Miguel miró el pobre de Patricio.Aunque lo aceptara, no lo aceptaría la familia Salamanca.El matrimonio no era asunto de dos personas, sino de dos familias.—Los lazos que tengo con los Salamanca ya no existen, abuelo.Al terminar las frases, se fue Miguel sin darse la vuelta.Patricios se tambale
—No soy uno de ellos, ¿por qué me envidian? —sonrió Miguel.—Aunque no lo es, Mía está comprometida, ¿puede usted asegurar que a su prometido no le importa?Lucía suspiró y dijo:—El prometido de Mía es el señorito de la familia Sánchez de la capital. Este hombre es malicioso. Todos los hombres que
Miguel subió al coche con las manos metidas en los bolsillos.En el asiento del conductor, Mía no dejó de mirarlo.—Señor Rodríguez, ¿quién es Juan?—Es el hermano de mi exmujer —dijo sin reservas.—Ya veo. Y por eso, Alicia Salamanca es su exmujer.Miguel asintió.—Parece que no se llevaba muy bien
—Hermosa, me subestimas demasiado.Las palabras de Mía le irritaron.¿Cómo podían ser comparados un señorito de la familia Ramos y un pringado?—Es verdad que no mereces respeto.Francisco crispó las comisuras y se le abultaron las venas en las manos.—Hermosa, te digo la verdad. Hasta ahora, este t
Arropada por la multitud, Alicia llegó a la primera fila.Sin embargo, una persona que no encajaba tanto en esta gala apareció.—Miguel Rodríguez, ¿quién te permite sentarte aquí? ¡Vete! —gritó Francisco.Esta mesa era la mesa principal de la familia Álvarez, y solo Alicia era suficientemente cualif
Mía salió caminando de entre la multitud. Alicia inspiró profundamente. La actitud de las personas que la rodeaban demostró que era una persona muy poderosa dentro de la familia Álvarez.A Alicia no le gustaba nada Mía, de hecho, la despreciaba, pero ahora se sentía un poco avergonzada de sí misma,
Después de todo, las lecciones de errores pasados estaban ante ellos. Relacionándolo con lo que Mía le dijo antes de entrar al salón, puede que de verdad no tenga ninguna oportunidad de participar en el proyecto de la Ciudad Oeste. Al pensar esto, Alicia se mareó de repente.—No te preocupes, ese in
Tras pensarlo largo y tendido, Miguel inspiró profundamente y dijo:—Arruinar la situación económica de alguien es como matar a tus propios padres. Dado que ya habías pensado en trabajar con el Conglomerado Salamanca, no voy a meterme en eso.—Ya veo que no quieres empeorar las cosas —Mía esbozó una