4. Alhena

Narra Esmeray:

Todo está empacado y listo para mi partida al reino de Alhena, anoche le conté todo a mi hermano y dijo que me visitaría lo mas seguido que pudiera, pasamos una noche de fiesta increíble.

— Llámanos en cuanto llegues y por favor pórtate a la altura de tu título, recuerda que también vas representando a nuestro reino— me recuerda mi padre.

— Así lo haré padre, no te preocupes— por suerte Ailana me acompañará y no estaré sola con doncellas desconocidas.

— Cuídate mucho cariño, recuerda llamarnos cuando no estes ocupada para contarnos todo, te amamos mucho mi niña— mi madre me estrecha en sus brazos, yo hago lo mismo, miro a mi hermano cuando me separo de mi madre.

— No dejes que nadie te diga lo que tienes que hacer, eres una princesa que nació para liderar no una seguidora ni mucho menos una sirviente, recuerda tu entrenamiento, que siempre te apoyaré pase lo que tenga que pasar y que debes respetar para que te respeten— me dice antes de abrazarme, normalmente nosotros no nos abrazamos pero hay excepciones como esta.

Ailana también se está despidiendo de sus padres, los reyes de Alhena están terminando de subir su equipaje a las camionetas blindadas, yo iría en la camioneta con el príncipe y mi doncella por que no podía estar a solas con él dentro de un coche o una habitación.

— Los extrañaré— estuve a punto de llorar pero mi papá apretó mis manos en un gesto cariñoso.

— Y nosotros a ti, demuestra la fortaleza y belleza de tu alma, que Elora te cuide y proteja mi niña— asiento, él príncipe me toma de la mano para ayudarme a subir a la camioneta en un gesto caballeroso que le agradezco con la mirada ya que la camioneta esta mas alta de lo normal.

— ¿Ailana traes algún dulce o algo?— le pregunto una vez se sienta frente a mi, iremos a la pista privada para la realeza y de ahí tomaremos un avión para Alhena.

— Te dije que desayunaras aun que sea algo ligero— me regaña mientras rebusca en su bolso.

— Toma, yo no me lo comeré así que puedes comértelo— él príncipe me tiende una galleta grande de chispas de chocolate, la tomo con un leve rubor en mis mejillas.

— Muchas gracias príncipe Teivel— él me sonríe.

— No hay de que y creo que en vista de las circunstancias deberíamos tutearnos al menos cuando estemos solos— Ailana tose falsamente, los presentaron en el desayuno al cual no quise asistir por que me sentía algo mal — Bueno casi, discúlpeme doncella Ailana— ríe el príncipe disculpándose con mi doncella.

— No es nada príncipe Teivel solo no ignore demasiado mi presencia— pateo levemente el pie de Ailana por su falta de educación y cortesía.

— Ailana creo que será mejor que permanezcas callada— la reprendo, no podemos buscarnos problemas.

— No te preocupes Esmeray, tu doncella y yo estuvimos platicando durante el desayuno y nos llevamos bastante bien así que no me molesta que me trate así— pongo un cabello rebelde detrás de mi oreja.

— Esta bien Teivel pero si mi doncella es demasiado grosera por favor no dudes en decírmelo— él sonrío y aun que demostré absoluta calma ante ese simple gesto por dentro grite como loca.

— Créeme que no lo dudaré— nos conocimos un poco más informalmente, a Ailana se le escapó decirle sobre la fiesta de ayer y yo la mire un poquito molesta, se supone que era un secreto, ya que no queremos que piense que soy una fiestera sin remedio.

— Wow me hubiera encantado ser invitado— me miro haciendo que me avergonzara.

— Discúlpame Teivel pensé que tal vez estarías cansado y que no te gustaría salir con nosotros a un bar de gente común ya que a nosotros no nos gusta ir a bares o antros de la élite a menos de que sea muy necesario—

— Esta bien no te preocupes simplemente para la próxima invítame o si quieres salir de fiesta en mi reino puedes hacerlo y yo con gusto te acompañaré— sonreí, al llegar al aeropuerto nos bajamos de la camioneta, nuestras cosas las subieron los soldados.

— ¿Me prestan un rato a la princesa Esmeray? necesito hablar con ella de algunas cosas— habla la reina y yo sin que nadie diga nada camino hasta donde ella esta, hago una leve reverencia la cual ella responde del mismo modo.

— Dígame su majestad— habló amablemente.

— Hay algo que debes entender, los miembros de la corte intentarán poner a sus propias candidatas y serán princesas de otras partes del mundo o sus propias hijas pero tu tienes una gran ventaja mi hijo no te conoce y a todas ellas ya las conoce, no las quiere cerca por ser tan encimosas e interesadas— sonrío —Yo siempre te apoyaré al igual que mi esposo, aun que la decisión final será de mi hijo—

— Muchas gracias su majestad— me sonríe y nos subimos al avión, el trayecto a su reino dura 6 horas, aprovecho esas 6 horas para platicar con Teivel.

