Eleanor y Patrick despiertan entre sábanas y cabellos desordenados., aún sintiendo los efectos del amor y la pasión de la noche anterior. Se miraron el uno al otro, con una sonrisa en sus rostros, recordando cada detalle de lo que habían compartido.

El sol brillaba en el cielo, iluminando la habitación y llenándola de una luz suave y cálida. Se acurrucaron juntos, disfrutando de la calidez del sol y el abrazo del otro.

- Buenos días, señorita Grant. - susurró Patrick a su oído.

- Buenos días. - contestó desperezándose.

Se besaron suavemente, como si quisieran prolongar el momento por siempre. Eleanor se acurrucó en el pecho de Patrick, disfrutando de su aroma y su calidez.

- ¿Dormiste bien? - preguntó ella.

- De maravilla, si te soy honesto, podría vivir en este momento siempre.

Eleanor sonrió y se levantó, caminando hacia la ventana para admirar la vista. Desde allí, podía ver el hermoso paisaje de la ciudad y sentir la brisa matutina acariciando su rostro.

- Es un día precioso, ¿n