Claramente estaba en graves problemas Curthwulf. Porque, ahora no sólo Charlotte no se iría del castillo de Park Seok Min, sino que, estaba hablando de un divorcio. Algo que no se le había pasado por la cabeza a Curthwulf. — Pienso que debemos calmarnos un poco. — dice Curthwulf como si estuviera en un partido pidiendo tiempo fuera para procesar la nueva información.— Y yo pienso que no estoy interesada en estar despierta discutiendo contigo. Así que, ¿me dejas dormir? — pregunta Charlotte y Curthwulf asiente, marchándose de la habitación.El problema con el embarazo y su inminente muerte, ya lo estaba atormentando lo suficiente, para ahora tener que enfrentarse a un ex amante de Charlotte. Aunque no sabe si debería clasificarlo así.— Quizás dijo eso para hacerme perder la cabeza por los celos. No debo darle importancia. — murmura Curthwulf caminando hacia la azotea. Necesitaba un poco de aire puro y así, despejar todas las dudas y celos que sentía. Realmente quería que las cosas
El ánimo de Curthwulf, cayó al suelo al comprender que él era más cruel que todos los lobos que a él le habían hecho daño. Si había odiado a Gustav por todo lo que había hecho por destruirlo, era normal que se odiara a sí mismo, al herir a su esposa.— Soy una completa basura. Soy peor que Gustav. — murmura Curthwulf con dolor.— No sé quién es. Pero, no quiero volver a escucharte hablar así de lo que desea Charlotte o te romperé la cara. Pueda que no esté de acuerdo con su decisión, pero, no acepto que desprecies la misma y menos que desprecies lo que ella siente. — dice Seok Min para después marcharse.Había subido a la azotea, deseando despejar su mente para comenzar a realizar la pócima para Charlotte, pero, solo consiguió enojarse por el hombre que no valoraba a la mujer que en seis vidas había él atesorado y aun le parecían pocas.— Debí aparecer antes, si no hubiese entrado en hibernación, la habría alejado de ese desgraciado desde el primer momento en que se fijó en ella. — di
Narra CharlotteHabía dormido bien, pero soñado mal. Básicamente, había dormido al menos dos horas más después que me enojé con Curthwulf y eso es sorprendente, porque me hizo enojar bastante. Quizás por eso, tuve todas esas pesadillas con él, mismas que podrían volverse realidad en cualquier momento, si no tomo medidas sobre su desprecio hacia los bebés. Suspiro profundo y camino fuera de la habitación.— Buen día, señora Charlotte. — saluda un chico sentado frente a la puerta, asustándome un poco, por no esperar ello.— Oh, hola, ¿Qué haces aquí? ¿Estas vigilando algo? — pregunto confundida y después me golpeo la frente mentalmente al ver como levanta una ceja.— La vigilo a usted, señora. Me han pedido escoltarla.— Oh, sí. Ya lo he notado. Pero, ¿es necesario que me cuides incluso dentro del castillo? — pregunto confundida.— El castillo es muy amplio. Es posible que se pierda si no está con alguien que lo conozca.— Si es grande, pero, no creo que sea para tanto.— Es del grande
La guerra de miradas entre ellos, era tan molesto como sus discusiones sin sentidos y ese deseo de siempre estar discutiendo, cuando ni siquiera hay motivos para hacerlo. Por lo que, negándome a ser parte de esto, me suelto molesta del agarre de los dos.— ¿Son unos niños acaso? Ni siquiera Zaid se porta así con Lowell, ¿no les da vergüenza que siendo jefes se porten así? — pregunto molesta.— Él me provoca. — dice Curthwulf en una queja como si fuera un niño pequeño.— No voy a decirlo dos veces. Seok Min, recuerdo que eras un buen chico, pero, estas actuando altivo y hostil con mi esposo y eso no me agrada.— Él no me agrada como tu esposo — dice Seok Min cruzándose de brazos y yo suspiro profundo.— Entiendo que no te agrade, pero, no puedes ser así. es muy infantil para alguien que es un adulto y jefe de sus negocios. Además, debes respetar mis decisiones, lo escogí a él como mi esposo y si quieres que tengamos una buena relación, debes por lo menos, ser respetuoso con mi esposo.
