Inicio / Fantasía / La Luna del Alfa / CAPÍTULO 4 –Celos accidentales
CAPÍTULO 4 –Celos accidentales

Estaba tan deprimente observando mientras pienso en lo que me dijo aquel chico, veía la comida en la vitrina pero por pensar en lo que dijo él no podía concentrarme en elegir que almorzar.

—Deberías apresurarte antes de que los demás quieran lincharte por no apresurarte.

—¡Ay por dios!. —asustada pongo mi mano en mi pecho porque ni siquiera sabía que el mismo chico de la mañana estaba detrás de mi. —¿Me quieres matar de un susto?.

—Eso indica que eres muy distraída. Soy Daniel por cierto.

Pedi mi comida al ver que tenia razón, había una enorme fila detrás de mí esperando a que pidiera mi comida y que si me tardaba un poco más, me lincharian. Todas las mesas estaban ocupadas y al encontrar un asiento con otros chicos lo tomé pero ellos se levantaron y me dejaron sola. Fue decepcionante pero debía soportarlo.

—Sería genial si al menos no me dejaras atrás. —no podía creer que me estuviera siguiendo. —¿Por qué me ves así?. —dijo con la boca llena.

—¿Qué quieres? Ya todos fueron claros que si no eres como la otra chica nueva, no eres aceptado.

—Oye, no me incluyas con los demás. A mi si me pareces buena onda.

—¿Buena onda?.

—Agradable pues. —aclara mientras termina su almuerzo. No podía confiarme, su chaqueta indicaba que era del equipo y de la escuela, y si esta siguiendo puede que sea para hacerme una burla o algo que me perjudique. —Estrella, eres bonita pero de verdad, no debes fijarte en Asher.

—Yo no estoy fijándome en él.

—Si claro. —dijo sarcástico —Por eso estas volteando a verlo a cada segundo. —Oye, hay tanto human… digo, chicos aquí para que pongas tus ojos en él.

—Ya, ok. —dije cansada de oírlo repetir lo mismo. Lo observo curiosa, el tampoco estaba tan mal, digo, es lindo pero no tanto como Asher que es perfecto.

 —¿Enserio?. —dijo el al ver que suspiro.

—¿Qué?

Rueda sus ojos y cuando iba a decirl algo Asher estaba detrás de nosotros, lo podía sentir por ese aroma en particular que desprendía de él.

—Daniel, debemos practicar para el partido del sábado.

—Nos vemos después Estrella. —Daniel se levanta y se marcha.

Me observa y de nuevo ladea una sonrisa que me hizo sonreír como tonta, levanto mi mano y la agito mientras me despido a ambos por no decir de él. Pero cuando mis ojos recaen en Daniel el hace unos gestos de “deja de ser tan obvia” que me hicieron hacer una mueca de molestia.

Faltaba una clase pero la directora llegó al salón informando que el profesor no había llegado por razones de salud así que entusiasmada fui al campo para verlo pero entrenar, al llegar me di cuenta que no era la única observando el entrenamiento, muchas chicas gritaban por el capitán Asher.

El se movía con tanta rapidez, era tan hábil que me encontraba tan fascinada viéndolo solo a él, se que era un entrenamiento pero odiaba a los otros que le decían que no estaba bien lo que él hacía cuando era perfecto.

—¡Si! —grité bajito cuando logro terminar, en verdad que es fuerte y el estaba feliz y eso me hacía feliz a mi. Bajé las gradas para verlo más de cerca y que notara mi presencia —Ash….

Las últimas letras se me quedan atascadas en la garganta cuando una chica fue corriendo hacia a él enrollando sus piernas largas en su cintura mientras profundiza un beso que ellos disfrutaban pero a mi me dolió en lo más profundo de mi alma como alfileres que aparecían mágicamente dentro de mí corazón.

《Daniel tenía razón》.

Sujeté mi mochila y busqué la salida para irme caminando a casa, ir a verlo fue la peor decisión que pude haber tomado, pero me lo busqué por tontan e ilusa, Daniel me lo dijo, tiene novia y enamorarme me lastimaría pero por el beso casto que me dio pensé que él..

—Soy una tonta.

Iba caminando sin dejar de llorar, era tanto mi descuido por el dolor de recordar ese beso de asher con esa chica que no me percaté de que me había salido del camino y que había entrado a las profundidades del bosque.

—¡No puede ser!..

Asustada comienzo a dar vueltas mientras intento adivinar el camino por donde había venido pero lo encontraba.

—¡Estoy perdida!... —chillo asustada. —¡No puede serrrr!...

