— Primero que nada, quiero saber que sucedió exactamente en ese río, ¿Por qué no me contactaste, si mi hija estuvo apunto de ahogarse? — Preguntó Don Gregori a Nathaniel, yendo al punto de inmediato. — Ella estaba asustada, no fue grave, le saqué a tiempo, le hice los primeros auxilios, después llamé a mi helicóptero y salimos de la montaña. — ¿No la llevaste a ningún hospital? — No. Ella no quería, se sentía alterada por lo sucedido y la hice revisar con mi médico personal que llegó en el helicóptero. Todo estaba bien, era tarde y lo mejor era que descanse, así que la llevé a uno de mis hoteles favoritos, donde— — Suficiente. — Le Interrumpió Don Gregori. — Son dos adultos saliendo, no tienes que explicarme que pasó después. Solo asegúrate de no dejar a mi hija embarazada antes de la boda. Nathaniel asintió y Kristy ruborizada posó su mano en su frente. La mujer rubia que estaba muy avergonzada, recordó que olvidó por completo comprar la pastilla del día después. "Bueno… Podrí
— ¿Tu Nath? ¡Hija, ese hombre te ha lavado el cerebro! — Exclamó Don Gregori a Kristy. — ¡Es más importante tu familia que él! Te queremos y te protegemos. Vladimir es parte de la organización y por lo tanto él seguirá ocupándose como mi mano derecha de mis negocios y tu futura empresa. La hermosa joven rusa frunció el ceño. — ¿Eso significa que no piensas darme nada? ¿Qué seguirás dejando las cosas en manos de alguien como Vladimir? ¡Yo de ti no confiaría tanto en él, papá! Es un mal hombre. — Nadie es un buen hombre Kristy. Ni siquiera ese novio tuyo que tienes en un pedestal. Lo único que tienes que saber, es que te amo y lo que hago es por tu bien. No discutiré más. — Después de decir esas palabras, el hombre mayor se dirigió a su silla nuevamente. Kristy se dirigió a la salida, pero antes de cerrar la puerta, volvió a ver a distancia a su padre que sentado trás ese escritorio la observaba con frialdad. — Nath no es como tú crees papá… — Tras decir eso, ella cerró la puerta d
••••••••••10: 00 pm. En la oficina de uno de los casinos de Don Gregori en Las Vegas. Vladimir sostenía en su mano derecha una copa con vodka, mientras veía la pantalla de la computadora, con el registro que recién le había entregado A.K. — Tal como se espera, la seguridad para la fiesta de compromiso de la señorita Kristy en la mansión de Don Gregori, está lista~ — Sonreía maliciosamente el hombre ruso de cabello oscuro perfectamente peinado hacia atrás. — Eso veo… Entonces, tendré más de una oportunidad, para cumplir con el objetivo. — Decía el hombre rubio sacando el USB de la computadora. — Sí. Haremos un gran alboroto~ será muy divertido, tienes que aprovechar la oportunidad, queda solo una semana y ya has convencido a todos los altos cargos. Vladimir asintió lentamente con su cabeza y seguidamente, tomó unos cuantos tragos de Vodka. "Después de que Don Gregori muera, me iré de Los Angeles un año, en ese tiempo estaré en Rusia con Kristy" "Probablemente ella no quiera, p
••••••••••5: 20 pm. Esa tarde en la playa. — ¡Kity tienes que ve eto! — Llamaba Melanie emocionada a Kristy, mientras recogía pequeñas conchas de la playa. La mujer rubia se acercó a la pequeña niña que tanto se había ganado su cariño y con quién ya se llevaba bastante bien. — Esa es una muy hermosa, ¿Quieres que la guarde también en el frasco? — Preguntaba la joven rusa, que llevaba en sus manos un pequeño frasco de vidrio en el que Melanie iba echando las conchas de mar que iba encontrando. La niña asintió emocionada varias veces y seguía caminando con sus sandalias playeras que Kristy le había comprado. La mujer de hermosos ojos dorados sentía la refrescante brisa de ese día nublado soplar con intensidad. — ¿Crees que llueva pronto? — Preguntó a su amiga Tatianna. La otra mujer rusa, de cabello bastante corto al largo de su cuello y de un castaño claro veía el cielo nublado. — Posiblemente…— En mi aplicación decía que no llovería. — Comentó Kristy. — ¿Misma en la que te