Si algo había aprendido en mi vida, es que sobrevivir no es fácil. Muchas veces deseas algo o necesitas cierta cosa, pero, no logras obtenerlo. Aun cuando es indispensable para ti, no lo tienes y menos si es para darte felicidad.Este era mi caso, tenía un esposo que me quería, que había luchado por alfas y con su propio hermano por mi seguridad. Un hombre que me había enseñado a amar y a ser una mujer fuerte. Básicamente tengo al hombre que cualquier mujer desearía; adinerado, atractivo, fuerte, bueno en la cama y que te ama. Ese es mi esposo, pero, ¿Por qué tener a sus hijos es tan riesgoso?— Eres cruel. — dice Curthwulf con dolor.— Es normal que después de un matrimonio, un embarazo surja. — Sí, pero a los demás matrimonios eso no les cuesta la vida. Charlotte, te lo digo en serio, odiaré a esos bebés si ellos te matan.— Busca una solución. Sé que eso lo dices porque estas en negación, pero, cuando nazcan.— Cuando ellos nazcan, habrás muerto y eso hará que no pueda quererlos.
Lentamente me calmo en los brazos de otro hombre que no es mi esposo, prometiéndome que no puedo derrumbarme por alguien que ha decidido irse. Por lo que, limpiando mis lágrimas, me alejo de Min y prometo ser fuerte por y para mis hijos.— ¿Te encuentras mejor? — me pregunta Min y yo asiento avergonzada por haber llorado por un hombre que no merece mis lágrimas.— Gracias. Creo que estoy sensible por el embarazo. Normalmente no soy así.— Lloras porque te duele y eso es normal. Estas pasando por mucho. Así que, no debes sentirte avergonzada por expresar tu dolor por medio de las lágrimas. Eres una persona que siente y como lo veo, es mejor que lo dejes salir a que lo retengas. — dice Min y yo sonrío con tristeza.— ¿Escuchaste lo que dijo?— No necesito escucharlo. Con verte, sé que fue un desgraciado y aunque me desagrade, no voy a hablar positiva o negativamente de él. Esto es un problema que sé entre ustedes van a solucionar. >> Solo es ser pacientes. Todo lo que sucede los tiene
Llegamos a un lugar bastante turístico y comenzamos a recorrer el mismo bajo las explicaciones de Min y el instructor que le enseña como se dice cada cosa en italiano. Sonrío al ver tanto en que entretenerse y confirmo que en Italia hay muchas personas atractivas.— Si que te gusta el peligro, solo miras mucho a los que son vampiros. Calma, pequeña, si no puedes con un perro, no te atrevas a ir a las ligas mayores. — me dice Min y yo me ruborizo.— No sé de qué me hablas. — Oh, estoy seguro de que, si sabes, pero, si quieres fingir que no sabes, está bien. — me dice Min sonriendo.Nos sentamos en un restaurante con una hermosa vista y mientras los chicos hablaban con el docente, Min me hablaba de lo que había hecho todos estos años. Sus problemas, que fueron superados, me ayudaron a olvidarme por un momento de los propios.Sin embargo, aun seguía pensando en el cambio drástico de Curthwulf y que tanto estaba afectando eso a nuestra relación. Antes, aunque no estábamos de acuerdo en a
Salgo intentando calmar mi enojo. Porque, aunque lo estaba pasando bien antes de que Curthwulf apareciera, verlo y que fingiera que nada ha pasado, me ha molestado, sobre todo, cuando dice que quiere hacerme feliz, cuando claramente me está lastimando.— Espera un momento, Charlotte. — dice una voz masculina y nuevamente me equivoco pensando que es Curthwulf.— ¿Qué sucede?— No te dejes arruinar el paseo. Los niños están emocionados por lo que ven. Bueno, estaban emocionados, porque creo que Lowell está teniendo una discusión mental con su padre o están en una guerra de mirada.Sabia a lo que se refería Min y de cierto modo, era molesto no saber lo que hablaban. Pero, eso no importaba ahora que sabía que Lowell se había dado cuenta de todo, justamente lo que no quería.— ¿Debería ir a buscarlos? — pregunto sin saber que hacer.— No te preocupes, ya vienen. — dice Min moviéndose a un lado para que pueda ver los dos hombres Holftmann que tienen un aura tan fuerte, que se nota que han d