Eleanor se levanta con dificultad del suelo y corre hacia la puerta, pero se da cuenta de que es inútil intentar abrirla, la habitación se ha convertido en su propia trampa mortal.

De repente, el olor a humo se intensifica y el calor es insoportable.

El fuego se extiende rápidamente por la habitación, y pronto todo comienza a arder: muebles, cortinas, alfombras, todo es devorado por las llamas. Eleanor tose mientras el humo la hace sentir mareada y débil.

Pronto observa una jarra con agua y se la arroja encima para tratar de apagar las llamas en su ropa y cuerpo, pero sabe que no hay nada más que pueda hacer sino esperar un milagro o un final como lo había dicho la voz del pasillo

La habitación se vuelve cada vez más oscura y el humo se hace más espeso. Eleanor se siente cada vez más débil y sabe que no tiene mucho tiempo antes de perder la conciencia.

Intenta gritar pidiendo ayuda, pero su voz es sofocada por el humo. Se siente sola, asustada y atrapada en su propia pesadilla.

Erick