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La Luna del Alfa
La Luna del Alfa
Por: Blanca Rios
CAPÍTULO 1 –La chica nueva

Ayer, fue mi cumpleaños 18 y nuevamente no pude encontrar a mi compañera de vida, no me molesta en lo absoluto, pero, la idea de que estaré esperando años, o que haya muerto no haya nacido, es algo que no me agrada mucho, y si eso llega a pasar, prefiero tomar a la primera chica que se me cruce por el frente.

Pero conozco a mi padre y no va querer esa última opción, pero, ha puso mucho tiempo y comienzo a perder la esperanza de encontrar a mi chica en este pequeño pueblo

—¡Asher!...

—Mmm.... —murmuro distraído 

—¡Asher, por dios préstame un poco de atencion!. 

ruedo los ojos y vuelvo mi vista hacia a ella.

—Si, tía Zefora. ¿Necesitas algo? —definitivamente ella no es para nada algo interesante.

—Que le digas a tu padre que me iré de vacaciones con mis hijos a Italia.

—¿De vacaciones a Italia? —indago—Tía,… a quien engañas, te vas a mudar a Italia con el tío Ethan.

—Ash,… de acuerdo a ti no te puedo engañar —rueda sus ojos y presiona mis mejillas. —¿Cómo puedes ser tan listo y apuesto al mismo tiempo? Porque tu padre no es así

—Ja,ja, graciosa.

Desde hace un tiempo, la tía Zefora estaba planeando en mudarse con el tío Ethan y con Alicia, según ella, había vivido mucho tiempo como un parasito con nosotros y como el tío la amaba de la misma forma que papa, le ofreció una casa para ella sola y que mis primos estudiarían en donde ellos quisieran, ya se imaginaran su emoción cuando se lo dijo, prácticamente salto con un sí de inmediato.

Papa planeaba hacerlo también, pero se mantiene más ocupado que antes. Preocupado le pregunté si sentía incomoda con nosotros, pero ella de inmediato respondió que no.

—Asher… si tu supieras el tiempo que tuve que esperar para que al fin mi hermano Ethan, volviera a nosotros, entenderías, el porqué, quiero irme a vivir con él. Mi familia ha convivido con la tuya desde hace años y ahora es tiempo de que pasemos tiempo con la persona que creí jamás recuperar.

—Mucha suerte tía Zefora, cuando papá regrese de su viaje, le diré lo que me has dicho. —la abrazo y tomo mi mochila para irme a la preparatoria. —Me saludas a mi tío y a Aliss.

—Ok.

La emoción en ella era evidente en su rostro y claro que de mis primos también, nuevos aires no eran tan malos después de todo.

Hoy comienzo un año nuevo, pero desafortunadamente entro repitiendo el bachillerato ya que después de lo ocurrido, mis padres por ordenes del consejo me dijeron que debía dejar mis estudios para ser evaluado ya que, según ellos, se estaban asegurando de que no fuera un peligro para la sociedad y eso tomó 3 meses, meses, que perdí gracias a los cazadores que ahora aborrezco por eso, al final, reprobé todos los exámenes y si no fuera por eso, ahora mismo, estaría entrando por las puertas de la universidad.

—Ten un lindo día cariño.

Al ver a mama le doy una sonrisa de boca cerrada. Me marcho en el auto que le perteneció a papá. No esperaba ver caras nuevas este año ya que las conocía perfectamente.

—No puede ser.. es él…

—¡Que emoción!...

—A mi no me importa tenerlo otro año mas con nosotros, es más, me muero por ser su compañera de clases.

Los murmullos sobre mi no se tardan ni tres segundos en llegar a mis oídos, las chicas felices de que haya reprobado y algunos hipócritas burlándose de mi porque me encontraba de nuevo repitiendo el último año de bachillerato.

—¡Hey!... —Sebastián llega a mí por la espalda —Así que los rumores sobre ti eran ciertos. No puedo creerlo amigo, ¿Cómo pudiste reprobar si eras el mejor?

—Larga historia.

—Oye, pero no te desanimes dicen que hay dos nuevos estudiantes y que uno de ellos es tan bueno que al igual que tú, se adelantó un año.

—Intercambios de estudiantes. —murmuro al caminar.

—Si. Ojala sean un par de chicas hermosas, así podremos estar con ellas, claro, mientras dure el año.

—No seria mala idea…

De pronto alguien terminó tropezando con mi amigo Sebastián. —Y-Yo… Perdón. —Una chica gordita cayó sobre él.

—¡Quítate de encima Gorda!

Ella se asustó por el tono de voz de mi amigo y al querer levantarse tropezó de nuevo y esta vez cayó sobre mi, pero me sostuve con firmeza. Al voltear sus ojos en lagrimados me dictan que Sebastián fue cruel con ella al llamarla de esa forma.

—Perdón... yo no quise…

Cuando me vio, sus mejillas se ruborizaron por completo. sentí nostalgia al verla, me senti mal porque ni siquiera podía articular alguna palabra

—Es tan grande la ballena, que el océano no le ajusta para nadar —gruñó

—Sebastián... 