— Cuando estemos por llegar no se asusten si ven dragones, normalmente son inofensivos a menos de que nos acerquemos a los nidos o nos metemos en medio de una batalla de territorios— estaba fascinada, en mi reino hay criaturas hadas pero no dragones aun que los estudie bastante hace un par de años.

— No te preocupes Teivel no es tan fácil que nos asustemos, además me parecen criaturas muy interesantes— Teivel asiente, continuamos platicando y de vez en cuando nos reímos de las anécdotas graciosas del otro.

Cuando logro ver el reino de Alhena por la ventana, también logro ver unos cuantos dragones pequeños, sus colores son tan brillantes, un enorme Dragón ruge cuando otros pequeños intentan robarle su comida.

— Por favor abrochen sus cinturones estamos por aterrizar— nos pide el piloto después de unos minutos.

Cuando aterrizamos no están las camionetas blindadas si no unos carruajes que son tirados por caballos como en la antigüedad.

— Seguramente la corte los envió, mi padre siempre solicita camionetas blindadas— Teivel rueda los ojos.

— ¿No disfrutas de los paseos en carruaje?— le pregunto.

— La verdad es que no, disfruto mucho mas de cabalgar o de ir en los cómodos asientos de una camioneta— me rio al igual que él, su risa es hermosa, nos subimos a uno de los carruajes.

— De una vez aviso que pediré un catador para que la princesa no resulte envenenada— avisa Ailana.

— Lo tendrá de eso no te preocupes Ailana, no querrían que nada les pasará estando en mi reino— nos sonríe y como siempre siento que voy a derretirme como un helado al sol.

Mi doncella saca una de sus dagas para empezar a afilarla, eso hace cada vez que esta nerviosa o siente que no estamos seguras, yo tuve que esconder mis dagas en la parte de atrás del corsé, es obvio que iba a venir armada, una nunca sabe a lo que se puede enfrentar estando en un reino desconocido rodeada de gente diferente.

— No creo que sea muy necesario afilar las dagas— le dice Teivel con una sonrisa.

— Yo siempre lo creo necesario, es algo que me mantiene tranquila— Teivel se encoge de hombros.

— Llegando al castillo te presentaré a tus doncellas— me habla Teivel.

— De eso nada, la única que la atenderá soy yo, no quiero a chicas o mujeres extrañas al rededor de la princesa, yo la ayudaré en todo lo que necesite y la acompañaré a donde quiera que vaya— Ailana siempre ha sido muy protectora conmigo, confía muy poco en las doncellas que trabajan en el castillo y mucho menos va a confiar en doncellas de otro reino.

— ¿Estas de acuerdo Esmeray?— Teivel me mira.

— Si, solo necesito a Ailana y por favor dime Esme— él asiente con una sonrisa.

— Miren ahí mañana podemos pedir venir a desayunar a ese restaurante, sirven un estofado de venado riquísimo— asentí la verdad estoy acostumbrada a comer muchas cosas que a algunas personas podrían parecerles extrañas.

Con forme avanzábamos por la ciudad nos fue diciendo la ubicación de los lugares que mas frecuenta en sus tiempos libres, también hubo gente que se detenía a saludar a la familia real con un simple movimiento de manos sin acercarse a los carruajes.

Al llegar a los terrenos del castillo pude ver que es inmenso definitivamente es tan grande como el castillo en el que crecí, nos bajamos en la entrada principal, había varios nobles, algunos miembros de la prensa del reino que estaban ahí para recibir a la familia real y seguramente a mi.

Me baje yo primero del carruaje, un paje me ayudo, después bajo Ailana y al último Teivel que dejo que bajáramos primero como acto de caballerosidad, los reyes bajaron de su carruaje.

— Les presentó a la princesa Esmeray Calder segunda princesa del reino de Altalune— me presento el rey con voz fuerte y clara para que todos lo escucharán, todos me hicieron una reverencia un poco prolongada a la que yo respondí con una corta reverencia como corresponde.

— En la noche se hará un baile en su honor ya que es candidata a futura reina de Alhena— todos aplaudieron algunos nobles se mostraron felices y otros mostraron su disgusto pero no me importo, los reyes caminaron al interior de su castillo.

Teivel me extendió su mano para que la tomara lo cual hice, nos encaminamos al interior del castillo que es simplemente bellísimo, se que mi madre envidiaría de buena manera algunos detalles como los candelabros de diamantes y las flores de fuego que adornan los pasillos.

Las flores de fuego crecen solo en los alrededores de los territorios dragones y son simplemente bellísimas, de un rojo que se va degradando a amarillo además su aroma exquisito, también se les conoce así por que parece una flama.

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP