¡¡ALTO AHÍ!!Si aún no has leído Pregúntale a la Luna, y deseas hacerlo, te aviso que este capítulo contiene spoilers, así que lees bajo tu propia responsabilidad.¡¡Que lo disfruten!!LIAMUna semana ha pasado desde el funeral del antíguo Alfa, y el ambiente en la manada pasó de la más profunda tristeza, a la más eufórica felicidad, ya que hoy está por celebrarse la unión entre el Alfa y su pareja.Daniela se ha mantenido ausente durante este tiempo, después de la última vez que estuvimos juntos en el bosque, «cuando nos besamos»Trato de convencerme de que es mejor así, pero no puedo olvidar ese beso que me dejó flotando en el aire, tanto así, que no fui capaz de reaccionar cuando salió huyendo de mis manos y desapareció.«Y ¡qué beso!»Aun puedo sentir esos suaves y aterciopelados labios entre los míos, ese olor exquisito, embriagante y, el cosquilleo que dejaron sus manos en mi nuca…Estiro y encojo mis dedos al recordar cómo se sintió su delicado cuerpo pegado al mío y mi necesid
DANIELAMi cuerpo se siente pesado y extrañas sensaciones invaden mi pecho: temor, angustia y…. satisfacción. Abro mis ojos despacio, y de inmediato reconozco el lugar. La habitación de Liam se encuentra vacía a parte de mí y la oscuridad es desplazada solo por una leve luz, proveniente de la lámpara que yace sobre el buró.Tomo asiento a la orilla de la cama y un leve escozor en mi piel me hace recordar mi motivo de estar aquí. La imagen de Liam, con sus colmillos asomados y clavándose en mi cuello, me aterra de nuevo y, por inercia, llevo mi mano hacia ese lugar, tocando lo que se siente como una pequeña cicatriz casi imperceptible.«¡Por la Diosa! El infeliz me marcó como suya»Miro mis piernas desnudas al sentarme y toco mi pecho asustada, sin embargo, descubro que llevo puesta una camiseta blanca que cubre hasta la mitad de mis muslos. «Liam debió cambiarme de ropa»La puerta se abre y su alta figura se asoma, entrando por completo al verme despierta.—Liam… ¿Qué has...? —No te
LIAMMi cuerpo se siente caliente, y algo afilado lastima mis costillas en cada respiración que tomo. Trato de abrir los ojos, pero al instante vuelvo a cerrarlos debido a la luz que daña mi vista. Intento de nuevo, haciendo sombra con mi mano y me levanto despacio, aturdido.La cabeza me da vueltas como si tuviera resaca y me obligo a recordar por qué me encuentro en el patio trasero de mi casa, semidesnudo y adolorido.Pequeños flashbacks de la noche anterior estallan en mi mente como fuegos artificiales: la fiesta, el bosque, Daniela… Entro a la casa, trastabillando con cada objeto que se cruza en mi camino, mientras trato de mantenerme en pie.La voz de Daniela resuena en mi cabeza y tengo un vago recuerdo de sus pequeños puños golpeando mi pecho «"Te odio, Liam"» Sus piernas rodeando mi cintura, un árbol, mis colmillos…Respiro con dificultad al entrar a mi habitación y ver nuestra ropa desparramada por el suelo: mi traje, sus tacones, mis zapatos, su hermoso vestido negro roto
DANIELA—Mami, cuéntame un cuento ¿Sí?—Está bien, mi niña —dijo la mujer de mediana edad a su pequeña y se sentó junto a la cama—. Vamos a ver… Ah, sí… Lo tengo, ¿estás lista?—¡Sí, mami!—Acuéstate y cierra tus ojitos.—¡Ya! —pronunció emocionada la niña, mientras se acurrucaba más en las mantas y esperaba por el relato de su madre.—“Había una vez, un joven lobo que vivía en una manada muy lejana a esta. —Empezó el relato la mujer—. Sus padres eran dos Omegas humildes que trabajaban para la familia Alfa. Cuando el chico cumplió su mayoría de edad fue cuando tuvo su primera transformación, sin embargo, su lobo no era como los de la mayoría de los lobos de la manada, era más grande y fuerte, y siempre se preguntó cuál sería el motivo. Al joven le gustaba salir a pasear en la naturaleza y pasaba la mayor parte de su día como un lobo. A veces se perdía por día enteros, incluso semanas y aunque al principio sus padres se asustaban cuando este no aparecía por ningún lado, con el tiempo s
Liam[Daniela, escúchame, amor. Iré por ti, resiste por favor]—Amor, responde por favor… —La mano de Azul se posa sobre mi hombro y se deja caer al piso junto a mí.—La vamos encontrar, Liam —dice, sorbiendo su nariz y tallando sus ojos húmedos por las lágrimas que ha derramado—. Jamás permitiremos que algo le pase, hay que tener fé en la Diosa.No puedo responder, solo me limito a asentir con la cabeza. «No me queda de otra que tener fé»—Sarah, ¿Hay manera de rastrear los vehículos? —pregunta David.—Podríamos revisar las grabaciones de seguridad de los alrededores, y así llevar un seguimiento de la ruta que tomaron —habla dubitativa—. Pero eso tomaría algo de tiempo.—¿Cuánto? —pregunto poniéndome de pie.—No lo sé, ¿un día…? —responde, rompiendo mi esperanza de nuevo—. Incluso dos, y aun así, podrían seguir alejándose cada vez más.La madre de Daniela llora en brazos de su compañero, viéndose tan culpable como derrotada.—¿Por qué se la llevaron? —cuestiono dirigiéndome a ellos—.
VickyLa manada es una locura desde que Daniela, la mejor amiga de mi cuñada Azul desapareció. Todo el mundo anda decaído por aquí, en especial Liam, su compañero; el chico arrogante que siempre la trató mal, ahora la ama con todo su ser y, quisiera decir que se merece todo lo que está sufriendo, sin embargo, me apena verlo así.Muy en el fondo, desearía que alguien un día llegara a amarme de esa manera, que a pesar de todos los obstáculos que enfrentáramos, tuviéramos ese momento de revelación en el que nos damos cuenta de cuánto nos queremos y que no podemos vivir el uno sin el otro. Pero eso es una vil fantasía, porque desgraciadamente, mi vida ya se encuentra unida al diablo con rostro de Dios que odia a mi familia por sobre todas las cosas.«Incluyéndome a mí»La mayor parte del tiempo debo fingir que no pasa nada, que me encuentro de lo mejor con la situación a la que me enfrento todos los días en mi nuevo “hogar”, que estoy conforme con los designios de la luna y que aprenderé
Daniela—No, por favor, pare —pido sollozando al hombre que acaricia mis piernas sin pudor y su risa en mi cuello me provoca arcadas de asco cuando comienza a lamer mi piel. Su mano se acerca cada vez más a mi zona íntima y mi cuerpo se sacude con espanto al sentir cómo me recuesta en el piso y se posa sobre mí.—¡Alto! —dice una voz ronca y enfurecida desde la puerta, mis esperanzas se asoman y vuelvo a respirar cuando el desgraciado se retira de encima—. ¡¿Qué mierdas crees que estás haciendo imbécil?! —masculle iracundo.Encojo mis piernas y las pego a mi pecho en posición fetal, tratando de protegerme de cualquier amenaza, aunque estoy segura de que no servirá de nada si lo que pretenden es hacerme daño.—Solo me divertía un poco, no es para tanto —responde mi agresor.—Solo te divertías ¿Eh? —Repite el segundo hombre—. Con lo mío.Su seguridad me hace voltear a verlo con horror, pero claro ¿Cómo pude pensar que alguien me salvaría sin segundas intenciones?—Ya, hombre. No te enoj
Narrador omniscienteAún era de madrugada cuando las manadas de Luna creciente y Luna roja se congregaron en el salón de asambleas de la casa Verti. El número de lobos que habían reunido entre ambas, se asemejaba a un pequeño ejército de alrededor de cien hombres; repitieron la estrategia una vez más y se dispusieron a prepararse para partir a la misión de rescate.El corazón de Liam latía con fuerza, pues sabía, que en el mejor de los casos tendrían éxito, regresarían con su pareja sana y salva y, con el favor de la Luna, no habría pérdidas. Pero, no dejaba de ser consciente de que podía pasar todo lo contrario: podría morir en la misión, pero no era eso lo que en verdad le preocupaba; Daniela podría no seguir con vida para cuando ellos llegaran a su rescate, podría haber sido dañada de alguna terrible e irreparable manera, podría haber tantas muertes, de tantas personas inocentes, y aun así no lograr su objetivo… ¡Mierda! Podrían pasar tantas cosas en esa misión, que su cabeza se ll