Curthwulf avanzaba corriendo por las calles de la ciudad, sabía que no podía retrasar más su búsqueda o podría arrepentirse eternamente de ello. Porque no solo debía cargar con el odio de su esposa, si no que, debía cargar con la incompetencia como padre, porque fue bajo su cuidado que su hijo fue fácilmente secuestrado.
Sus patas se movían tan rápido, que parecía que lo envolviera una especie de magia en la que fuera imposible ver completamente sus patas, pero, era la velocidad con la que la movía que impedía ello.Los hombres lobos, ansiosos por el premio, avanzaban rápidamente en los autos y motocicletas, con el fin de avanzar rápido, pero, a diferencia de Curthwulf, el olor para ellos se disipaba demasiado, al punto de perderse en el camino.— ¿Lo hueles? — pregunta uno de los conductores a sus compañeros lobos, en un idioma lobo que lEl hombre que había sido enviado por el bebé, corre tan rápido como puede mientras implora que no se encuentre con un solo lobo de la manada que entre los lobos de otras manadas le han colocado los implacables.— ¿Por qué no me negué? Esta misión era una misión suicida. Lo sabía, debía solo negarme y huir. Es preferible morir en manos del señor Gustav que en manos de los implacables. — dice el hombre mientras se acerca al pequeño.Con cuidado, lo toma mientras varios granizos caen a su lado e incluso, sus brazos, pero, no su rostro. El hombre, en su versión Gabriela, toma el pequeño en brazos y es en ese momento que Curthwulf aparece.Desde su vista, ve como una mujer coloca al pequeño en el suelo y es cuando ella gira observando al gran hombre lobo negro con mirada asesina, que deja caer al pequeño en el suelo.Por fortuna, no l
Narra CharlotteTenía miedo de lo que pudiera decirme Retmus, si algo había aprendido de los hombres lobos o específicamente, de mi esposo, era que no podía con una misión importante y esta era una.En mi caso, no poder destruir a Gustav, era esperable porque era humana, pero, Curthwulf es un alfa, Seok Min, es un vampiro, Carlos es un líder de los hombres gatos y, aun así, ni estando ellos juntos pudieron derrotarlo.Eso solo mostraba algo: Gustav era una especie superior a ellos y por eso, no podían derrotarlos o ninguno de los hombres que me rodeaban, eran capaces y por eso, Gustav seguía vivo.— Ya no puedo esperar más. Cuida a los bebés, regresaré pronto. — digo a Retmus saliendo de la casa mientras me transformo en loba.El cambio es extraño. Correr en cuatro partas no es molesto, pero, si extraño para mí. Sin embargo, no me transf
Sentía que lo había soltado todo en esas pocas palabras y fue entonces cuando comprendí que esa era la solución que mi cuerpo anhelaba después de tantos momentos frustrantes me sentí estancada en una serie de sentimientos y acciones que no me dejaban sanar y pasar mi embarazo lo más calmada posible.Sabía que era el padre de mis hijos y que ese tipo de unión era para siempre, pero, era una unión que en unos años no necesitaría de mí, él podría llevar a sus hijos de paseo o a ser más lobos, sin que yo esté cerca.Podía vivir con eso, pero, no con un hombre que odiaba y sentía que no merecía mi respeto. Así que, quizás por eso, mi cuerpo sentía que dejaba ir un gran peso al renunciar a una unión destinada al fracaso.— Charlotte… — dice Curthwulf con la voz entrecortada y herido.&
Terry, es quien me lleva hasta dónde está mi bebé siendo atendido, con nerviosismo, espero que me digan algo del pequeño que colocan en una especie de incubadora, pero, el miedo me invade y avanzo hacia el lugar donde se encuentra mi hijo.— ¿Qué le pasó? ¿Por qué se encuentra en esa cosa? — pregunto preocupada a los doctores que se inclinan ante mí con mucho respeto.— Señora, el bebé estuvo afuera cuando estaba lloviendo, el sistema inmune de los bebés no es tan bueno como el de los adultos, por eso, por prevención, vamos a dejarlo en esta incubadora cálida donde revisaremos que todo está bien y le suministraremos medicina, para que no sufra alguna afectación en su cuerpo.— ¿Qué pasara sí…?— El bebé nos mostró daños en sus pulmones y en su cuerpo, solo se ven
Estaba loco. Solo una palabra podría definir lo que Curthwulf era y sin duda, era locura, porque, ¿Cómo se atreve a decirme algo así, cuando las cosas entre nosotros están tan mal? ¡le había pedido el divorcio! Entonces, ¿Qué le hace creer a él que quiero tener más hijos a su lado?— ¿Tú has perdido la cabeza acaso? — pregunto aturdida por sus palabras.Curthwulf vuelve a acariciarme, pero, esta vez, lo hace suavemente en mi espalda, lanzando una descarga eléctrica que no logro ignorar y por ello, lo empujo para apartarme de él y colocarme la camisa que él me había dado anteriormente.Él está loco, pero, mi cuerpo no muestra señales de cordura, al calentarse por el toque que él me hace. Por lo que, sabiendo que mi cuerpo no es tan inteligente como mi mente y mucho menos, tiene memoria, me alejo todo lo que puedo
Camino hasta la habitación donde se encuentra Zaid, el pequeño, observa a los bebés con ternura e incluso, los cubre o palmea levemente cuando uno de ellos comienza a moverse. También, está a su lado, Lowell, quien no habla, pero, se ve emocionado por ver a los bebés ya aquí con nosotros.Aclaro mi garganta para llamar su atención y cierro la puerta sabiendo que será una conversación privada lo que ellos desean tener conmigo. Sus ojos me dicen que posiblemente, sea la más seria que han tenido hasta ahora.— Mamá… — dice Lowell y yo sonrío.— Hola, mis amores. — digo y ellos suavizan su mirada.Los dos se lanzan a mis brazos y sus cuerpos, vibran mientras se esfuerzan en no emitir algún sonido que delatara que estaban llorando, seguramente, para no despertar a los bebés. La niñera y enfermera, me observa y yo le hablo menta
Los niños quedan más tranquilos con el asunto de la culpa, aunque no sé si realmente han dejado ir la forma tan inmadura con la que afronté la noticia de la muerte de mi hija, contra ellos.‘A partir de ahora, piensa bien en lo que vas a decir, porque las palabras edifican o destruyen, Charlotte. Y tú no puedes destruir a tus hijos’ me digo mentalmente.Después de hablar con ellos, vuelvo a amamantar a los pequeños que rápidamente se duermen y ello, hace que piense en todo. No estar herida y tener unos pequeños que, aunque han sido conectados a maquinas respiratorias, para regular su respiración, están bien, hace que tenga tiempo para mí.Ya no hay muerte cerca de mí, porque ya he muerto y aunque volví de una forma que pensé que jamás lo haría, ahora debía enfrentar las cosas de manera adecuada, mientras me adapto a la nueva y
Narrador omnipresenteLa angustia invade por completo a Curthwulf, mientras los doctores corren asustados, mientras piensan en lo que puede estar causando dicho daño. Preocupados por no haber hecho algo, se llevan a la mujer que deja de estar consciente apenas salen de la habitación.Y aunque Curthwulf quiere correr detrás de su esposa, el llanto de uno de los bebés comienza a escucharse y eso, despierta a los demás, causando una música que angustia más al hombre que parece estar a punto de perder la razón.— ¡¿Qué ha pasado?! — grita Terry angustiado, mientras hiperventila.— Ella… ha comenzado a sangrar por donde… ya sabes. — dice Curthwulf.— ¡¿Tuviste sexo con ella?! — pregunta Terry en un grito que hace que Curthwulf se sorprenda más.— ¡¿Qué?! ¡No! — dice Curthwulf a