Sigo caminando siguiendo un camino de tierra pero me detengo al ver que mientras más camino derecho más me aderentro al bosque. Lo que me estaba preocupando es que estaba oscureciendo y el bosque comenzaba a verse tenebroso

Nerviosa busco el celular que me regaló en la mañana la señora Archer. —¡No, M****a!. —olvidé configurarlo y todo por ir a verlo a entrenar.

Comienzo a configurar el celular pero mis dedos estaban tiesos del frío que se sentía gracias al aire torrencial que recorre el bosque y que me hacia escuchar susurros. 《Calmate Estrella, solo es un bosque》

Pero el pensar que habían animales carnívoros en el bosque me hacía temer por mi vida así que me apresuré a terminar y cuando al fin lo logré, sonrío mientras mis torpes dedos intentan recordar el número de la casa de los Archer.

Al tenerlo en mente comienzo a marcar en la pantalla táctil pero al escuchar un gruñido frente a mí, el corazón se me detuvo, no quería levantar mi cabeza para ver que era pero mi instinto me obligó a hacerlo solo para ver a un lobo.

—¿Qué mierdas?...

《¿Qué demonios es eso?》…

El celular se me cae de las manos al ver a semejante animal frente a mí, jamás había visto a un lobo de ese tamaño. Gruñe tan alto que mis pies se enredan y caigo sentada sobre el frío suelo sin quitarle los ojos de encima al animal que me había elegido como su comida.

—¡¡¡Ahhhh!!!...

Salí corriendo sin mirar atrás, y sin importar el cansancio el miedo me impulsó a correr con todas mis fuerzas si quería salir con vida y no convertirme en la siguiente noticia de ataques de animales en el bosque. En mi intento por huir resbalo por las hojas del suelo y el lobo estaba frente a mí.

Mis labios tiemblan mientras observo como se lame antes de devorarme, levantó mis brazos y cierro mis ojos al ver que salto para matarme hasta que un chillido me hizo abrir los ojos de nuevo para saber que pasa.

—¡Ahh!. —retrocedo al ver que había otro lobo, uno negro frente a mí.

—¡Estrella!.

—¡Daniel!.

Daniel corre y me ayuda a levantarme del suelo, a los pocos segundos aparece el señor Archer con un arco y flechas.

—¿Estas bien? ¿Porqué no respondiste el celular? —dijo angustiado y me abraza. —Llevatela al auto.

—¡No, el lobo!..

Al ver al frente mis manos tiemblan al ver que no había ni un lobo.

—¿Qué?...

 El señor se da cuenta que no tengo mi celular y suspira aliviado de que esté a salvo.

—Está en shock. Llevatela. Me aseguraré de buscar cu celular.

Asustada sin dejar de temblar no dejo de ver a todos lados mientras me aseguró de que no haya más lobos de ese tamaño, mi corazón no deja de latir como loco porque estuve a punto de morir por un maldito perro gigante.

—¡Estrella cariño!.

La señora me abraza al verme entrar a la casa, ella estaba tan asustada que no dejaba de revisarme todo el cuerpo asegurándose de que estuviera bien.

—¿Qué pasó?.. te llamamos y..

—Se perdió en el bosque, probablemente se vino caminando y se metió al bosque por distraída.

—Un… lobo.. gigante m-me.. atacó. —murmuro mientras mi mente lo recuerda.

Ella ve a Daniel y este me mira a mi con una expresión extraña. —Cariño, ¿lobos? No te habrás..

—¡Yo estoy segura de lo que vi!. —grité alterada —Era un lobo de al menos 1 metro de altura.

—Ya no tiene caso ocultarselo, lo vio y si va vivir aquí un año, es mejor que lo sepa.

—¿Qué?.... —dije al pensar que esos lobos eran brujos o algo así —¿Qué esta pasando señora Archer?.

—Cariño.. es algo…

—Encontré el celular.. de la chica.

Al ver a Asher entrar a la casa con mi celular en la mano lo tomé de sus manos nerviosa ya que esto aun me tenía con los nerviosa de punta. 《¿Qué esta haciendo aquí?》.

—¿Cómo te encuentras?.

—Bueno, acabo de ver a un perro gigante que quiso comerme y luego apareció otro más grande que se desvanecieron en mis narices, ¿tu como crees que estoy?. A todo esto, ¿Qué hace él aquí?. Se supone que estabas muy ocupado con una estúpida babeandote a besos.

—¿Perdón?. —eleva una ceja así que me cerré mi boca al darme cuenta que había dicho cosas que no debí decir. —¿A-Alguien me va decir porque habían dos perros gigantes afuera en el bosque?.

Cambié el tema rápidamente porque el estaba viéndome de una forma que me hacía sentirme pequeña, tan diminuta como un grano de arroz. Fue un enorme error del cual me arrepiento haber dicho porque ahora me mira como si dijera con solo verme que luego hablaríamos de lo que dije.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo