerró la puerta d
••••••••••10: 00 pm. En la oficina de uno de los casinos de Don Gregori en Las Vegas. Vladimir sostenía en su mano derecha una copa con vodka, mientras veía la pantalla de la computadora, con el registro que recién le había entregado A.K. — Tal como se espera, la seguridad para la fiesta de compromiso de la señorita Kristy en la mansión de Don Gregori, está lista~ — Sonreía maliciosamente el hombre ruso de cabello oscuro perfectamente peinado hacia atrás. — Eso veo… Entonces, tendré más de una oportunidad, para cumplir con el objetivo. — Decía el hombre rubio sacando el USB de la computadora. — Sí. Haremos un gran alboroto~ será muy divertido, tienes que aprovechar la oportunidad, queda solo una semana y ya has convencido a todos los altos cargos. Vladimir asintió lentamente con su cabeza y seguidamente, tomó unos cuantos tragos de Vodka. "Después de que Don Gregori muera, me iré de Los Angeles un año, en ese tiempo estaré en Rusia con Kristy" "Probablemente ella no quiera, p
••••••••••5: 20 pm. Esa tarde en la playa. — ¡Kity tienes que ve eto! — Llamaba Melanie emocionada a Kristy, mientras recogía pequeñas conchas de la playa. La mujer rubia se acercó a la pequeña niña que tanto se había ganado su cariño y con quién ya se llevaba bastante bien. — Esa es una muy hermosa, ¿Quieres que la guarde también en el frasco? — Preguntaba la joven rusa, que llevaba en sus manos un pequeño frasco de vidrio en el que Melanie iba echando las conchas de mar que iba encontrando. La niña asintió emocionada varias veces y seguía caminando con sus sandalias playeras que Kristy le había comprado. La mujer de hermosos ojos dorados sentía la refrescante brisa de ese día nublado soplar con intensidad. — ¿Crees que llueva pronto? — Preguntó a su amiga Tatianna. La otra mujer rusa, de cabello bastante corto al largo de su cuello y de un castaño claro veía el cielo nublado. — Posiblemente…— En mi aplicación decía que no llovería. — Comentó Kristy. — ¿Misma en la que te
Un sensual vestido oscuro, escote corazón, espalda descubierta. Un maquillaje simple que le hiciera lucir radiante. Kristy estaba lista para la cena que tendría con Nathaniel, aunque en esta ocasión, sería sorpresa, pues no le había informado los detalles a él, más que se quedaría a cenar en la mansión. La hermosa mujer rusa veía su teléfono celular, marcando las 7: 20 pm. …..Nathaniel finalmente llegó a la mansión. Melanie se encontraba dormida en ese momento y doña Teresa se había ido a ver si estaba durmiendo bien. Una vez la puerta se abrió, la elegante joven rusa esperaba de pie, poniendo su mejor sonrisa. — Bienvenido, Nath~ — Sonrió ella con dulzura. Él exhaló con desánimo, pasándole de lado, sin siquiera dar comentario alguno por lo bella que Kristy se había arreglado. Él… Ni siquiera lo había notado. — Iré a ver a Melanie. — Informó Nathaniel caminando rumbo a las escaleras. — Ella… Esta en su habitación descansando como te dije por mensaje, doña Teresa fue a verl
"¿Ingenua…?""¿Tediosas citas?""¿No es más que una molestía para él?" Pensaba Kristy cabizbaja. "Lo sabía… Dentro de mí, ya lo sabía pero no quería pensarlo, prefería engañarme a mi misma" Mientras ella tenía esos pensamientos, Nathaniel había guardado su teléfono celular y se dirigía al salón donde le esperaba su novia. Él al doblar por el desvío del pasillo vió a Kristy ahí de pie, con su cabeza inclinada. Él se sorprendió. "Maldición… ¿Me ha escuchado?" Pensó Nathaniel deteniendo sus pasos y quedando frente a esa mujer entristecida. — Kristy yo— — No digas nada… — Susurró ella levantando su mirada. Sus ojos dorados se posaron en los azules de ese hombre. — Vamos al salón. — Sonrió ella, por supuesto una sonrisa forzada que ocultaba el dolor que sentía. Nathaniel no dijo más nada y comenzó a caminar hacia el salón, ella le seguía a poco más de un metro trás de él. — Hablaba con Xavier, mi amigo. — Comenzó a contar Nathaniel sin siquiera detener sus pasos o volver a ver