Todos los que estaban a nuestro alrededor comenzaron a reírse y ella lo primero que hizo fue bajar su cabeza y salir corriendo, pero de nuevo se tropezó y cayó tendida en el suelo haciendo que todos subieran de volumen sus risas.

—Oye espera... 

Quería detenerla pero Sebastián me golpea sutilmente cambiando el tema 《Supongo que querrá su espacio》.

Iba a darme la vuelta para ir a clases, pero vi que se le había caído algo, una postal de Ditroy que tenia un nombre.

“Estrella”

Ladeo una sonrisa al detallar su nombre.

—Supongo que le hace honores a esa sonrisa que no vi por mucho tiempo.

<ESTRELLA>

Estaba tan emocionada por haber sido elegida para ser una estudiante de intercambio que aun no me la podía creer, cuando mi padre lo supo no podía creer, él y mamá y estaba muy feliz por mi gran logro. Nosotros somos una familia de bajo recursos y no podíamos pagar los gastos de una preparatoria privada como lo es de este pueblo.

Mi familia estaba tan feliz que me desearon mucha suerte y que esperaban que la familia que me recibiera me dieran un buen trato y por supuesto que no les diera problemas yo a ellos, pero eso jamás lo haría porque esa pareja de ancianos fueron muy amables al recibirme en su casa, aunque su apellido es algo peculiar, Archer.

—Espero te vaya bien en la preparatoria.

—También lo espero señora —dije con emoción. —oh, yo le ayudo.

Tomé el sartén que tenia huevos revueltos y los serví por ella —Gracias cariño, pero aun no soy tan vieja.

—Solo quiero ayudarle, después de todo me recibieron en su hogar.

—Es bueno tener la compañía de niños.

—Buenos días señor Archer. —saludo de inmediato, al sentarse le sirvo un poco de café

—Vaya, —el tono de sorpresa en su voz de asusta.

—Hice algo malo. Perdóneme yo…

—No, no, —se ríe por mi nerviosismo —Solo que ninguna de mis hijas fue tan atenta como tú.

Fue un alivio oír eso, creí que había cometido un error en mi primer día aquí. Veo la hora y al ver que ya estaba por pasar el autobús me levanté pero el señor Archer me dijo que el me llevaría ya que ahora yo era su responsabilidad.

—No señor. Puedo irme sola, no quiero molestarlo…

—Deja las modestias, ahora eres como nuestra hija y te vamos a cuidar como una ya que no sabes si hay lobos al acecho.

—Ah, criminales. —dije con alivio porque creí que se refería a lobos reales. Ladea una sonrisa. —Vamos, Estrella.

Íbamos de salida cuando vi un auto estacionarse afuera, un auto lujoso y la persona que salió de ella me dejó impactada porque era una mujer sumamente hermosa. Transmitía tanta elegancia que me sentía una hormiga diminuta cuando la tenía frente a mí.

—Tú debes la chica de intercambio. —incluso su voz era hermosa.

—S-Si…

La señora recibió a su hija con los brazos abiertos, tal y como lo hizo conmigo, de pronto el claxon comenzó a sonar sin parar y la mujer suspira y me advierte que si no me apresuro vendrá por mi para que me apresure así que corrí hacia la camioneta del señor.

—Impresionada por conocer a mi hija. —murmura el señor cuando estábamos por llegar

—Mucho, es muy bella —si ella era asi, significa que su esposo deber ser muy apuesto como ella. —Supongo que no tiene hijos y va mucho al gimnasio para tener esa figura.

—¿Gimnasio? —se carcajea. —Si, claro. Bueno, llegamos. —al bajarme sonrío emocionada, esperando que todo me salga bien. —Vendré por ti a la salida

—Señor… no se preocupe, puedo tomar el autobús. Le prometo que seré cuidadosa.

—No, yo vendré por ti.

Se marcha sin dejarme refutar. Comencé a caminar y al entrar vi que todos me veían como si fuera un payaso entonces al darme cuenta que era por la proporción de mi cuerpo aceleré mi paso y de pronto, ya me encontraba en el suelo, encima de un chico.

—¡Quítate de encima Gorda!

De inmediato lo hice.

—Perdón... yo no quise…

Retrocedí para alejarme de él, estaba tan asustada que quería llorar y mas porque es la primera vez que un chico me llama gorda, siempre pasé desapercibida en la preparatoria donde estudiaba antes, ahora me doy cuenta que aquí todo es diferente y nuevo.

Pero al voltear mis pies se enredan de nuevo y esta vez tenía frente a mí, al hijo de un dios con una mirada que me cortó la respiración. Cuando lo vi directamente a los ojos, mis mejillas se calentaron demasiado estaba segura que se ruborizaron por completo y se dio cuenta de ello.

—Es tan grande la ballena que el océano no le ajusta para nadar. —gruñó

—Sebastián...

Risas, las risas de todos lo que estaban a nuestro alrededor me hicieron ver que estaba fuera de lugar por culpa de mi cuerpo, me aleje de el haciendo que me soltara y con la cabeza gacha salí corriendo solo para terminar de nuevo en el suelo por volver enredarme con mis propios pies. Tanta humillación que no pude soportar me hizo refugiarme en el baño ya que jamás me imaginé que todo esto seria de esta forma, que los chicos de aquí, serían tan crueles.

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