Un sensual vestido oscuro, escote corazón, espalda descubierta. Un maquillaje simple que le hiciera lucir radiante. Kristy estaba lista para la cena que tendría con Nathaniel, aunque en esta ocasión, sería sorpresa, pues no le había informado los detalles a él, más que se quedaría a cenar en la mansión. La hermosa mujer rusa veía su teléfono celular, marcando las 7: 20 pm. …..Nathaniel finalmente llegó a la mansión. Melanie se encontraba dormida en ese momento y doña Teresa se había ido a ver si estaba durmiendo bien. Una vez la puerta se abrió, la elegante joven rusa esperaba de pie, poniendo su mejor sonrisa. — Bienvenido, Nath~ — Sonrió ella con dulzura. Él exhaló con desánimo, pasándole de lado, sin siquiera dar comentario alguno por lo bella que Kristy se había arreglado. Él… Ni siquiera lo había notado. — Iré a ver a Melanie. — Informó Nathaniel caminando rumbo a las escaleras. — Ella… Esta en su habitación descansando como te dije por mensaje, doña Teresa fue a verl
"¿Ingenua…?""¿Tediosas citas?""¿No es más que una molestía para él?" Pensaba Kristy cabizbaja. "Lo sabía… Dentro de mí, ya lo sabía pero no quería pensarlo, prefería engañarme a mi misma" Mientras ella tenía esos pensamientos, Nathaniel había guardado su teléfono celular y se dirigía al salón donde le esperaba su novia. Él al doblar por el desvío del pasillo vió a Kristy ahí de pie, con su cabeza inclinada. Él se sorprendió. "Maldición… ¿Me ha escuchado?" Pensó Nathaniel deteniendo sus pasos y quedando frente a esa mujer entristecida. — Kristy yo— — No digas nada… — Susurró ella levantando su mirada. Sus ojos dorados se posaron en los azules de ese hombre. — Vamos al salón. — Sonrió ella, por supuesto una sonrisa forzada que ocultaba el dolor que sentía. Nathaniel no dijo más nada y comenzó a caminar hacia el salón, ella le seguía a poco más de un metro trás de él. — Hablaba con Xavier, mi amigo. — Comenzó a contar Nathaniel sin siquiera detener sus pasos o volver a ver
••••••••••12: 00 am. Kristy decaída no lograban conciliar el sueño. Se había prometido castigar a Nathaniel por su cruel comportamiento con ella. No quería seguir siendo tratada con tal indiferencia, una que le causaba dolor a su corazón. La hermosa mujer rubia, que se encontraba recostada en su cama, se levantó de la misma y se puso su abrigo largo sobre su corta bata color naranja. Ella salió de su habitación.— Señorita Nekrásov, ¿Se le ofrece algo? — Preguntó de inmediato uno de los guarda espaldas que se quedaba en las afueras de la habitación de Kristy cuando ya ella se iba a dormir, por seguridad. — No, solo… Iré por algo de tomar y—— ¡Oh, sabe que no hace falta señorita! — Exclamó otro de los guarda espaldas interrumpiendo a Kristy. — Si quiere algo solo de la orden y nosotros de inmediato cumpliremos su deseo. Kristy mostró una pequeña y débil sonrisa. Una que estaba siendo acompañada de la tristeza en su rostro. "Lo que más deseo, no lo puedo tener…""Siempre… me
Kristy veía fijamente a ese alto hombre rubio frente a ella. Tragó en seco y decidió ignorarlo, ella continúo caminando rápidamente en dirección al bar de la mansión, seguida por dos de sus guarda espaldas. Sin embargo, Vladimir no dejaría pasar esa oportunidades, aunque ella estuviera siendo resguardada, sería fácil para él deshacerse de esas personas. Una vez Kristy tomó suficiente distancia, él continúo siguiendo a la joven que tanto le atraía. …..Kristy quien había llegado primero, ingresó al bar privado de su padre en la mansión. El cual era utilizado por Don Gregori cuando llevaba a algunas amistades o a divertirse después de reuniones de negocios que realizaba en dicha mansión. Ella rodeó la barra y veía cuidadosamente la estantería, decidiendo cual de las finas botellas de licores tomar. — ¿Podemos ayudarla, señorita? — Preguntó uno de los guarda espaldas. — No, guarden silencio. No quiero escuchar la voz de nadie. Por supuesto, ella solo quería "ahogar sus penas" n