Clayton no le avisó a nadie de su regreso.

Pensaba quedarse en Libertad al menos una semana, pero no podía quedarse más.

Después de solo unos días sin verla, su anhelo por Nicole superaba la suma de todos los valores emocionales del pasado.

Roland pensaba que Clayton podría salir enojado después del encuentro con Quavon e incluso hizo preparativos para huir.

Sin embargo, la situación actual parecía haber superado sus expectativas. Clayton no solo no se molestó, sino que se quejó con entusiasmo de que cierto bolso de lujo era demasiado feo, al igual que cierto abrigo de Nicole.

Roland escuchaba con la cabeza baja, algo pérdido.

“Señor Sloan, recuerdo que cuando la Señorita Stanton llevaba ese abrigo, usted la halagó de todo corazón diciendo que era hermosa sin comparación. No esperaba que…”.

Roland dudó. No esperaba que Clayton dijera cosas que no sentía.

Clayton se congeló un momento y frunció los labios. Dijo con franqueza: “La estaba alabando a ella, no a su ropa”.

La razón