El miedo de que sea alguien de la gente de Gustav, me asusta y por ello, miro a todos lados buscando a Curthwulf, ya que, él puede diferenciar con su esencia o lo que sea, si es o no alguien de la manada.
‘Eso es lo malo de que nos enfrentemos a un cambia formas, no sabemos en qué presentación vendrá a nosotros’ — ¡Abran la puerta, por favor, soy yo! — grita Terry por encima del ruido de los disparosAunque se ha identificado, Retmus no abre la puerta hasta que, como un perro, olfatea esta seguramente, intentando confirmar lo que él había informado.— Dense prisa, esto está muy feo aquí. — dice Terry.— Ábrele, por favor. Si ya sabes que es él, ábrele. — digo y Retmus después de varios segundos analizando, abre la puerta.De inmediato, veo como todos los que están en la puerta, entran, mientras balas viajNarrador omnipresenteLos disparos se escuchaban sin cesar, ninguno de los dos hombres que se enfrentaban, tenían intención de retroceder y la muerte, no los asustaba. Querían destruir a su contrincante de una vez por todas.— Señor, ¿considera que deberíamos buscar explosivos de largo alcance? — pregunta uno de los betas al lado de Curthwulf.— Sería bueno que hubiera muchos francotiradores, entre más lejos matemos a esos desgraciados, mucho mejor. — dice Curthwulf y de inmediato, su mirada se dirige a las personas que han comenzado a disparar a la casa de Retmus.— Señor…— ¿Cómo es posible que sepan dónde está mi esposa? — pregunta Curthwulf maldiciendo de que haya un infiltrado.— No es la única casa en la que están disparando. — anuncia uno de los betas.Todos dirigen
El grito angustió a Curthwulf que dirigió su mirada hacia el lugar donde sabía que estaba su esposa. Eso, hizo que Gustav aprovechara el momento y con violencia, lanzara su garra contra Curthwulf.— ¡No! — gritó uno de sus compañeros de batalla y subordinado que se interpone, recibiendo el ataque violento de Gustav, que abre su rostro y pecho en tres profundas líneas que muestran una profundidad demasiado grande.— ¡Maldita sea! — grita Gustav y de inmediato, Curthwulf lanza un golpe en el pecho de Gustav que lo lanza a varios metros en el aire.El golpe, hace de la boca de Gustav salga sangre y cuando cae al piso, lo hace de una manera tan desastrosa, que, sin duda, le rompió varias costillas que lo hacen emitir un sonido gutural de lo más profundo de su garganta.Pero, Curthwulf no pensó en que sería el momento perfecto para acabar con él, si n
Todos los lobos betas se reúnen para poder responder al ataque de Gustav, prometiéndose entre sí en ser el mejor equipo de su alfa, que es capaz de destruir a un hombre cambia formas como Gustav.Sabían que no era un contrincante fácil, pero, también comprendía que no podían ignorarlo o huir cuando su propia familia estaba en peligro, con solo estar este presente. Por lo que, se formaron de una forma cerrada y firme, para impedir que este avanzara más.— ¿De verdad creen que unos tontos lobos betas, podrá conmigo? — pregunta Gustav en el suelo, abrazando sus costillas rotas.— Eso te lo vamos a comprobar, si es que puedes moverte después de ese golpe de nuestro alfa. — dice uno de los betas en tono firme.Gustav con dificultad, se levanta y de inmediato, los cinco betas corren hacia el hombre listo para asesinarlo. Gustav, como puede, responde a cada golpe
La situación no es buena en ninguno de los aspectos y por eso, se escuchan fuertes explosiones que los betas lanzan para alejar al equipo de Gustav. Ambos grupos, tienen perdidas y muchos heridos, pero, es el equipo de Gustav, quien más pierde personas con cada contraataque.Sin embargo, no han podido deshacerse de Gustav, ya que él usa todo tipo de trucos para escabullirse entre el caos y evitar que sea nuevamente herido. Sin embargo, su energía se agota y el dolor del golpe de Curthwulf, le impide moverse tan rápido.Por ello, corre hacia su ejército, unos humanos que habían tenido la mala suerte de estar cerca de donde se escondía Gustav, por lo que, al este quedar sin gente, los transformó y esperó que pudieran luchar como ahora. Pero, el entrenamiento fugaz, no era suficiente para los lobos entrenados para este tipo de situaciones.— Necesito que me ayuden. Ellos… van a matar
