Lo que más odiaba era cuando estaba intentándole salvar la vida salvando a alguien y otros que no tenían ni idea no cerraban la sucia boca y solo se limitaban a proferir palabrotas. Lo cual no ayudaba nada. El hombre solo quería replicar, pero cuando vio la mirada fría de Miguel, todo su cuerpo tem
El paciente sonrió incómodo después de escuchar esto. Se levantó lentamente y dijo: —Hoy todo fue gracias a que el señor Rodríguez intervino. Pero ahora tengo muchos pendientes por arreglar, así que me retiraré. En el futuro, cuando ustedes dos visiten mi lugar, todos los gastos serán por mi cuenta
Sandra a un lado estaba completamente asombrada. Su abuelo siempre consideraba esa planta como un tesoro, y ahora la estaba regalando sin cargo a Miguel. ¿Su abuelo estaba tan interesado en ese muchacho? Pero no se atrevió a decir mucho, rápidamente se volvió para obtener la medicina para Miguel. M
Después de muchos años sin verse, ambos estaban gratamente sorprendidos. Ana rápidamente le preguntó: —¿Qué estás haciendo aquí?Rosendo sonrió mientras explicaba: —Mi jefe ha contraído un resfriado, así que vino al Hospital de Riomar para recibir tratamiento. Vine a echar un vistazo.—¿Tu jefe? ¿Q
Alicia Salamanca, ahora la líder del conglomerado comercial de la familia Salamanca, la misma que colaboró anteriormente con los Álvarez —explicó Rosendo. Al escuchar estas palabras, Pedro entendió de inmediato, y sonriendo dijo: —No te preocupes por este asunto, alguien ya lo ha resuelto. No pasa
En ese momento, Alicia se encontraba sentada en silencio en la cama del hospital. Su teléfono estaba a un lado. De repente, la pantalla se iluminó, mostrando la llamada de Miguel. Ella ya conocía de memoria ese número.Sin dudar un instante, Alicia rechazo de inmediato la llamada. Se sentía como una
Después de salir del hotel Paraíso, Miguel planeaba encontrar un restaurante para comer algo rápido. Siguiendo la calle hacia el este, entró en un restaurante chino. El lugar tenía un buen ambiente y no estaba muy concurrido, justo lo que necesitaba. Ordenó algunos platos y empezó a disfrutar de la
Miguel lo miró con desprecio: —¿Quién se cree usted para mandarme? Ana estaba también se mostró extremadamente arrogante: —Muchacho, no pienses que por convertirte en el gigolo de la señorita Álvarez, puedes comportarte de manera tan arrogante. Rosendo trabaja junto a ellos, tienes también que ser