Todos respiraron profundo y la ayudaron a acostarse, mientras la herida abierta, mostraba como la sangre fluía hacia afuera. Sabía que no había tiempo que perder y por es, mientras la anestesia comenzaba a hacer su efecto, procedieron a limpiarla para la cirugía.Por otra parte, los pediatras, obstetras y ginecólogos, comenzaron a acercarse en su versión lobos y aunque veían una guerra en medio del lugar, no retrocedieron sabiendo que se dirigían a un problema que necesitaban mucho su intervención.Por lo que, se acercaron rápidamente al lugar y los lobos de la manada, al ver de quienes se trataba, como hicieron con Charlotte y los niños, comenzaron a ser su escudo mientras respondían a los ataques del enemigo.Rápidamente, tocaron a la puerta y fue Retmus quien abrió cuando Curthwulf le dio el permiso no verbal confirmando que eran los doctores de la manada. Estos,
Zaid, se aleja un poco de su madre y sigue llorando, sintiendo que es un sueño verla viva, y aunque sé veía bastante demacrada, lo que le importaba, era verla viva. Pensar que ella, seria parte de la familia que había tenido con su madre Charlotte.Sin embargo, Gabriela se sentía incómoda. Su cuerpo aceptaba al pequeño, pero, a la vez, lo rechazaba. Era extraño e incómodo, porque no sabía que era lo que sucedía en sí.— ¿Cómo pudiste escaparte de Gustav? — pregunta Curthwulf sorprendido.— Me trajo aquí y estaba tan entretenido en liderar un ejército, que me dejó sola después de golpearme. Normalmente, tardo una semana en moverme por ello, pero, al quedar sola, sabía que esta era la única oportunidad que podía tener.>> Casi inmóvil, escuché su plan de atacarlos en el p
El llanto alivió a Curthwulf, Zaid y Lowell que saltaban emocionados al escuchar el llanto de cuatro bebés que se habían esforzado en volver a la vida. Sin embargo, los signos vitales de los bebés, no mostraban alguna mejoría.— Has vuelto. Han vuelto todos. — dice Terry en un susurro agotado.— Mis hijos, ¿Dónde están? — pregunta Charlotte en un hilo de voz.— Traigan a los bebés. — dice Terry.— Pero, señor, ellos están…— ¿No lo viste? Tienen una conexión con su madre que nadie aquí puede entenderlo, déjenlos sobre su pecho, dejen que los vea y piensen en algo que haga la vida de los bebés más fáciles sin que su madre este cerca. — ordena Terry mientras toma al primer bebé y lo acerca a Charlotte.Tres doctores más, toman a los bebés que no dejan de llorar y apretar sus pies y manos, mientras su cuerpo comienza a llenarse de pelo.— Debes decirles algo, parece que están molestos. — dice Terry y Charlotte deja caer varias lágrimas al ver cuatro niños que
Los tres se acercan a la mujer que yace tan calmada que pareciera que morir, fuera lo mejor para ella. Ya no iba a sufrir por el dolor, pero, ahora los que agonizaban por el dolor eran los que la veían, porque incluso Terry sufría por lo que estaba viendo. Por no poder salvarla como quería.Lowell, fue el primero que se acercó y tomó las manos de la mujer que tanto había querido, deseaba llorar, correr lejos como lo había hecho en la muerte de su madre, pero, sabía que algo así no le gustaría a Charlotte y por eso, se mantuvo fuerte.— Mamá, nosotros vamos a cuidar mucho a los bebés, aunque sé que no los cuidaremos tan bien como tú lo harías. — susurra Lowell y de inmediato, todos comienzan a llorar.Por otra parte, los médicos dejan los cuatro niños en una habitación donde varios se marchan para traer todo lo que necesitan, p